La UE debatirá con cautela el plan de Biden para liberar patentes
Von der Leyen se abre a estudiar la propuesta de EEUU sobre las vacunas, pero ve más urgente la exportación
La Comisión Europea (CE) reaccionó ayer con cautela al apoyo a la liberalización de las patentes de vacunas anunciado por EEUU, un país que tiene más ciudadanos vacunados pero que apenas exporta fármacos al resto del mundo, al contrario que una Unión Europea que presume de liderazgo solidario. Los jefes de Estado y de Gobierno iniciarán hoy la reflexión sobre la idea de suspender temporalmente las patentes en un debate que los Veintisiete abordan con muchas reservas pero que se ve forzado desde Washington por el anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, de que apoya liberalizar la producción de los sueros mientras dure la pandemia.
“La UE está a la vanguardia de las entregas de vacunas eficaces al resto del mundo: ¡hasta ahora, más de 200 millones de dosis! Tanto como se han entregado a los europeos”, publicó en Twitter la presidenta del Ejecutivo Comunitario, Ursula von der Leyen, quien agregó que Bruselas está dispuesta a debatir esa y otras propuestas. Pero a “corto plazo”, Von der Leyen llamó “a todos los países productores de vacunas para que permitan la exportación de inmediato y eviten medidas que interrumpan las cadenas de suministro”, en una referencia velada a las casi inexistentes entregas de dosis de EEUU a otros países.
Fuentes europeas explicaron que una liberalización de patentes tardaría al menos dos años en hacerse efectiva a través de la Organización Mundial del Comercio, y apuntaron que los principales beneficiados serían dos grandes potencias como China y la India, ya que se aprovecharían de la tecnología “revolucionaria” del ARN mensajero (ARNm), que supone una “ventaja competitiva” que hay que “preservar”.
La maniobra de la Administración que dirige Joe Biden, en la que subyace una lucha por el relato entre grandes potencias, pilló por sorpresa a la UE.
Washington no avisó de antemano a Bruselas, según se deducía de la elusiva respuesta que ofreció y reiteró en rueda de prensa la viceportavoz de la Comisión Europea, Dana Spinant
–“No tengo constancia”, dijo– y confirmaron después las citadas fuentes comunitarias.
En todo caso, las fuentes mantienen que liberalizar las patentes no es la “varita mágica” que resuelve el problema, sino que es necesario aumentar las donaciones de dosis, reducir las restricciones a la exportación y aumentar la producción mundial.
Bruselas ha facilitado datos (parciales) sobre entregas a terceros países de vacunas producidas en la UE por empresas como PfizerBionTech,
Moderna, Astrazeneca o Janssen. El desglose de los datos ofrecidos muestra que el grueso no ha ido destinado a países pobres: entre el 30 de enero y el 3 de mayo, la UE autorizó la exportación de 178 millones de dosis a 45 países. Los destinos conocidos, el 82% del total, corresponden a Japón, el Reino Unido, Canadá, México, Arabia Saudí, Turquía, Suiza, Singapur, Colombia y Corea del Sur.
Los Veintisiete y asociados como Andorra o Islandia han recibido entre tanto 190.619.971 millones de dosis, según el último recuento del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, mientras que Washington ha tenido prácticamente secuestrada su producción y ha administrado unas 250 millones de dosis a sus ciudadanos.
Desde que los científicos empezaron a buscar la vacuna, la liberalización de patentes ha sido parte del debate, alentada por organizaciones humanitarias y países en desarrollo. Hasta ahora, la CE se había mostrado contraria a esa medida. El anuncio de Washington, que no es una decisión en firme pero que llevó a las farmacéuticas a caer en Bolsa, no ha gustado a la industria de las medicinas.