Europa Sur

El Barça gana en Valencia y mantiene el pulso por la Liga

El equipo de Ballesta, muy justito de fuerzas, iguala ante un rival más entero que le maniata Los albirrojos siguen cuartos, ahora a un punto del tercero, el San Fernando, a una jornada

- Algeciras Alessio González Linares

Tener el sueño al alcance, a un solo gol y ver como cambia de manos sin poder hacer nada. El Algeciras CF dejó escapar una oportunida­d de oro para recuperar la tercera plaza. El equipo albirrojo empató sin goles con el Linares Deportivo en su despedida de temporada del Nuevo Mirador. Los de Salva Ballesta estuvieron maniatados e impotentes ante un equipo mucho más fuerte a día de hoy, más fresco, un bloque de hormigón armado que lo tiene de cara para acabar como campeón de campeones del grupo IV. Lo mejor es que, a pesar de todo, el Algeciras sigue con opciones de alcanzar el playoff de ascenso en la última jornada: necesita vencer en Murcia al UCAM -que aún puede ser primero- y que el San Fernando no gane en Sevilla al Betis Deportivo en un mano a mano por el codiciadís­imo tercer billete para el sueño de LaLiga SmartBank.

Hay vida y hay esperanza, y hasta el rabo... ya se sabe, pero el Algeciras ha llegado muy justito de fuerzas y de ideas al último tirón de la segunda fase. El partido que estaba llamado a ser una especie de homenaje entre equipo y afición no acabó con buen sabor de boca. Hubo recibimien­to a la plantilla, aplausos antes, durante y después, y el aliento que nunca falta desde el cemento de los 800 incondicio­nales que sin el bicho de por medio habrían sido miles. Sin embargo, todo este calor no fue suficiente para que el Algeciras lograse derribar a un Linares sin fisuras, una escuadra inteligent­e y trabajadís­ima que no hace alardes pero tampoco los necesita. Los azulillos, que ya ganaron en Linarejos por su intensidad, estuvieron más cerca de la victoria que los rojiblanco­s en el Nuevo Mirador, al menos por ocasiones.

El Algeciras, demasiado impreciso al principio, se empecinó en intentar hacer algo que el Linares no le permitía. Los de Ballesta se ahogaron en su propio terreno tratando de jugar el balón ante una presión altísima. Con muchos hombres acumulados atrás y los de ataque descolgado­s arriba, se hizo un vacío en el centro del campo que convirtió el primer tiempo en una dictadura de los azulillos.

Ballesta formó un once reconocibl­e en un plantel que ya no está para revolucion­es. Volvió Dani Espejo y entró Yelko Pino. Son muchos los algecirist­as que se van a quedar con la sensación de que apenas se ha visto al gallego con continuida­d este curso. El resto, lo que queda en un vestuario exhausto aunque hay gente joven con muy pocos minutos.

Los primeros compases del Algeciras fueron rematadame­nte malos. El Linares no marcó de milagro ante la indecisión de un equipo que parecía un f lan y no era capaz de salir con el balón y se resistía a hacerlo en largo. Esa asfixia dio pie a algún que otro susto y a un disparo de Toni García que casi aprovecha un regalo de Vallejo.

Los de casa tardaron en asomarse al balcón contrario. Hasta el minuto 19 no hilaron una acción rápida en la que Almenara disparó blandito a los guantes de Razak. Esos chispazos con toques rápidos es lo que al Algeciras le ha venido funcionand­o, pero si no hay chispa... Complicado.

El dominio visitante aplomó un primer tiempo en el que hubo poco que destacar salvo por un disparo con peligro de Toni García desde fuera del área que despejó Vallejo y otro chut del extremo de nuevo replicado por el meta algecirist­a, con el rechace fuera por poco en botas de Sanchidriá­n. ¿Y el Algeciras? El Algeciras se pasó los primeros 45 minutos corriendo para atrás.

Tras el descanso, Salva metió al primero de los tres cambios que hizo. El míster no es de gastar las cinco sustitucio­nes a pesar de algunos van en reserva. Reapareció Raúl Hernández y el Algeciras trató de llegar a base de corazón más que de otra cosa. El rival siguió a lo suyo y estuvo a punto de marcar tras un chutazo de Julio Gracia que escupió el larguero. De hecho el Linares marcó en el rechace que cazó Marc Mas pero el árbitro anuló por fuera de juego a instancias de su asistente. Corría el minuto 56 y el Mirador veía como sus guerreros querían pero no podían.

Las intentonas más atrevidas del Algeciras llegaron por la banda izquierda, la mejor con un centro de Llinares que Canillas no acertó a rematar. Muy poquito del ariete malagueño en punta de lanza. Mas dio otro susto con un cabezazo que casi se le escurre a Vallejo de las manos y poco más en una recta final en la que la afición achuchó para dar ese empujoncit­o final.

Consciente­s de que el Betis Deportivo perdía por dos goles en Sanlúcar y de que la tercera plaza estaba a tiro de victoria, el algecirism­o se desgañitó en unos últimos compases estériles. Que la segunda fase era un premio para disfrutar, que sí, que ya se ha dicho hasta la saciedad, pero cuesta ver tan cerca un playoff a Segunda A y no alcanzarlo por centímetro­s.

Todavía queda una oportunida­d más y el fútbol ya ha demostrado que cualquier cosa es posible. El algecirism­o, seguro, creerá una vez más de aquí al domingo. ¿Lo hará el equipo? En siete días, la respuesta.

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 ?? REPORTAJE GRÁFICO: M. C. I. C. ?? El algecirist­a Iván y el azulillo Morante, ayer en el Nuevo Mirador.
REPORTAJE GRÁFICO: M. C. I. C. El algecirist­a Iván y el azulillo Morante, ayer en el Nuevo Mirador.
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Yelko controla el esférico en presencia de dos adversario­s y del árbitro.
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Llinares persigue el balón ante un contrario.

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