La compañía sale de pérdidas y gana 362 millones hasta marzo
Airbus salió de los números rojos en el primer trimestre del año gracias a un nivel de entregas de aviones aceptable y a una política de contención de costes que no puede ocultar los claroscuros que lastran la recuperación del sector aéreo global y explican la continuación de sus planes de ajuste. Entre enero y marzo, la facturación disminuyó en un 2%, hasta 10.460 millones, y el grupo ganó 362 millones de euros, frente a los 481 millones que había perdido en el mismo periodo de 2020, que marcó el comienzo de la crisis del coronavirus. La razón hay que buscarla en la división de aviones comerciales (la mayor con diferencia), cuyo volumen de negocios bajó un 4%, hasta 7.272 millones, a causa sobre todo de un menor volumen en los servicios contratados por sus clientes. Por lo que respecta a las entregas de aeronaves, hubo 125 en esos tres primeros meses del año, frente a los 122 del mismo periodo de 2020. Es verdad que quedan muy lejos de los 162 que Airbus había entregado en el primer trimestre de 2019. Pero esta cifra no causa sonrojo si se compara con los 77 de su competidor estadounidense Boeing entre enero y marzo de este año. El elemento preocupante, que evidencia los problemas de fondo, es el de los encargos, que bajaron de forma radical: de los 356 aviones vendidos en el primer trimestre de 2020 a solo 39 un año después. Es más, teniendo en cuenta las 100 anulaciones que el constructor tuvo que anotar en sus libros, en realidad las órdenes netas fueron negativas de 61 unidades en comparación con las 290 positivas entre enero y marzo del pasado ejercicio. El consejero delegado, Guillaume Faury, además de calificar de “buenos” los resultados, hizo hincapié en que también ilustran que la crisis no ha pasado para el sector de la aviación, y habrá que esperar todavía a 2023-2025 para recuperar los niveles de actividad previos.