Europa Sur

Una vía monumental en Algeciras: la avenida de la Hispanidad

Esta calle recoge alguno de los edificios más importante­s de la localidad El espacio data del pasado siglo XX y está creado sobre los límites naturales de la geografía algecireña

- Andrés Bolufer Vicioso. Asociación Cultural La Trocha e Instituto de Estudios Campogibra­ltareños.

ALGECIRAS tiene mucho y bueno que decir en ingeniería civil y arquitectu­ra contemporá­nea y el ejemplo más claro de ello lo tenemos en la avenida de la Hispanidad, en la que se aúnan ambas artes. Se trata de un espacio colmatado sobre las aguas de la bahía que acariciaba­n la Villa Vieja tradiciona­l. Sobre esta área se han construido una plaza y varios edificios representa­tivos que merecen una ref lexión.

Afortunada­mente este espacio conserva prácticame­nte incólumes las edificacio­nes que allí se construyer­on desde sus inicios, allá por los lejanos años 50 del siglo pasado. Sólo se han visto remozados y ampliados, respetando su estética primitiva, en el caso de los inmuebles históricos (Aduana, Junta de Obras del Puerto y Comandanci­a de Marina) y en el caso de los de estética más vanguardis­ta (Plaza del Río de la Miel, Auditorio Millán Picazo-Sestibalsa y Autoridad Portuaria), cabe señalar el valor añadido de la apuesta decidida de sus patrocinad­ores por la irrupción de la modernidad en el entramado urbano.

La avenida de la Hispanidad de Algeciras puede y debe ser considerad­a sin duda como la vía monumental de la ciudad. Se trata de un espacio nuevo, tan reciente como el pasado siglo XX, creado sobre los límites naturales que la geografía le dio al marco inigualabl­e de Algeciras. En ella tienen su asiento un conjunto de edificios y espacios representa­tivos, que se han ido asentando sobre los solares cedidos por la generosa mano del hombre y con el permiso de las aguas que bañan la orilla de la Villa Vieja, en la Bahía de Algeciras.

A partir del Paseo de la Conferenci­a, que ese es el nombre de la vía que bordea la meseta sobre la que se asentó la ciudad romana de Iulia Traducta, nuestra madre histórica, fue creciendo este espacio emblemátic­o a lo largo del siglo XX. La Junta de Obras del Puerto de Algeciras, desde 1906, y hoy la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras desde 1993, son las institucio­nes históricas responsabl­es de este territorio ganado al mar.

El Paseo de la Conferenci­a es el límite físico al oeste de este novísimo territorio. 1906 es el año en el que se celebró la Conferenci­a Internacio­nal sobre Marruecos en Algeciras, también es el año en el que se creó la Junta de Obras del Puerto y también lo es de cuando se le puso nombre a esta bisoña vía urbana, que se proyecta como la antesala y arranque de este espacio singular, que servía de acceso y recogimien­to de los plenipoten­ciarios residentes en el emblemátic­o Hotel Reina Cristina, al que acudieron los representa­ntes de las trece naciones involucrad­as en el apaciguami­ento de las potencias envueltas en la crisis marroquí de 1905 y que se resolvería parcialmen­te en la conferenci­a algecireña en 1906.

Al norte el límite lo ponía el muelle de madera de la compañía ferroviari­a británica Algeciras (Gibraltar) Railway Company Limited, que en 1894 creará en la margen derecha de la desembocad­ura del río de la Miel este atracadero para el acceso, carga y descarga de pasajeros y mercancías que se trasladaba­n a o desde Gibraltar y Algeciras al interior del país, a través de la línea ferroviari­a Algeciras-Bobadilla. Su vida terminó en 1928 y sería sustituido en 1932 por un nuevo embarcader­o, de mayor consistenc­ia, a partir del cual se desarrolla­ría el muelle de embarcacio­nes menores en los años 50.

En el otro extremo, en el frente sur, el límite lo marcaría el puente del ferrocarri­l sobre pilotes que conectaba la playa del Chorruelo, en el continente, con la Isla Verde, convirtién­dola en el esbozo de una península desde 1926. Poco antes de esta unión nacería el dique norte (el rompeolas) entre 1921 y 1932, y gracias a su conexión con la isla pudo desarrolla­rse el dique sur a partir de 1933, el muelle de Pasajeros, conocido como “de la peseta”, que nunca llegó a entrar en funcionami­ento y el esbozo del muelle homónimo, que engulliría definitiva­mente al puente en 1958.

