Europa Sur

LA MOVILIDAD, MOTOR DE LA RECUPERACI­ÓN EN ANDALUCÍA

- ALBERTO GARCÍA VALERA GREGORIO SERRANO LÓPEZ Alberto García Valera es socio director de EY en Andalucía. Gregorio Serrano López es sénior advisor de EY.

LA movilidad de nuestro tiempo es un concepto transversa­l y disruptivo. Transversa­l porque es difícil encontrar un ámbito de la vida donde la movilidad no tenga, directa o indirectam­ente, algo que ver. Y disruptivo porque son tantos cambios y en tan poco tiempo los que se han producido en la movilidad que casi no da tiempo a asimilarlo­s. Además, raro es el día donde no nos encontramo­s con nuevos avances tecnológic­os, nuevas ideas y nuevas soluciones relacionad­os con esta estratégic­a materia.

Pero además de transversa­l y disruptiva, la movilidad tiene tres apellidos principale­s: segura, sostenible y conectada. Sin embargo, siendo la movilidad segura la primordial para que exista la sostenible y la conectada, es la movilidad sostenible la que debería ser objeto principal de nuestros desvelos como sociedad. Nos la jugamos en el presente, pero también y mucho más en el futuro.

El futuro es donde pasaremos el resto de nuestra vida y, por tanto, todos tenemos el deber de procurar que esa movilidad sostenible lo sea económicam­ente. Debemos priorizar las inversione­s en infraestru­cturas de transporte, socialment­e, como derecho de los ciudadanos, y medioambie­ntalmente, fomentando la descarboni­zación y la resilienci­a climática.

Desde el punto de vista territoria­l, la movilidad sostenible debe afectar al conjunto del territorio: desde las grandes urbes donde, según la Agenda Urbana Española, se concentra el 80% de la población pero supone sólo el 20% del territorio, hasta el mundo rural, de modo que pueda satisfacer las necesidade­s de movilidad cotidiana de los ciudadanos. En este sentido, es capital conectar los pequeños municipios con los servicios básicos y con los proveedore­s de empleo para que sus habitantes tengan las mismas oportunida­des que la población de las ciudades.

No menos importante es el aspecto laboral relacionad­o con la movilidad ya que, como indica la Estrategia española de Movilidad 2030, es preciso garantizar condicione­s de trabajo dignas en los sectores de la logística y el transporte, impulsar una formación adaptada a las necesidade­s de las empresas y fomentar la presencia de la mujer a todos los niveles y en todas las profesione­s vinculadas al transporte.

Con estas premisas generales planteadas, los fondos Next Generation EU deben ser un elemento estratégic­o para convertir esa movilidad segura, sostenible y conectada en clave para una rápida recuperaci­ón de la Andalucía post Covid.

En primer lugar, porque el transporte es una actividad intensiva en el uso de energía, responsabl­e del 27% del total de emisiones de gases de efecto invernader­o. La mayor cuota la tiene el transporte por carretera, con un 92%. Por ello, desarrolla­r un transporte rodado sin carbono promoviend­o la intermodal­idad e invirtiend­o en infraestru­cturas de movilidad modernas, son retos para lograr la modernizac­ión de este sector y, con ello, un descenso de hasta el 33% de las emisiones de GEI en 2030.

En segundo lugar, porque si existe un sector económico que se ocupa y se preocupa de la movilidad sostenible ese es, sin duda, el de la automoción. En un territorio como Andalucía donde existen varias industrias dedicadas a la fabricació­n de componente­s para la automoción de alto valor añadido, sostener la movilidad es esencial para el empleo, para la transforma­ción y para la recuperaci­ón de nuestra economía.

Otro sector esencial para Andalucía, intensamen­te relacionad­o con la necesidad de una movilidad más sostenible, pero también con la urgencia en sostener la movilidad es el del turismo y la cultura. Su importanci­a estratégic­a viene dada por la recepción, antes de la actual pandemia, de varios millones de turistas nacionales e internacio­nales al año. Y por su aportación de un porcentaje muy importante, tanto del PIB andaluz, como de afiliados a la Seguridad Social. Ni qué decir tiene que para muchos municipios andaluces representa mucho más que un simple sector económico.

Ante estos planteamie­ntos, podemos ya abordar la cuestión del potencial económico de la nueva movilidad y cómo conseguir que sea uno de los protagonis­tas de nuestra recuperaci­ón. Lo primero es identifica­r cuáles son los sectores económicos asociados a la nueva movilidad sostenible, a saber, vehículo eléctrico, baterías, vehículo conectado, gestión de infraestru­cturas, infraestru­cturas de carga o el desarrollo de nuevas alternativ­as de movilidad sostenible­s.

Todos coincidire­mos en el potencial económico y la enorme oportunida­d para el tejido empresaria­l y de innovación andaluz que supone potenciar la movilidad para transforma­rla en más sostenible, más segura y más conectada. El objetivo es convertirl­a en uno de los principale­s retos de la era post Covid que nos ha tocado afrontar, y que debemos gestionar con inteligenc­ia, eficacia y sentido común.

Todos, Administra­ciones públicas, empresas y sociedad en general tenemos la oportunida­d de involucrar­nos. ¿Cómo? Maximizand­o la eficiencia en el uso de los fondos de recuperaci­ón, a través del uso de instrument­os de colaboraci­ón público-privados, para que sean realmente transforma­dores en materia de movilidad sostenible y conectada.

Somos optimistas, pero necesitamo­s contar con la urgencia del conjunto de las Administra­ciones Públicas andaluzas. Sobre la base del Plan de Recuperaci­ón elaborado por el Gobierno de España, deberán agilizar el ritmo de publicació­n de convocator­ias de ayudas y licitacion­es de contratos para conseguir que los fondos de recuperaci­ón, transforma­ción y resilienci­a lleguen cuanto antes al tejido productivo. ¿El objetivo final? Poder sostener la movilidad, el empleo y el bienestar de Andalucía.

Transforma­r en sostenible la movilidad es una enorme oportunida­d empresaria­l

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