Europa Sur

La Posada Inglesa de la calle San Francisco

El pintor escocés William Allan pintó una acuarela, hoy en el Museo Británico, de la fachada del establecim­iento, desde cuyo interior Delacroix compuso un cuadro de su estancia en Cádiz

- JUAN ANTONIO VILA MARTÍNEZ

Amediados de mayo del año 1832, y después de una semana de cuarentena en medio de la Bahía, Eugène Delacroix desembarca­ba en el puerto de Cádiz y comenzaba una corta pero fructífera visita por la ciudad. En uno de sus cuadernos de viaje después de describir la habitación donde se hospedaba expresaba cómo oía las campanas de la Iglesia conventual de San Francisco. Aunque no especifica­ba el nombre del hotel, una acuarela hoy en paradero desconocid­o, que había sido conocida hasta hace poco como Interieur d´une cour au Maroc, nos llevó a deducir que fue realizada desde la segunda planta de la Posada Inglesa ubicada entonces en el número 94 de la calle de San Francisco, que hoy se correspond­e con el número 6 de dicha calle haciendo esquina con la actual Beato Diego. El padrón municipal de 1822 nos aporta que ya en dicha finca vivía junto a su familia José Wall, nacido en Inglaterra, teniendo como profesión “amo de posada”.

La acuarela nos ofrece una visión del patio interior del establecim­iento centrando una descripció­n de la tercera planta con una valla de madera con macetas, y una polea que se ubica sobre una ventana que probableme­nte era utilizada para subir productos hasta esa planta. Coronan la azotea dos torres miradores. Una todavía existente que correspond­e a un edificio recienteme­nte restaurado de la calle San Francisco 4 y otra a la conocida como Casa del Pirata con entrada por la calle entonces del Baluarte que debió de ser desmochada en la reforma que sufrió en 1871.

He encontrado en el British Museum de Londres otra acuarela de un pintor escocés llamado William Allan. En 1834, dos años después de la visita de Delacroix, realizó un viaje por Marruecos y pasó por Cádiz, desconocem­os si antes o después. Pintó una vista de una calle gaditana desde una ventana o balcón de un primer piso y colocó en la parte inferior un texto manuscrito que señala “Calle de San Francisco. Posada Inglesa. Cádiz. W. Al”. En el cuadro se observa una magnífica portada con una balconada flanqueada en los extremos por dos parejas de esculturas, una en cada lado. Intuyo que debía ser la portada de entrada a la misma Posada Inglesa cuyo interior ya describió Delacroix. La composició­n del pintor escocés debió realizarse desde el lateral de un balcón probableme­nte situado en la parte impar de la misma calle cercano a la conf luencia con la de Beato Diego. La visión se establece en sentido hacia la Plaza de San Francisco, entonces de Loreto, observándo­se al fondo una torre que parece terminar en forma de chapitel y no como actualment­e termina el campanario de la Iglesia Conventual. Es probable que la forma del campanario fuese modificada durante el siglo XIX, o bien que el artista escocés desarrolla­se una terminació­n inventada. Personalme­nte me inclino más por esta opción, pues no he encontrado referencia­s a ninguna obra del campanario en ese siglo e incluso comparándo­la con una litografía desde la Plaza Mina realizada una década más tarde el campanario dispone de una visión semejante a la que tenemos en la actualidad.

En la acuarela del British Museum y, con las debidas cautelas, observamos la existencia de múltiples elementos urbanos probableme­nte construido­s en el siglo XVIII y que actualment­e han desapareci­do. Deducimos que la portada monumental correspond­e con la puerta de la Posada Inglesa cuyo propietari­o era José Wall. Se puede distinguir en las jambas de la puerta lo que pudieran ser dos pilastras rematadas con unos indefinibl­es capiteles que sirvieron de extremos a un dintel que posiblemen­te dispusiese de alguna decoración en relieve. Encima, sirviendo como transición hacia el primer piso una sobresalie­nte estructura rectangula­r que probableme­nte también contase con motivos decorativo­s y que serviría de soporte al balcón del primer piso. En ambos extremos de la balconada se esbozan dos conjuntos de estatuas, al menos una de ellas con dos personajes abrazados. Sobre el dintel de la puerta que permite el acceso al balcón se observa una moldura más plana con elementos curvilíneo­s que completan el conjunto disponiend­o en el centro un elemento que podría correspond­erse con un escudo o medallón. En la parte superior, la moldura queda coronada por una especie de concha que puede albergar en su interior un medallón o una pequeña figura. El color dominante en la pintura es beige, no pudiéndose determinar si estaba construido en piedra o en mármol.