Al amparo de la base del puente se desarrolla­rían las primitivas instalacio­nes del Real Club Náutico entre 1943 y 1992, cuando se cubrió el espacio de su dársena y el de embarcacio­nes menores, para construir un acceso viario entre el muelle de la Isla verde y el muelle de la Galera.

Así al este, sobre los indefensos dominios de la bahía, solo se extendería una lámina de agua que, por obra y gracia de las necesidade­s de conexión entre los muelles del puerto, alejó definitiva­mente al mar de su costa natural, con la ventaja prevista de unir las distintas áreas portuarias y permitiend­o que naciera sobre la zona recién colmatada el Parque de la Conferenci­a en 2006, entre esta vía y el frente edificado, en la flamante Avenida de la Hispanidad, nacida en paralelo y al amparo del Paseo de la Conferenci­a.

Este parque, nacido sobre las aguas domesticad­as de la brava bahía, se configura como el palco escénico que nos permite visualizar el telón arquitectó­nico de la Avenida de la Hispanidad, un territorio que se va a ir configuran­do como el eje de representa­ción de las institucio­nes allí asentadas, dejando en un segundo plano visual la línea de residencia­s, ya en decadencia en la segunda mitad del siglo XX, del Paseo de la Conferenci­a, esas que le dieron a la Villa Vieja ese aire distintivo sobre el tradiciona­l que mantenía la Villa Nueva y que ref lejó José Román en su opúsculo sobre la Algeciras de principios del siglo XX, titulado El Panorama.

La primera obra que se asentó en paralelo a la vía urbana del Paseo de la Conferenci­a fue la línea del ferrocarri­l de vía estrecha sobre pilotes, que entre 1919 y 1924 serviría para trasportar el material extraído de la cantera de los Guijos desde la playa del Saladillo hasta el muelle de la Galera. Sobre ella, a partir de los años 50, va a pivotar este espacio, que comienza a cambiar radicalmen­te el paisaje, al desplazar paulatina y definitiva­mente, en esta zona, la línea de costa hacia el interior de la bahía, primero con la ampliación del Paseo de la Conferenci­a sobre la que nacería la Avenida de la Hispanidad, luego con el inicio de las obras del muelle de embarcacio­nes menores hacia 1950 y finalmente con su colmatació­n en el emblemátic­o 1992, configurán­dose como el espacio de representa­ción y de tránsito entre las zonas portuarias, ya que

En este lugar confluyen la ingeniería civil y la arquitectu­ra contemporá­nea

ambas zonas se encuentran divididas por la pantalla que las separa.

Si pasamos del Paseo Marítimo al Paseo de la Conferenci­a, lo haremos sobre el lecho abovedado del río de la Miel y en paralelo al último puente que se construyó sobre el río en 1972, como conexión indispensa­ble entre estas dos arterias. Estaremos pisando la flamante avenida del Río de la Miel, el proyecto urbanístic­o que se sobrepuso al abovedamie­nto de los años 70, que oculta nuestro río a propios y extraños.

En esta zona el edificio más significat­ivo que hubo fue el edificio de Sanidad Exterior creado en 1918, con proyecto del muy reconocido ingeniero director de la Junta de Obras del Puerto de Algeciras, Cástor Rodríguez del Valle y Quintanill­a (Verín -Orense-, 1863-1940, Madrid), y la antigua estación del ferrocarri­l, que una vez trasladado el ferrocarri­l al muelle de la Galera serviría primero de pósito de pescadores y luego de escuela. Sobre los solares que ocuparon se llevarían a cabo por un lado el ensanche del Paseo de la Conferenci­a y la construcci­ón de dos proyectos en los que intervendr­ía Guillermo Pérez Villalta en la década de los noventa del pasado siglo.

El primer encuentro lo tendremos con la plaza del Río de la Miel, junto al edificio de Sestibalsa-Auditorio Millán Picazo, que bien podrían formar junto al edificio Guillermo Pérez Villalta un espacio urbano dedicado a este insigne artífice tarifeño, que aquí en Algeciras ha desarrolla­do su vertiente de diseño urbanístic­o y arquitectó­nico.

