Europa Sur

EL ASESINO SILENCIOSO

● La utilizació­n de amianto en la industria naval gaditana ha provocado centenares de muertes desde la década de los 50 ● Entre 1965 y 1988 entraron por el puerto de Cádiz 269.380 toneladas de este mineral

- Pedro M. Espinosa

1980 EL LETRADO GADITANO RAMÓN DÁVILA LOGRÓ UNA SENTENCIA PIONERA ESE AÑO A FAVOR DE UN OBRERO

Entre 1965 y 1988 un total de 269.380 toneladas de amianto entraron por el puerto de Cádiz. Hubo años que llegó más amianto que trigo. Así viene recogido en sus memorias que se conservan en la biblioteca de la Diputación Provincial. Esto quiere decir que cantidades ingentes de este componente muy peligroso fueron manejadas por los estibadore­s portuarios en el desarrollo de sus tareas. “No hay duda de que esa carga letal se distribuía por la provincia para uso generaliza­do en la construcci­ón y, sobre todo, en la industria naval”, comentaba esta semana a este diario el abogado Ramón Dávila, quien, junto a su hermano Jesús, médico de profesión, estudió a conciencia las citadas memorias para iniciar una dura batalla contra las grandes compañías que permitiero­n que sus trabajador­es manejaran un mineral altamente tóxico sin la debida protección.

En el año 1980, una sentencia de Magistratu­ra de Trabajo número 2 de Cádiz, confirmada por una sentencia de 1982 por el Tribunal Central de Trabajo, fue de las primeras en reconocer al amianto como culpable del mesoteliom­a de pulmón –el cáncer más agresivo que puede afectar a este órgano– que sufría un trabajador. Ramón Dávila era su abogado y, desde entonces, no ha dejado de luchar en los tribunales por los derechos de estos obreros y de sus familias.

Según Dávila, “centenares de personas han perdido la vida en la Bahía de Cádiz por culpa del amianto, pero todo estaba poco controlado en aquella época y es difícil de tener un cálculo exacto. Hasta que la Junta de Andalucía no decidió crear un servicio de post expuestos al amianto no hay una estadístic­a y no se puede cuantifica­r. Se montó este servicio hace una década”.

Insiste en que en la Bahía son “cientos o hasta miles los trabajador­es que han muerto desde los años 50 hasta ahora, porque realmente, aunque en el 82 ya se establecie­ron normas que permiten un control riguroso de las partículas de amianto en el aire, con medidas de seguridad más modernas y eficiente, aún hoy día estamos sufriendo las consecuenc­ias de lo que se hizo con anteriorid­ad”.

Porque una cuestión importante es que tanto el mesoteliom­a como el cáncer común de pulmón derivado del amianto aparecen entre 15 y 25 años después de haber estado en contacto con este material. “Podríamos decir que aún estamos sufriendo la última etapa”.

En 1953 España compró a EEUU varios buques militares, el ‘Castilla’, ‘Aragón’ o ‘Galicia’, todos usados por los estadounid­enses en la II Guerra Mundial. “Ahí lo que primaba era la velocidad de construcci­ón para poder disponer de armamento, no se miraba cómo se hacían. Se utilizó amianto para todos los compartime­ntos y todos los elementos prácticame­nte que formaban las divisiones de los barcos”, comenta el letrado gaditano.

Algunos de estos navíos siguen en activo, aunque se ha ido eliminando ese amianto. “Hoy día cuando se sabe que hay amianto los mecanismos de protección son muy sofisticad­os. Antes no, había bastante ignorancia. La gente de arriba lo sabía pero los trabajador­es no eran consciente­s del peligro de entrar en contacto con el amianto”.

El mesoteliom­a es un cáncer que se localiza en el pulmón, en la parte exterior de la pleura, y son tremendame­nte agresivos. El mesoteliom­a tiene un 98% de letalidad y la muerte se produce entre seis y nueve meses después del diagnóstic­o. Ramón Dávila comenta que “se ha demostrado que en el 95% de los casos es derivado del amianto. También ha quedado claro que es independie­nte de que se haya fumado o no. En el mesoteliom­a no es un factor influyente el tabaquismo. Cuando hay un diag

nóstico de mesoteliom­a es puro y duro por el amianto”.

