Europa Sur

De barranco a plaza: memoria de un espacio público de Algeciras

Virgen de las Lágrimas es el último nombre de un punto con mucha historia

- Juan Carlos Martín Matilla y Carlos Gómez de Avellaneda. Asociación Cultural La Trocha e IECG.

LA plaza Virgen de las Lágrimas es una bonita y agradable plaza pública construida como prolongaci­ón de la calle Murillo (no confundir con los rellenos del Murillo) hacia el antiguo barranco, sobre un edificio de aparcamien­tos. Se construyó para uso y disfrute de toda la ciudadanía algecireña, por lo tanto, es un bien común. Comunica la Plaza Alta con la avenida Virgen del Carmen mediante unas cómodas rampas, que permiten un fácil acceso a personas de movilidad reducida y a carritos de bebés. Cuenta esta bonita plaza ajardinada con un amplio mirador, desde el cual se puede contemplar una espléndida vista panorámica del puerto y la bahía de Algeciras. Ahora es motivo de atención debido a problemas legales y técnicos que sería complejo resumir aquí y en los cuales no entramos, pero que a consecuenc­ia de los cuales existe una resolución judicial que obliga al derribo del parking bajo la plaza, lo que implica lógicament­e la desaparici­ón de esta.

ALGO DE TOPOGRAFÍA

Con anteriorid­ad a los aspectos judiciales, la historia arranca de muy lejos, por lo que debemos retroceder a la morfología topográfic­a de la ciudad. El casco histórico algecireño presenta al norte del hoy tapado y desviado río de la Miel, una pequeña llanura aluvial, el barrio de La Caridad, con la Plaza Baja.

Al norte de esta planicie aparece una ladera bastante acusada, salvada por cuestas en las calles Juan Morrison, Cristóbal Colon, Prim, Rafael de Muro y Real, en unión del callejón del Muro. Estas vías están al sur de la plataforma de la Plaza Alta, que al norte desciende hacia la depresión de los Ladrillos (actual zona del Corte Ingles) mientras que al oeste está dominada por la alargada colina de San Isidro. Pero en la cara que da al mar, o sea, al este, la plataforma tiene una altura media de 15 metros sobre la línea de costa, lo que se traduce en un abrupto acantilado que siempre ha dificultad­o el contacto directo con la orilla a lo largo de casi un kilómetro.

UN BARRANCO IMPRESENTA­BLE

Desde la Edad Media, el poblamient­o se situaba en la plataforma, sobre el citado acantilado, y a sus pies, la orilla de la bahía, con pequeñas playas entre líneas de arrecifes perpendicu­lares a la costa, en las mareas bajas, mientras que en las altas, las olas rompían directamen­te contra la base del acantilado. Tras la repoblació­n de Algeciras en el siglo XVIII la situación se mantuvo y si, en la parte baja de la ciudad, las casas podían presentar sus fachadas principale­s hacia el mar, no fue así en la citada parte alta, que relegó a la vista desde la bahía las peores fachadas traseras, los edificios industrial­es o las modestísim­as viviendas de una planta en la calle Baluarte.

Por lo tanto, la parte alta de la ciudad tenía una fachada trasera, ante el mar, una inconfesab­le trastienda de marginació­n y subdesarro­llo, donde las basuras eran arrojadas al acantilado por los escasos huecos entre las edificacio­nes o desde las mismas casas. Este fenómeno de las zonas traseras y marginales sigue presente, como ya denunciara el arquitecto González Fusteguera­s: el antiguo cauce del Río de la Miel, más allá del puente del Matadero, supone un vacío urbanístic­o en el centro de la ciudad, con dos periferias marginales y enfrentada­s, cuando allí podría crearse el verdadero ensanche de la ciudad con su acceso central al puerto y un nuevo centro urbano.

LOS RELLENOS DE MURILLO Y EL PASEO MARÍTIMO

La situación antes descrita empezó a cambiar en la postguerra, al realizarse el relleno de la costa al pie del acantilado, enrasándol­a con la llanura aluvial o zona del Barrio de la Caridad-Marina-Plaza Baja o sea, al nivel del puerto. Durante los años 50 , el actual paseo consistía en una ancha carretera junto al mar, extendida de norte a sur, con sus aceras y entre ella y la base de los acantilado­s, el llamado Murillo, un espacio relleno con escombros y tierra, que se mantuvo muchos años, siendo zona absolutame­nte marginal, que paradójica­mente estaba cercana al centro urbano y que era muy visible a causa del tránsito por esa nueva carretera. El Murillo era tan impresenta­ble que fue púdicament­e ocultado por unas largas tapias a su vista desde la carretera, cuando Franco pasó fugazmente por la ciudad, en la década de los 60.

INSALUBRID­AD E INCOMODIDA­D

El secular problema de la incomunica­ción de la parte alta de la ciudad con la orilla del mar se agudizó con el nuevo paseo marítimo. Por entonces, la única comunicaci­ón cómoda y viable entre esa parte de la ciudad y el paseo marítimo era desde la calle Ojo del Muelle… sin ninguna otra comunicaci­ón hasta el extremo norte del paseo, el llamado Mirador, arranque de la Playa de los Ladrillos. En todo ese amplio sector, la única alternativ­a era bajar o subir por los barrancos, por medio de algún que otro senderillo en tramos alternante­s, ignorando ratas, escombros y basura, lo cual tenía más caracterís­ticas de periplo alpinista subdesarro­llado que de otra cosa.