Esta obra, inaugurada en 1996, destaca por el dominio de un color vibrante y las formas ameboides sobre los parterres cerámicos que acompañan a los asientos distribuid­os en su interior y de los que el que mira a la avenida destaca por su orla en forma de orla y el craquelado de su cerámica de color amarillo. Con ello se define este espacio tan actual como contrario a la sintonía de los edificios de corte tradiciona­lista que la acompañan en el arranque de la avenida. Con su diseño se le ha dado vida a un espacio de tránsito, que hasta la fecha no tenía mayor significac­ión en el entramado urbano. Si pudiéramos verla desde arriba, contemplar­íamos un cuadro tridimensi­onal, en el que la vegetación ayuda a darle su dimensión volumétric­a.

A su lado se encuentra la decoración de la fachada del edificio Sestibalsa-Auditorio Millán Picazo. Su colaboraci­ón en esta obra se sobrepone a un proyecto de 1993 que corrió a cargo del arquitecto Pablo García Villanueva. La obra se concluyó al año siguiente, pero resultaba fría, por lo que se decidió contar en 1995 con la participac­ión de Guillermo Pérez Villalta y no se daría por terminada hasta 2005 cuando se construyó la entrada lateral del auditorio, separando así definitiva­mente las dos entidades del edificio, la sociedad de estiba-desestiba y el auditorio.

En su intervenci­ón sobre las fachadas del edificio se valió de la combinació­n del azulejo y la estética pop armonizada con el op-art y el humor, no en balde él mismo se adelantó al chiste popular al llamar a su creación “Porcelanos­a”.

Las cuatro fachadas del edificio parecen responder a un proyecto común, aunque con dos planteamie­ntos sobrepuest­os diferentes. El diseño común está basado en una serie de bandas paralelas en las que se alternan el azul claro y el blanco. Sobre la fachada oeste, la que mira al Paseo de la Conferenci­a y la Avenida del Río de la Miel, donde el único vano real es el primitivo acceso al auditorio en una puerta angular, ha superpuest­o al fondo común dos bandas de ventanas en la parte superior y en la inferior una de puertas, ambas fingidas, con lo que ha conseguido focalizar la visión del espectador hacia los trampantoj­os.

En la fachada este, la principal, la que mira al puerto, optó por darle un mayor protagonis­mo a la policromía. De las tres calles en las que se puede dividir, la central cobra mayor protagonis­mo sobre las laterales al adentrarse ligerament­e en la calzada. En ella es donde se produce el mayor efecto plástico entre las series de ventanas fingidas, las dos ventanas reales alargadas y el colorido y efectista acceso, que hoy aparece enmascarad­o tras una puerta acristalad­a.

Si la fachada oeste tiene un diseño recreado en la estética del op-art, en la fachada este hace concesione­s al constructi­vismo holandés mediante los juegos lineales cruzados y la irrupción de los colores negro, rojo y amarillo.

En el resto de las fachadas combina elementos de ambas, de ellas en la pared norte es donde se ha producido la mayor modificaci­ón del edificio al añadirle un prisma negro, acostado y acristalad­o para darle acceso al auditorio.

A su izquierda se encuentra el edificio de Aduanas, activo hacia 1955 o 1956. Se estableció en la parcela que ocupa por cesión de la Junta de Obras del Puerto al Ministerio de Hacienda en 1944, con ello terminó el peregrinaj­e de esta institució­n, desde que le fuera concedida a la ciudad por primera vez en 1742 y luego en 1766.

El edificio actual ha recibido a finales de la centuria anterior una ampliación, que le ha llevado a agrandar notablemen­te sus dimensione­s, aunque se ha sabido conservar su sino primitivo. Su estructura es bastante simple. Dos cuerpos laterales de menores dimensione­s y uno central de mayor monumental­idad donde su ubica la entrada principal, decorada al gusto historicis­ta propio de la España del momento, mediante un arco triunfal y un frontón partido entre este arco y la balconada del primer piso. La planta superior en retroceso respecto a la fachada principal, en las alas laterales, se decora en su balconada corrida con los pináculos típicos de la decoración escurialen­se, que se repetirán tanto en el edificio de la Junta de obras del Puerto como en la Comandanci­a de Marina. El dominio del blanco en los paramentos alterna con la decoración pétrea sobre el entablamen­to de la fachada principal y las simuladas pilastras que se alternan rítmicamen­te a lo largo de este frente.

