Una montaña rusa de ‘Champions’ que impulsa el cambio
El Real Madrid cerró con impotencia su participación en la Liga de Campeones, sintiéndose inferior en la eliminatoria ante el Chelsea, en unas semifinales que ya sólo pisarlas fueron un logro tras estar subido a una montaña rusa, pasando de ver de cerca el descrédito de la Liga Europa a llegar a pensar que la experiencia acercaría al éxito.
Una eliminación europea siempre impulsa un momento de reflexión interno en el club blanco. El orgullo de volver a estar entre los cuatro mejores equipos de Europa pasa a un segundo plano ante la distancia mostrada ante un rival como el Chelsea. Convertido en verdugo del fútbol español, los blues superaron a Sevilla, Atlético de Madrid y Real Madrid camino de la final inglesa ante el City. Una muestra de la realidad que vive el fútbol y la perdida de poderío de la Liga.
Tenía que tomar decisiones de riesgo Zinedine Zidane por el estado en el que quedó su plantilla tras la semana de la eliminatoria de cuartos de final ante el Liverpool y el clásico ante el Barcelona de por medio. Le pasó factura no rotar y desde que avisó de que sus jugadores estaban al límite, el desplome se produjo pese a los continuos cambios. En Stamford Bridge debía decidir entre apostar por los jugadores de peso que regresaban tras lesión o dar paso a los sustitutos sin sentir que mejorarían sus prestaciones. Su falta de confianza en futbolistas como Odriozola, Marcelo o Isco quedó demostrada e invita a que piensen en una salida.
Optó por la primera opción y se vio a Sergio Ramos, Mendy o Hazard a mucha distancia física de los rivales. Sumado al agotamiento físico de un centro del campo que se vino abajo en los dos duelos ante el recital de Kanté, sólo el orgullo de un equipo acostumbrado a esas batallas y las paradas de Courtois lo mantuvieron vivo 175 minutos.
En pleno dolor por la derrota, una imagen generó la indignación que no provocó el equipo en el terreno de juego. La imagen de Hazard compartiendo risas con excompañeros, hoy rivales, se hizo viral. A Eden nadie le explicó lo que significa el escudo que defiende.