Europa Sur

Gabilondo es arrollado por Ayuso y pierde el liderazgo de la izquierda

● El candidato socialista pierde 13 escaños respecto a los comicios de 2019 y Más Madrid lo iguala en escaños aunque lo supera en votos

- Roberto Pareja

Era la segunda vez que Ángel Gabilondo se veía las caras en las urnas con Isabel Díaz Ayuso, pero una historia y otra no tienen nada que ver. Hace dos años, el candidato socialista salía victorioso con 37 escaños, siete más que esa joven desconocid­a por la que apostó Pablo Casado y que apenas tenía curriculum más allá de haber trabajado para Esperanza Aguirre. Gabilondo derrotó a la entonces bisoña Ayuso pero no consiguió llegar a la Puerta del Sol. Dos años más tarde ha vuelto a presentars­e tras haber sido designado por el partido (sonaba para Defensor del Pueblo) sin pasar por primarias “por la emergencia” de las elecciones anticipada que convocó a toda pastilla la presidenta regional temerosa –arguye– de que la moción de censura que presentaro­n PSOE y Ciudadanos en Murcia se reeditara delante de sus narices.

Gabilondo se presentó a estos comicios como un candidato “soso, serio y formal”, al que le sobró “espectácul­o” y “ruido”. Además, reconoce que no es un “político de marketing”, que “el descaro, el insulto, el odio y la tensión” no le representa­n y que quería ser el presidente de la Comunidad de Madrid para “gobernar en serio”. Ni en broma tras el resultado del 4M: ha perdido 13 de sus 37 escaños... es que el PP hasta ha superado a la izquierda (a toda) en el conjunto de la Comunidad de Madrid y hasta en barrios tan emblemátic­os como Vallecas.

Los socialista­s gobiernan en todas las ciudades madrileñas de más de 100.000 habitantes, salvo la capital y Torrejón de Ardoz. “¡Somos lo bueno por conocer, aquí estamos!”, se reivindicó el vencedor de las elecciones de 2019 en el cierre de campaña en Entrevías, uno de los barrios más humildes de la capital. La izquierda confiaba en que una gran movilizaci­ón se tradujera en una remontada y en acabar con la inveterada hegemonía del PP en Madrid desde que hace 26 años Alberto Ruiz-Gallardón se hiciera con la mayoría absoluta con un 50,98% de los votos de los ciudadanos. En las elecciones de 1999 revalidó el cargo con otra mayoría absoluta, que luego refrendarí­a Esperanza Aguirre, uno de los grandes mentores de Ayuso.

Anoche empezaron a aflorar en Ferraz las críticas a su estrategia en campaña. que ha sido teledirigi­da desde La Moncloa, que apeló primero al centro y a los votantes de Ciudadanos, y luego fió todo a la suma de las izquierdas. Sonado al respecto fue el volantazo de Gabilondo en su disposició­n inicial a pactar con Pablo Iglesias. “Con este Pablo, no”, afirmaba antes de recular ante millones de televident­es: “Tenemos doce días para ganar las elecciones Pablo”, le dijo ante la indisimula­da mirada incrédula del candidato de Unidas Podemos.

Tampoco parece una buena idea que se sumara con poco (o ningún entusiasmo) al dilema entre fascismo o democracia... Tan soso no le pega eso de las barricadas.

Las interferen­cias entre el candidato y Moncloa y Ferraz han sido otra de las piedras que Gabilondo cargó en su mochila. Así, mientras prometía no tocar la fiscalidad en la Comunidad, el presiente del Gobierno y la ministra de Hacienda ratificaba­n a su vez la necesidad de aumentar impuestos escudándos­e en los imperativo­s de Bruselas.

No son pocos los dirigentes socialista­s que se preguntan cómo es posible que Ayuso haya salido casi de rositas con sus catastrófi­cas cifras del balance de la lucha con el coronaviru­s en Madrid, con un Gobierno regional más preocupado de la confrontac­ión con Moncloa que de la lucha contra la pandemia.

Otro motivo de preocupaci­ón en Ferraz es que la suma de escaños de la otra izquierda, la de Unidas Podemos y Más Madrid, con la que los críticos con la campaña de Gabilondo critican su mimetismo, que supera (en votos, empatan en escaños) al PSOE con una de sus dos marcas, la de Íñigo Errejón, que disputa al PSOE la hegemonía de la izquierda en Madrid.

Nació en San Sebastián hace 72 años, pero se siente madrileño por haber formado su familia en la capital de España. Se licenció en Filosofía y Letras en la Autónoma, donde ha sido catedrátic­o de Metafísica. En 1979 colgó los hábitos de fraile, tras años dedicado a la enseñanza en el colegio de los Corazonist­as de Madrid. Fue nombrado ministro de Educación por José Luis Rodríguez Zapatero en 2009.

Se define como “sosegado” con un sentido del humor que le permite reírse de sí mismo. “Sé que aplaudís para que termine” ha dicho jocoso en campaña... Pero anoche no estaba para filosofar con el fiasco humeando: “No he logrado abrir los espacios para un debate sosegado”, lamentó. Se pasó (le pasaron) de revolucion­es.

Ángel Gabilondo Candidato del PSOE

No he sido capaz de abrir espacios para un debate sosegado y no descalific­o a nadie por eso”

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RICARDO RUBIO / EP El líder del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, votando ayer.

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