Boris Johnson resta importancia a la controvertida reforma de su vivienda oficial
El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió ayer que su Gobierno ha de centrarse en “asuntos prioritarios” como la pandemia, en lugar de atender al último embrollo que mancha su reputación, el que cuestiona la financiación de las obras de su residencia en Downing Street.
Ese asunto le enfrentará a una investigación que pondrá en marcha la Comisión Electoral –la agencia independiente que controla cómo se financian los partidos– por las dudas generadas en torno a cómo se sufragó inicialmente la reforma acometida en el apartamento que ocupan Johnson, su pareja, Carrie Symonds, y el hijo de ambos, Wilfred.
La comisión sostiene que existen “motivos razonables para sospechar que puede haber habido una o más infracciones” de las reglas en las obras para acondicionar el piso del jefe del Ejecutivo, quien podría haber recibido un préstamo no declarado.
Johnson, que el miércoles ya se defendió ante el Parlamento de cualquier crítica de mala práctica y aclaró que él personalmente asumió los gastos, afirmó ayer en declaraciones a Sky News que “lo que quieren los ciudadanos es que este Gobierno se centre en las prioridades de la gente”, desviando así la atención que rodea a la reforma de su casa.
En un nuevo intento por virar el foco a preguntas de los reporteros, el líder tory incidió en que no creía que éste fuera ahora “el asunto más importante para los ciudadanos del Reino Unido (...)”, más preocupados por “temas como la educación y otros muchos problemas”.