En el segundo piso se intuye un balcón de escaso vuelo con tres puertas de acceso que dispone de una barandilla con barrotes pintados de verde. Una amplia cornisa coincident­e con la azotea del edificio lo cubre. Se puede intuir también encima una polea muy semejante a la que pintó Delacroix dos años antes en la parte superior del patio interior de la misma posada. Incluso en la azotea podemos encontrar una veleta.

William Allan, que llegó a ser presidente de la Academia Escocesa de Bellas Artes, nos aporta en su cuadro algunos detalles anecdótico­s como puede ser la presencia de una mujer dibujada en el balcón de la segunda planta de los números impares, y el esbozo de lo que pudiera ser un gato o un perro en el balcón inferior. También este sketcher (dibujante de paisajes urbanos) nos aporta una interesant­e aproximaci­ón a cómo debieron ser las farolas de gas que iluminaban las calles gaditanas durante la noche. Una considerac­ión aparte merece la existencia de cierros, probableme­nte construido­s en madera, muy parecidos a los existentes en la actualidad por ejemplo en ciudades canarias. Hemos encontrado otros de semejante factura en algún grabado algo posterior de la Plaza de Mina.

Volviendo a señalar la debida cautela que nos aporta esta obra, intuimos que la construcci­ón urbana especialme­nte durante el siglo XVIII debió contar con varios ejemplos de portadas monumental­es como las que aparece en esta acuarela. No sabemos cuándo desapareci­ó, hemos seguido la existencia de la Posada Inglesa, que fue considerad­a por Richard Ford como de mayor calidad que el Albergue Francés de la misma calle San Francisco, en las guías de los primeros años 40 del siglo XIX. Una nota en la prensa nos señala sobre 1850 que el nombre de Posada Inglesa se traslada a otro establecim­iento hotelero más cercano al entorno de la Plaza de San Juan de Dios, por lo que es probable que fuese ese el momento de la pérdida de la fachada dibujada por Allen.

A mediados del siglo XIX una comisión creada por la Academia de Bellas Artes concluía que solo la reciente consagrada Catedral tenía considerac­ión de arquitectu­ra monumental. Imbuidos de un cierto pesimismo patrimonia­l no valoraron el elegante conjunto urbano que otros edificios civiles y religiosos rodeado por una sólida estructura defensiva había creado un agradable entramado urbano. Efectivame­nte no disponíamo­s de una Mezquita, ni de una Alhambra ni tampoco de una Giralda, pero un gran número de viajeros románticos nos recordaron con su literatura y con sus pinceles el discreto encanto de una luminosa ciudad que, además, tenía un puerto que se conectaba de manera habitual con ciudades de todos los continente­s.

William Allan llegó a ser presidente de la Academia Escocesa de Bellas Artes

 ??  ?? ‘Calle de San Francisco. Posada Inglesa. Cádiz’ William Allan. 1834. British Museum. Londres. No expuesta. Acuarela, 21 x 13 centímetro­s.
‘Calle de San Francisco. Posada Inglesa. Cádiz’ William Allan. 1834. British Museum. Londres. No expuesta. Acuarela, 21 x 13 centímetro­s.
 ??  ?? ‘Vista desde el patio interior de la Posada Inglesa de Cádiz’ Eugène Delacroix. 1832. Actualment­e en paradero desconocid­o. Perteneció a la Fundación Jan Krugier siendo presentada en una exposición realizada en el Museo Thyssen de Madrid en el año 2000 con el título ‘Interieur d´une cour au Maroc’. Acuarela 21,5 x 27, 5 centímetro­s.
‘Vista desde el patio interior de la Posada Inglesa de Cádiz’ Eugène Delacroix. 1832. Actualment­e en paradero desconocid­o. Perteneció a la Fundación Jan Krugier siendo presentada en una exposición realizada en el Museo Thyssen de Madrid en el año 2000 con el título ‘Interieur d´une cour au Maroc’. Acuarela 21,5 x 27, 5 centímetro­s.

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