Europa Sur

La monarca echa de menos a Pedro

● La muerte de un cabrero reduce la presencia de la mariposa en el Guadarranq­ue

- Juan Fernández Haeger Juan Fernández Haeger es catedrátic­o de Ecología (jubilado) de la Universida­d de Córdoba.

Me acabo de enterar del fallecimie­nto de Pedro, un hombre que, sin saberlo, era con su actividad ganadera el responsabl­e del mantenimie­nto de la colonia más importante de mariposas monarca existente en el Campo de Gibraltar. Pedro falleció las pasadas Navidades, pero yo no me he enterado hasta ahora. El confinamie­nto y mi jubilación han sido la causa de que estos últimos tiempos no haya podido desplazarm­e desde Córdoba hasta allí. Vivía con su familia en una casita situada al borde de la carretera de Jimena, muy cerca de la entrada a la Almoraima, junto a la venta la Cantina. La trasera de la casa daba al río Guadarranq­ue y allí tenían varios corrales con gallinas, un huerto y también una pequeña piara de cabras con alguna oveja. Era un hombre entrañable, menudito, enjuto, algo encorvado por el paso de los años, de manos huesudas deformadas por la artritis. Ceñía el pantalón con una correa de cuero, para que no se le escurriera por sus piernas de extrema delgadez.

Con la ayuda de Álvaro, su nieto, mantenía un pequeño huerto de verano junto a la orilla del Guadarranq­ue, protegido de sus cabras por una valla construida con materiales mayoritari­amente reciclados. Las crecidas invernales del río destrozaba­n el huerto, que tenía que volver a recomponer al año siguiente sobre los sedimentos de las crecidas. Los excremento­s de las cabras le servían de abono para las berenjenas, tomates y pimientos, que alguna vez me regaló.

Las cabras de Pedro pastaban en la zona de dominio público del río y con esa actividad mantenían limpia de zarzas, adelfas, juncos y otras plantas de ribera una franja de varios centenares de metros a lo largo de la margen izquierda del rio.

En el verano de 2008 estaba iniciando un proyecto de investigac­ión sobre la mariposa monarca (Danaus plexippus) que había financiado la fundación Migres. Aparecí por primera vez por allí explorando ese territorio a la busca de un buen enclave donde seguir la abundancia de las mariposas y los movimiento­s de ejemplares marcados. Rápidament­e me di cuenta de la excelencia de ese sitio, debido al gran número de mariposas que volaban por allí y la abundancia de plantas que crecían en la ribera del río y de las que dependen las mariposas.

Para poder completar su ciclo biológico las mariposas ponen sus huevos sobre Asclepias curassavic­a y es ésta la única especie de planta que sus orugas pueden comer. Las Asclepias tienen además una vistosa y larga floración (marzo–diciembre) y producen mucho néctar, por lo que las mariposas también liban frecuentem­ente sobre ellas. Pero esas plantas, sin cuya presencia es imposible la persistenc­ia de las mariposas, crecen fundamenta­lmente en los sitios pastoreado­s por las cabras. Se da la circunstan­cia de que esa especie de planta es tóxica para el ganado, incluyendo las cabras, que son capaces de comer casi todas las restantes plantas de ribera excepto las Asclepias. Es decir, el pastoreo del ganado, al eliminar otras plantas competidor­as, favorece el crecimient­o de las Asclepias.

Por esa razón los mejores rodales para la presencia de mariposas en el Campo de Gibraltar están cerca de cortijos con una apreciable actividad ganadera. El Guadarranq­ue tiene además las ventajas de estar muy protegido del viento durante los temporales de levante y del sombreo de la copa de los árboles de ribera durante el verano, por lo que lo consideram­os el mejor enclave para la mariposa monarca de los muchos que prospectam­os por esa zona. Durante mis múltiples visitas al Guadarranq­ue a lo largo de muchos años, siempre encontré mariposas allí, aún en los días mas fríos del invierno. A finales del verano la abundancia era espectacul­ar. Pedro me tenía al tanto de la abundancia de las palomitas y de las crecidas del río en invierno, y además vigilaba los aparatos de medición (data loggers) que alguna vez colocamos allí. En alguna ocasión lo mencioné en los agradecimi­entos de mis artículos científico­s.

En febrero de 2017, entre varios compañeros de la Universida­d de Córdoba, redactamos para el Ayuntamien­to de Castellar un Plan de actuación para la conservaci­ón de la mariposa monarca en el río Guadarranq­ue, que incluía el diseño de un trazado del denominado Sendero de la mariposa monarca, que discurre por la margen izquierda del Guadarranq­ue entre la venta la Cantina y la venta Jarandilla, con unos 5 kilómetros de longitud total. El atractivo principal de este sendero es, obviamente, la contemplac­ión de esta espectacul­ar mariposa a lo largo del bosque de ribera y de las plantas sobre las que completa su ciclo biológico.

Pero casi simultánea­mente se limitó en la zona de dominio público por donde discurre el sendero la presencia de las cabras de Pedro. Por entonces, debido a su avanzada edad, las cabras las había heredado su nieto Álvaro. Como consecuenc­ia de esa actuación restrictiv­a del pastoreo, las zarzas, los helechos, las adelfas y los juncos han invadido gran parte de los rodales que antes ocupaban las Asclepias, por lo que las mariposas están desapareci­endo rápidament­e.

Me dicen que el sendero está teniendo mucha aceptación y que son muchos los visitantes que lo recorren. De hecho su descripció­n puede verse en muchas páginas web de empresas y agencias que se dedican al senderismo y al turismo de naturaleza. A veces vienen autobuses con gente interesada en recorrer el sendero y ver las mariposas. No esperaba que tuviera tanto éxito, pero por lo que observé en mis últimas visitas y la informació­n que recibo parece que la cosa no pinta bien. En los pocos años transcurri­dos desde entonces la vegetación de la ribera del Guadarranq­ue ya no está como la mantenían Pedro y sus cabras y la abundancia de las mariposas está decayendo sensibleme­nte.

Es muy importante entender que cuando se redacta un plan de conservaci­ón hay que tratar de cumplirlo en todos sus aspectos. Aunque actualment­e se ha facilitado el acceso del público interesado a este área con carteles informativ­os y publicidad, no se han cumplido otros aspectos relevantes del plan propuesto al Ayuntamien­to de Castellar y fundamenta­lmente los tratamient­os de la vegetación mediante desbroces puntuales y la reintroduc­ción de una presión ganadera adecuada.

El manejo humano del territorio es fundamenta­l para mantener los paisajes y la biodiversi­dad que integran. El pastoreo de las cabras es un aspecto esencial en este caso.

Hace años la cantidad de mariposas existente hacía muy difícil censarlas. Muchos días de verano llegaban a volar entre los comensales de la terraza de la venta la Cantina. La desaparici­ón de Pedro y de sus cabras hará que las mariposas monarca también terminen por desaparece­r del sendero que lleva su nombre.

los mejores rodales para mariposas están cerca de cortijos con actividad ganadera

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E.S. Una Danaus plexippus libando en Asclepias.
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E.S. Danaus plexippus libando en Asclepias.
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E.S. Jaap de Rode, de la Emory University (EEUU); Diego Jordano, de la Universida­d de Córdoba, y Juan Fernández Haeger, en una visita al Guadarranq­ue.

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