LA NECESARIA SENDA DE ESTABILIDAD PRESUPUESTARIA
Por último, sorprende la premura por subir los impuestos y al mismo tiempo la pereza y desidia por diseñar y comprometerse con una senda de estabilidad presupuestaria a medio y largo plazo, que sirva de compromiso y de tranquilidad a Bruselas, a los empresarios, a los inversores y a los mercados financieros. La Airef, en uno de sus informes, afirma que España necesitará tres décadas para reducir su deuda pública hasta un nivel sostenible. La permisividad y la suspensión de la de las reglas estabilidad presupuestaria durará hasta que la recuperación esté consolidada. A partir de 2022, cuando los principales socios del Eurozona hayan consolidado la recuperación, se volverán a exigir. En ese momento España todavía tendrá una deuda insostenible.
La estabilidad presupuestaria exige optimizar y hacer más eficiente, sostenible y competitivo nuestro sistema fiscal y al mismo tiempo abordar el gran reto de la eficiencia el gasto público y de la administración pública. Subir impuestos, por sí solo, sin abordar una reforma fiscal eficiente y competitiva y otra reforma que garantice la eficiencia de la Administración y del gasto público no solamente no soluciona el problema, sino que lo agrava, dañando al mismo tiempo el potencial de crecimiento y la competitividad de España.