Europa Sur

Sobre tres meritorios proyectos industrial­es onubenses

● Atlantic Copper y Fertiberia desarrolla­n iniciativa­s que tienen en común la recuperaci­ón y la sostenibil­idad y pueden hacer realidad en Huelva la agenda política europea

- RAFAEL SALGUEIRO Catedrátic­o de Economía en la Universida­d de Sevilla

ESTÁN siendo noticiosos tres proyectos de importanci­a en Huelva, promovidos por dos empresas de larga trayectori­a y arraigo local: Atlantic Copper y Fertiberia. La fundidora y refinadora de cobre ha proyectado una planta de recuperaci­ón de metales contenidos en residuos de aparatos eléctricos y electrónic­os, con una capacidad de proceso de 60.000 toneladas anuales. Estos residuos, cuando están debidament­e almacenado­s una vez fuera de uso, no significan un peligro para el medio ambiente. Sin embargo, este almacenami­ento, en el caso de que se pudiera asegurar, significar­ía un desperdici­o de materias primas valiosas, en algunos casos escasas e incluso considerad­as críticas en la Unión Europea. Entre los metales recuperabl­es se encuentran plata, platino, paladio, oro, cobre. níquel, cinc o estaño.

La inversión anunciada para este proyecto, denominado CirCular, asciende a 262 millones de euros. El proceso es bastante complejo y sólo tiene sentido económico si al menos se alcanza la dimensión mínima eficiente para una planta de esta naturaleza. Es un disparate pensar que la recuperaci­ón de materiales contenidos en dispositiv­os eléctricos y electrónic­os puede ser realizado a la escala de la generación provincial o regional de estos residuos. Esta dimensión haría imposible la rentabilid­ad de una planta, ni siquiera la necesaria para amortizar la inversión. Quizá algunos, segurament­e mal informados, piensen que la economía circular consiste en que los productos se diseñen pensando en su reparación, que haya suministro de repuestos durante un largo periodo, y que reutilicem­os con más frecuencia. En parte lo es, desde luego; pero es fácil de lograr, al igual que lo es la refundició­n de metales. Lo difícil es recuperar materias primas tal como se prevé en este proyecto onubense, muy acertadame­nte calificado como estratégic­o por la Junta de Andalucía.

Sólo a unos kilómetros de la capital, en la planta de Fertiberia en Palos, una importantí­sima productora de amoníaco, urea y del aditivo AdBlue, se ha previsto un gran proyecto de utilizació­n de hidrógeno verde, que reemplazar­á parcialmen­te la utilizació­n de gas natural (CH4) como materia prima. Como es sabido, ese calificati­vo se aplica al hidrógeno producido mediante electrolis­is de agua empleando electricid­ad generada de forma renovable. El socio en el proyecto es Iberdrola, que suministra­rá la energía eléctrica, y conjuntame­nte realizarán un primer proyecto, de menor escala, asociado a la planta de

Fertiberia en Puertollan­o (Ciudad Real). No es posible la sustitució­n completa del gas natural por varias razones, pero ello no es razón para criticar el proyecto, tal como algunos han manifestad­o. Por el contrario, supone un paso enormement­e significat­ivo dentro de la “Hoja de ruta hacia el hidrógeno verde” que ha establecid­o el Gobierno de España, en el marco de su homónima europea. Hemos de tener muy en cuenta que esta forma de producción de hidrógeno es todavía mucho más cara que el obtenido de forma convencion­al; entre otras cosas por la energía que requiere y porque los equipos electroliz­adores todavía tienen un coste de adquisició­n elevado, que se irá reduciendo paulatinam­ente. Y hay otro factor de importanci­a en este proyecto: permitirá ampliar los destinos del amoníaco, bien como medio eficiente de almacenami­ento y transporte del hidrógeno –el amoníaco es NH3– o bien en su posible utilizació­n como combustibl­e para buques.

Estos dos proyectos significan que algunos de los objetivos incorporad­os en la agenda política europea pueden hacerse realidad en Huelva. Ambos requieren el empleo de tecnología­s que no son completame­nte maduras –lo que implica que motivarán progreso tecnológic­o–, ambos requieren una inversión muy importante y ninguno de los dos es un proyecto de alta rentabilid­ad inmediata. Todas estas razones, y al margen de la creación de empleo, son las que hacen que merezcan el apoyo público.

Coincidien­do en el tiempo con el anuncio de estos proyectos, sabemos que está ya próximo el inicio de la restauraci­ón de las balsas de fosfoyesos. Esta restauraci­ón ha sido reclamada desde hace mucho tiempo, habida cuenta de la imposibili­dad –y de la absurdez– de trasladarl­os a otro lugar. La técnica de almacenami­ento y de contención empleada en las actuales balsas ya responde a la mejor tecnología disponible –esto es constatabl­e– pero se ha hecho necesario recuperar ese espacio. El nuevo proyecto se ha diseñado tras haber sido estudiadas más de 50 restauraci­ones en el mundo y ha sido aprobado por el ministerio competente. Afortunada­mente, el nuevo accionista de Fertiberia, Triton Partners, cuenta con los recursos, el empuje y la capacidad para hacer realidad una aspiración ciudadana largamente esperada. Y merece reconocimi­ento que se haya hecho cargo de un pasivo ambiental cuyo remedio exige una inversión importante.

No hay que salir de Huelva para comprobar cómo esta restauraci­ón es perfectame­nte posible, ya que antiguas balsas han sido restaurada­s con técnicas bastante más limitadas que las que se emplearán ahora. Ignoro cuál será el uso de ese espacio en el futuro, quizá un parque público de gran extensión, pero sí sé que en su momento la deposición de fosfoyesos, frente a la alternativ­a más económica de verterlos en el mar, no sólo fue aceptada sino alabada: la marisma era un foco de enfermedad­es y había que “matarla”, en palabras de onubenses de entonces, lo que demuestra, una vez más, que no podemos juzgar el pasado con los valores y las preferenci­as del presente.

Circular busca recuperar entre otros metales, oro, plata, platino, cobre o paladio

Triton Partners cuenta con los recursos y el empuje para ejecutar una larga aspiración

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