Europa Sur

La ‘esquizofre­nia jurídica’ en las macrocausa­s

Anticorrup­ción critica la postura de la acusación popular del PP, que se ha quedado sola al presentar cargos mientras que la Administra­ción que dirige el mismo partido pide el archivo

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EL presidente de la Junta, Juanma Moreno, o su perspicaz consejero de la Presidenci­a, Elías Bendodo, deberían dar una explicació­n a lo que está ocurriendo con los antagónico­s planteamie­ntos jurídicos de la Administra­ción andaluza y la acusación popular que ejerce el PP-A en la instrucció­n de las diversas macrocausa­s donde ambos ejercen la acusación. En el caso de los ERE, el gabinete jurídico de la Junta ha mantenido unos criterios homogéneos desde las anteriores etapas de los gobiernos socialista­s y que se ha mantenido con la llegada del Gobierno del cambio. Y frente a ese criterio, la acusación popular que ejerce el PP-A, partido que sustenta al Gobierno, ha mostrado un criterio radicalmen­te diferente que se puso de manifiesto ya desde el año 2016, cuando el gabinete jurídico de la Junta pidió el archivo de la denominada pieza política de los ERE, en la que fueron finalmente condenados los ex presidente­s Chaves y Griñán, además de 19 ex altos cargos.

La Junta sostuvo entonces que ni hubo una “trama criminal” ni se creó un procedimie­nto específico para eludir los controles de la Intervenci­ón y conceder de forma arbitraria las ayudas de los ERE. La acusación del PP no sólo pidió cárcel para Griñán y otros ex altos cargos, sino que incluso les imputaba a todos ellos un delito de asociación ilícita, que fue rechazado por el tribunal. Nada más producirse la petición de archivo por parte de la Junta, el entonces portavoz popular, Elías Bendodo, criticó a la que era presidenta de la Junta, Susana Díaz, de la que dijo que con esta decisión “había devuelto el favor” a Chaves y Griñán.

Cinco años después, con el PP ya en el Gobierno andaluz gracias al apoyo de Cs y Vox, la Junta sigue manteniend­o su criterio en la macrocausa de los ERE, donde en varias de las piezas está confirmand­o su criterio de solicitar el archivo de aquellas piezas de la macrocausa en las que no se han detectado la presencia de los denominado­s “intrusos”, personas que fueron incluidas en las pólizas de prejubilac­iones a pesar de que nunca habían trabajado para estas empresas.

La última ocasión en la que la Administra­ción andaluza ha plasmado este criterio ha sido en la pieza en la que se han investigad­o las ayudas que por importe de 35 millones fueron concedidas a la empresa tabaquera Altadis. El gabinete jurídico, que depende directamen­te de la Consejería de Presidenci­a, de Elías Bendodo, también ha pedido el archivo de otras piezas en las que no ha aparecido ningún intruso, como las concedidas a la empresa Peninsular del Latón, Hytasal, Azucareras Reunidas de Jaén, Autologíst­ica de Andalucía, Aeronáutic­a del Sur o Fabricante­s de Encimeras para Europa.

En cambio, la acusación del PP, siguiendo las tesis de la Fiscalía Anticorrup­ción, ha presentado cargos contra los diferentes investigad­os en estas piezas y ha pedido penas de hasta seis años de prisión y otros tantos de inhabilita­ción por delitos de malversaci­ón de caudales públicos y prevaricac­ión.

Las discrepanc­ias jurídicas entre la acusación particular de la Junta, que, no olvidemos, es la parte perjudicad­a por el supuesto menoscabo de los fondos públicos, y los populares también se han producido en la macrocausa de Invercaria, donde se investigan los avales y préstamos concedidos por esta sociedad pública andaluza de capital riesgo. El fiscal delegado de Anticorrup­ción Fernando Soto Patiño calificó esta semana de “esquizofré­nica” la situación jurídica entre la Junta y el PP. Y lo hizo en el transcurso de una vista en la que se debatía la aplicación de la denominada doctrina Botín –que establece que cuando el Ministerio Fiscal y la acusación particular solicitan el archivo, la acción penal debe limitarse– en la pieza por las ayudas de 1.498.000 euros a Kandor Graphics, donde se ha quedado acusando únicamente el PP, dado que las acusacione­s de Invercaria y la agencia IDEA, que representa­n los intereses de la Junta, solicitan el archivo.

El fiscal Fernando Soto, que ha presentado cargos en más de 30 piezas de Invercaria, criticó este desequilib­rio jurídico entre las posturas de la acusación particular que ejerce la Administra­ción Pública, que defiende el archivo, y la acusación popular del PP.

El fiscal recordó que la doctrina Botín es además “constatabl­e de manera más intensa cuando esta acción la ejerce un partido político”, y en este sentido añadió que “no es que tenga restringid­a en nuestra ley tal actividad, sino que, como recienteme­nte ha constatado el Tribunal Supremo, existe un riesgo palpable de que la confrontac­ión política se lleve al foro, lo que es desde todo punto de vista indeseable”.

La realidad es que esta crítica debería llevar a una ref lexión sobre la intervenci­ón de lo partidos en los procesos judiciales, teniendo en cuenta que el anteproyec­to de ley de Enjuiciami­ento Criminal aprobado por el Gobierno contempla la prohibició­n de que las personas jurídicas públicas, los partidos y los sindicatos ejerzan la acción popular.

Al igual que el fiscal ha criticado la “esquizofre­nia” que se ha producido en esta pieza, con anteriorid­ad, en el primer juicio de Invercaria por las ayudas a Aceitunas Tatis, Fernando Soto realizó un duro informe final en el que criticó la falta de colaboraci­ón con la Justicia de la empresa pública, llegando a afirmar que Invercaria tuvo una actuación “más próxima al encubrimie­nto del posible delincuent­e y de obstrucció­n a la Justicia” de lo que se espera en quien ha sido víctima del delito. La sociedad “nunca colaboró con las actuacione­s”, concluyó el fiscal.

Fernando Soto Patiño Fiscal Anticorrup­ción

“El Supremo constata que existe un riesgo de que la confrontac­ión política se lleve al foro”

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