Una falsa practicante pinchaba a los clientes de dos gimnasios de La Línea
Decía ser practicante, pero apenas sabía atravesar con una aguja los brazos de personas ávidas de parecer más grandes y fuertes para inyectarles anabolizantes, hormonas y calmantes musculares robados del Hospital de La Línea de la Concepción. Cuando no una mezcla de varios de estos productos a modo de fórmula magistral o pócima.
La célula asentada en La Línea de la trama desmantelada por la Policía Nacional dedicada a la fabricación casera y venta de anabolizantes que operaba en todo el país había logrado diversificar sus actividades para, además de vender y distribuir esteroides ilegales, pincharlos a los clientes de dos gimnasios de la ciudad.
Para ello, el propietario de uno de los dos centros deportivos investigados en la ciudad se hacía valer de su madre, quien se presentaba como practicante aunque carecía de cualquier clase de formación sanitaria. La falsa practicante se encargaba de preparar combos o pócimas con varios medicamentos y, por supuesto, sin ninguna clase de supervisión sanitaria, que luego inyectaba a los clientes en un piso de la ciudad.
Los anabolizantes falsos llegaban a dos gimnasios de La Línea desde la fábrica y almacén central en Ciudad Real. Pero, además, la célula linense había logrado dar con el modo de hurtar calmantes musculares del Hospital de La Línea, según explicaron los mandos policiales.
Con ellos, la falsa practicante preparaba unos supuestos medicamentos y fórmulas especiales, aún con el riesgo sanitario que suponía para los clientes, para tratar el dolor. También llegaban a ella personas en busca de tratamientos estéticos. De esta manera cubrían el servicio completo: el anabolizante y el pinchazo.
“Los mezclaba y administraba sin ningún respeto a la salud”, según detalló el jefe de la sección de Consumo, Medio Ambiente y Dopaje de la Policía Nacional, quien agradeció la estrecha colaboración entre las diferentes unidades encargadas de dar por desarticulados todos los escalones de la red: importación de principios activos y excipientes, fabricación, almacenaje, distribución, venta y administración.
Los anabolizantes falsos viajaban desde la central, en Ciudad Real, hasta La Línea