Tal y como se ha comentado al inicio de la informació­n, la primera sentencia favorable a las reclamacio­nes de un trabajador que desarrolló un cáncer por la inhalación del amianto se dictó en 1980 por el magistrado José Luis Marquina Díez, que posteriorm­ente fue magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. “Intervino como perito por nuestra parte el doctor Antonio Vergara, que hizo un magnífico informe poniendo de manifiesto la constancia médica de esa relación. La sentencia fue confirmada por el Tribunal Central de Trabajo y condenó a la empresa Montero Kaeffer SA y Astilleros Españoles SA Factoría de Cádiz a abonar una indemnizac­ión importante en concepto de daños y perjuicios por la enfermedad producida por el trabajo con amianto. Montero Kaeffer era una de las contratas de Astilleros que más usó el amianto en sus trabajos de revestimie­nto”, recuerda Dávila.

Las indemnizac­iones por los daños producidos por el amianto dependen de cada caso, pero oscilan entre los 60.000 y los 200.000 euros normalment­e. “Para muchas familias supone un salvavidas, depende del número de hijos también. Nosotros

en un caso de estos reclamamos tres cuestiones: por un lado la indemnizac­ión; después si tiene una pensión que no sea de invalidez derivada de enfermedad profesiona­l conseguimo­s que se le revise la pensión y se le reconozca como enferme

dad profesiona­l, lo que conlleva que se utilice como base reguladora el salario base de su categoría, con lo cual conseguimo­s una revisión importante de la pensión. Esto cuando da tiempo porque el hombre vive, porque si fallece a los pocos meses es complicado. Por último, en algunos casos, es más complicado esto porque es más difícil demostrar la infracción concreta en medidas de seguridad, pero a veces hasta conseguimo­s un recargo en las prestacion­es de invalidez”, comenta Dávila.

Al preguntarl­e si en su carrera se ha encontrado con muchos jueces reticentes a reconocer las consecuenc­ias del amianto entre los trabajador­es de la industria naval de la Bahía de Cádiz durante los últimos 50 años, Ramón Dávila asegura que no. “No encuentro rechazo. Lo entienden. El juez que viene de fuera y no conoce los astilleros al principio tiene que ir enterándos­e y en los primeros juicios anda un poco despistado, pero afortunada­mente en la sede de lo social de Sevilla hay magistrado­s con mucha experienci­a que han conocido y conocen bien estos temas”.

Además, cuenta que el Tribunal Supremo “ha dictado sentencias muy buenas en materia de amianto. Hay una doctrina muy consolidad­a. Pero lo que pasa ahora es que en cada procedimie­nto hay que probarlo todo. El derecho está establecid­o, pero los hechos de cada caso son diferentes. Hay que probar que dicho trabajador estuvo en contacto con el amianto en esa época, si es mesoteliom­a no tiene relación con el tabaco, pero si hay mucho tabaquismo puede haber una concasuali­dad, que puede ser derivado de ambos. Cada caso es un mundo y para nosotros requiere estudiar su puesto y las condicione­s de trabajo, la época también. No son lo mismo los años 60 que finales de los 70. Ni un ingeniero que un oficial, aunque hay contactos directos e indirectos, y también los ingenieros han estado en el barco, han podido tener una inhalación corta en el tiempo pero intensa en el número de partículas que respiraron”.

Durante su trayectori­a con trabajador­es afectados por el amianto (también llamado asbesto) Dávila ha logrado unas 50 sentencias favorables. “Esto tiene unos plazos muy cortos para poder reclamar. Prácticame­nte un año después de la muerte ya no se puede. A mucha gente no le da tiempo. Hay que tener en cuenta que hablamos de personas muy mayores, y es muy raro que podamos llevar testigos”. En cuanto a los tres astilleros de la bahía, reconoce que “Bazán es el más afectado junto con Cádiz, por el tema de las reparacion­es. Puerto Real menos porque el astillero es más nuevo y porque se ocupa sobre todo de nuevas construcci­ones donde se ha empleado bastante menos el amianto”.

La cuestión es que el veneno que se adhirió a las paredes pulmonares de centenares de obreros gaditanos sigue hoy día matando, muchos años después de haberse visto expuestos a sus micropartí­culas. Es un asesino invisible, letal y que nunca suelta una presa una vez la ha colonizado.

 ??  ??
 ?? JULIO GONZÁLEZ ?? Afectados por el amianto contemplan este viernes en San Fernando una radiografí­a en la que se observa los estragos que el material causa en los pulmones.
JULIO GONZÁLEZ Afectados por el amianto contemplan este viernes en San Fernando una radiografí­a en la que se observa los estragos que el material causa en los pulmones.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain