Nadal destrona a Djokovic en Roma
Rafael Nadal conquistó su décimo título en el Masters 1.000 de Roma, al doblegar al serbio Novak Djokovic, número uno del ránking y defensor del título, por 7-5, 1-6 y 6-3 en 2:49 horas. De esta forma, el balear igualó los 36 triunfos en los Masters 1.000 del serbio y selló su segundo título del año, tras el que consiguió en Barcelona, al imponerse por vigésimo octava vez en 57 enfrentamientos con el de Belgrado.
El mallorquín selló su décima corona en Roma tras un torneo de alta intensidad, en el que tuvo que salvar dos bolas de partido contra el canadiense Denis Shapovalov en la tercera ronda. La pista central del Foro Itálico, a la que accedieron 2.917 aficionados, ligeramente menos del 25% del aforo total, albergó el clásico más grande del tenis moderno.
El mallorquín y el balcánico se enfrentaron por primera vez este 2021, tras verse las caras por última vez en la final de Roland Garros,
cuando el español ganó su decimotercer título parisino. Un veredicto repetido en la tierra batida romana, tras otra batalla de tremenda intensidad.
Arrancó mejor Djokovic, que estuvo 4:56 horas en la pista el sábado, cuando tuvo que ganar su duelo de cuartos y de semifinal al griego Stefanos Tsitsipas y al italiano Lorenzo Sonego. El serbio se escapó 0-2, pero Nadal le devolvió la rotura de forma inmediata. Ambos jugadores se llevaron al límite y el manacorí, en
Logró su décimo título en el Foro Itálico ganando por vigésima octava vez en sus 56 duelos con el serbio
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Masters 1.000. Nadal iguala la marca de triunfos de Djokovic en esta categoría de torneo
una carrera, volvió a resbalarse en una línea y a caer al suelo, algo que ya le pasó en octavos contra el alemán Alexander Zverev. “Nos vamos a matar aquí”, aseguró fastidiado con una vistosa herida en una pierna.
Tuvo más calma y lucidez que Djokovic y logró llevarse una primera manga muy igualada gracias a una racha de tres juegos consecutivos, del 4-5 al 7-5 para hacerse con la primera manga. Djokovic estaba visiblemente fastidiado y lanzó fuertes gritos hacia sus entrenadores, pero logró
cambiar radicalmente de actitud en el segundo set y, con dos roturas en el cuarto y sexto juegos, restableció la igualdad con un contundente 6-1. El único remordimiento para Nadal fue en el tercer juego, cuando tuvo una oportunidad de rotura, sin lograr aprovecharla.
El ritmo y la intensidad competitiva volvió a dispararse en la tercera manga, igualada hasta el 2-2, cuando llegó el momento clave del duelo. Nadal necesitó salvar dos bolas de break, una de ellas con un espectacular revés, y ganó el juego con una gran derecha, celebrada por todo lo alto con un “vamos”.
Sabía Nadal cuánto pesaba ese punto y de hecho a partir de ese momento aumentó de forma vertical su nivel, hasta romper el saque de Djokovic en el juego siguiente para escaparse 4-2. Tuvo su primera bola de partido con un 5-2 y saque de Djokovic, pero selló su victoria con el servicio para un 6-3 que lo coronó por décima vez en Roma, 16 años después de su primer triunfo en 2005.