Los empresarios vuelven a endeudarse tras un año sin ingresos y con gastos
“Terminé 2019 con unos datos excepcionales de negocio. Por primera vez superaba el millón de ingresos y contaba con una plantilla amplia de trabajadores. No tenía deudas y nos preparábamos para un 2020 que debía mantener la tendencia al alza”.
Lo comenta un veterano empresario del sector turístico en Cádiz. De los que crean empleo en condiciones y ofrece un servicio de calidad. Ahora, tiene a la mayor parte de su plantilla en un Erte, el negocio se mantiene abierto porque tiene a la familia a su frente, y los beneficios se han tornado en deudas, que no veía desde hace años.
Aguantó los primeros meses de pandemia en 2020 gracias al colchón económico que se había conseguido tras el buen 2019, pero la persistencia de los cierres y las restricciones sanitarias han acabado por hacer necesario acudir a varios préstamos ICO para seguir en pie.
Y como este, muchos empresarios de toda la provincia.
Uno menciona que “aunque a algunos les parezca que las terrazas vuelven a estar llenas, solo en determinados días evidentemente, lo cierto es que las limitaciones que se imponen en cuanto a número de mesas y de clientes, supone alcanzar unos ingresos insuficientes para mantener el número de contratos o para garantizar nuestra continuidad”.
Hay casos, como los guías turísticos, que se han quedado sin nada. Hace unos días, en el centro de Cádiz, un guía congregaba a su alrededor a cerca de una veintena de clientes. “Tendré que elevar la voz, porque hace ya mucho tiempo que no tenía a tanta gente”, les confesaba. Otros compañeros, por el contrario, han tenido que reinventarse laboralmente.