PALOMARES

MOVISTAR + acaba de estrenar el primer capítulo de una miniserie documental sobre los sucesos de Almería en 1966, cuando un bombardero estadounidense chocó con su avión nodriza y con la carga nuclear que llevaba pudo originar una catástrofe devastadora aunque sus secuelas siguen a día de hoy. Hasta ahora sólo teníamos como imagen la del baño de Fraga, que viene a ser al cabo de tantos años una banalización de lo sucedido. Más allá de la primera foto de un ministro en paños menores el régimen franquista ocultó y después minimizó todo lo que pudo la ostentosa metedura de pata estadounidense, sucedido sobre un lugar dejado de la mano de Dios como viene a presentar el inicio de relato.

La docuserie apenas ha arrancado en su primer capítulo con lo que supuso esa colisión que hizo “arder el cielo”. Al apoyarse en fragmentos ficcionados el espectador puede hacerse una idea más exacta de lo que fue aquella lluvia de toneladas de metales, el encuentro de los cadáveres, la historia de los supervivientes y la búsqueda de las bombas que a día de hoy nos la habían contado como una anécdota simpática a costa del pescador Paco Simó. Todavía a día de hoy cualquier asunto, por grave que sea, acaecido en Andalucía se reduce al chascarrillo o al detalle curioso, por eso es importante un proyecto como Palomares: días de playa y plutonio, tal como había sucedido en esta plataforma con otro oscuro y pegajoso asunto como el de El Palmar de Troya, en otra docuserie.

Con el investigador José Herrera como encendido narrador de algunos momentos, Palomares ha iniciado su desarrollo de manera apasionante, con soporte y recursos cinematográficos y sin caer en el sensacionalismo o la sugestión. La producción de 93 Metros da voz a vecinos y también a militares estadounidenses implicados en el choque. Es una revisión didáctica, con mirada detenida, de nuestro pasado cuando estuvimos más cerca que nunca de un apocalipsis fatal. Sin Movistar + no tendríamos la oportunidad.