El G-20 se compromete a combatir la desigualdad en la vacunación
Los líderes del G-20, las veinte potencias mundiales, se comprometieron ayer a reducir la desigualdad en el acceso a las vacunas de los países pobres y a extender su producción global, defendiendo el multilateralismo. El G-20, presidido por Italia, celebró su cumbre de Sanidad de forma telemática, coordinada desde Roma por el primer ministro anfitrión, Mario Draghi, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y acabó con una lista de compromisos.
Se trata de la Declaración de Roma, un compendio de dieciséis principios no sólo para combatir la actual crisis sanitaria, sino también para evitar otras futuras. Y como preámbulo acuerdan defender “la solidaridad, la equidad y la cooperación multilateral”.
Von der Leyen explicó que la síntesis del documento es un “no” al nacionalismo sanitario y una clara apuesta por la cooperación secundada por los heterogéneos países del grupo, desde EEUU o la UE hasta Rusia, Arabia Saudí o China.
El primer principio promete “apoyar y mejorar la arquitectura sanitaria multilateral existente” de cara al futuro.
La cooperación también pasará por invertir en una red mundial de salud, apostando por la inclusión social y la igualdad de género. La pandemia “sigue siendo una crisis sanitaria y socioeconómica global sin precedentes”, para la que es preciso extender la vacunación. De las 1.500 millones de dosis inyectadas en el mundo, sólo un 0,3% fueron a países pobres y el 90% a los del G-20. Esto se traduce en que el 2% de los africanos han sido vacunados, mientras que en la UE se llega al 20% y en EEUU, al 40%.