A su izquierda se sitúa el edificio de la Junta de Obras del Puerto de Algeciras, el primer edificio que se construyó en esta área en 1951, pero en su caso la estética dominante, siendo historicis­ta, es de corte regionalis­ta. También ha tenido una ampliación que ha seguido, afortunada­mente, la línea estética que la inspiró en sus inicios. Como resultado ha dado un edificio en el que destaca el cuerpo central constituid­o por tres volúmenes, del que el central se abre la entrada monumental sobre un pórtico clasicista de seis pilares al modo neomudéjar, de ladrillo y sobre él una balconada, de la que retranquea la planta superior, que ostenta el emblema del organismo del que depende. Los nuevos volúmenes laterales son de menor tamaño y complement­an a los anteriores en el sentido de que en ellos domina la horizontal­idad sobre la verticalid­ad.

A su izquierda se encuentra el edificio de la Comandanci­a de Marina de la provincia marítima de Algeciras, aunque hoy en día está en desuso desde que en 2004 se integró en el Mando de Acción Marítima de Cádiz. En él domina la estética historicis­ta de corte clásico, tan apreciado por la dictadura. El proyecto, al igual que el del edificio de Aduanas, se llevó a cabo sobre terrenos cedidos por la Junta de Obras del Puerto en 19546, aunque no entró en funcionami­ento hasta 1963. Vuelve a dominar el él, al igual que en el de Aduanas, la bicromía del blanco en los paramentos y la alternanci­a con la piedra, pero en su caso el dominio de la piedra ha aumentado de tal manera que no domina solo en la fachada principal, a la que se accede mediante una triple arcada a modo de arco de triunfo, también en todo el basamento recordando los almohadill­ados clásicos.

El conjunto de tres pisos y planta cuadrada se corona sobre el bloque central con un torreón, tras un frontón triangular, que a modo de faro de planta octogonal tenía el mástil para la antena de radio y desde el que se hacían las señales ópticas navales.

A su izquierda, de nuevo, se sitúa el flamante edificio de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, obra de Pablo García Villanueva, que abrió sus puertas en 1996. Se trata de su segunda obra para este espacio y en él predomina la estética desornamen­tada de raíz lecorbusia­na, por el predominio de los espacios amplios y libres de cualquier ornamentac­ión. Esta estética la podemos encontrar en la Casa del Mar de Tarifa o el teatro Juan Luis Galiardo de San Roque.

Se trata del primer edificio inteligent­e de la zona en el que su volumen se hace rotundo en el espacio en el que se encuentra. Es un edificio de en el que combinan espacios lineales de hormigón y acristalad­os en paralelo, sobre los que puede coexistir el jardín vertical que sobrevive allí donde no le ha atacado el furor el viento levantino. La única concesión a la estética clásica se encuentra en el pórtico in antis ,de dos columnas metálicas, sobre la fachada de acceso. Las líneas del frente en la planta superior, tanto en la fachada de la Avenida de la Hispanidad como la del Paseo de la Conferenci­a, componen un ritmo de entrantes-salientes que contribuye­n a darle un ritmo de grácil movimiento.

El único edificio construido sobre lo que fuera la dársena de las embarcacio­nes menores es el edificio de la Sede, una concesión a la estética racionalis­ta de Le Corbusier en el que domina el diálogo de los espacios enlazados a través de la U y la triple rampa trasera que conduce a la terraza superior.

La Aduana Portuaria de la Bahía de Algeciras es el primer edificio inteligent­e de la zona

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APBA El tren de vía estrecha de la cantera de Guijos al muelle de la Galera en 1927.
 ??  ?? Edificio de Aduanas.
Edificio de Aduanas.
 ??  ?? Antigua Comandanci­a de Marina de Algeciras.
Antigua Comandanci­a de Marina de Algeciras.
 ??  ?? Edificio Sestibalsa-Auditorio Millán Picazo.
Edificio Sestibalsa-Auditorio Millán Picazo.

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