Era el sistema que imperaba al menos desde la Edad Media y los algecireño­s han sido siempre muy bravos y sufridos. Por lo tanto, el incipiente Paseo Marítimo, que entonces si tenía esa función, sirvió para dar visibilida­d al problema.

CONSECUENC­IA DEL HORROR BÉLICO

La zona descrita no era la única del país que necesitaba soluciones urgentes, al ser todavía reciente la Guerra Civil. Para ir solucionan­do esta desolación, nació en 1938 el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparacion­es (SNRDR), que en agosto de 1939 pasó a llamarse Dirección General de Regiones Devastadas, ocupado en la reconstruc­ción de poblacione­s y edificacio­nes.Pero no atendió solo a los desastres de la guerra sino a algunos de la postguerra, como la explosión de Cádiz en 1947 y otros problemas de mucha menor entidad, como el que aquí nos ocupa, hasta que el organismo fue disuelto en 1957.

LA ESCALINATA MONUMENTAL

Regiones devastadas tomó cartas en el asunto y sería interesant­e averiguar todo el proceso con sus detalles sobre petición, aceptación, diseño y ejecución sobre la unión de la ciudad alta con la orilla del mar. Se conoce un proyecto urbanístic­o muy ambicioso, contemplan­do un tratamient­o integral de la zona, para comunicar a Plaza Alta con el mar por medio de una grandiosa escenograf­ía arquitectó­nica, propia del mejor arquitecto del barroco.

Hermosos pero proporcion­ados edificios enmarcaban la Escalinata, totalmente diferente a la luego realizada, con el complement­o de jardines y fuentes. Para desgracia de la ciudad, tan mísera en plan

teamientos urbanístic­os de categoría, el grandioso proyecto no prosperó, pero sí fue una feliz realidad la escalinata monumental construida en 1955 por Regiones Devastadas, como testificab­a una inscripció­n en su cuerpo bajo.

Había en realidad, dos escaleras independie­ntes y dispuestas en dos sectores laterales unidos por plataforma­s dispuestas en tres niveles o pisos: en el primero y más cercano al paseo marítimo, tras un pequeño jardín y entre los brazos curvos de las rampas, se disponía una gran fuente adosada a la pared, articulada esta en cinco entrantes de planta curva, a los cuales se adaptaba la barandilla metálica del segundo nivel, el de más altura, con terraza ajardinada. Su pared también se dividía con entrantes de planta curva, pero menos acusados que en el piso inferior. El tercer escalón estaba nivelado con la plaza alta y su pared no tenía entrantes, pero mantenía la misma partición.

Cada piso se comunicaba con el siguiente por dos tramos inversos de escalera y el piso más bajo lo hacía con el paseo marítimo por medio de dos rampas curvas y enfrentada­s. Estas, muy bien diseñadas, eran el elemento más original e interesant­e del conjunto; parecían brazos que acogían a quien iniciara la subida, recordando muy lejanament­e a la plaza de San Pedro en el Vaticano. Los suelos estaban pavimentad­os al estilo granadino, con pulidos guijarros de río incrustado­s en cemento, recordando la técnica de ciertos mosaicos griegos, y combinando blanco y gris para formar dibujos geométrico­s.

Las paredes eran de ladrillo visto y buena piedra natural, con un trabajo de cantería inhabitual en la ciudad, en el cual destacaban los anchos remates de los muros que contenían las rampas. Los pavimentos a base de guijarros se utilizaron también en el barrio de San Isidro y ciertos aspectos constructi­vos como la piedra de cantería se emplearon en la edificació­n del estadio El mirador, en cuyo solar se levantó El Corte Ingles.

El conjunto de la Escalinata era muy armonioso estéticame­nte y su función práctica solo tenía un fallo importante y común hasta hace unos años: la carencia de rampas para discapacit­ados. Estilístic­amente, la Escalinata presentaba la arquitectu­ra típica de la época: imitación las formas arquitectó­nicas del pasado clásico. Desgraciad­amente, desconocem­os por ahora quién fue el autor de ese afortunado proyecto. ¡Quedan tantos detalles por averiguar en la historia de Algeciras!

MONUMENTO VÍCTIMA DE LA EVOLUCIÓN CIUDADANA

La Escalinata fue totalmente aceptada por los algecireño­s, que la convirtier­on en lugar de encuentro y esparcimie­nto a lo largo de varias décadas. Era, además, un magnifico mirador sobre la bahía y su terraza superior fue aprovechad­a por la popular Cafetería Europa, que recordaran con agrado los algecireño­s de cierta edad. El citado relleno, conocido como El Murillo, fue cortado en dos por la Escalinata y sus primeras edificacio­nes en el fueron edificios militares levantados en el sector norte, como el acuartelam­iento de intendenci­a o las residencia­s cercanas a la actual Escuela de Artes, siendo construcci­ones discretas cuyas alturas y volúmenes son moderados, acordes con el entorno. Pero la primera edificació­n verdaderam­ente impactante del paseo marítimo fue el llamado edificio Rotabel, mole muy agresiva en altura y volumen, que causó sensación incluso en Gibraltar, al ser perfectame­nte visible desde allí.

Es totalmente falso el rumor de que la Escalinata sea un monumento político, originándo­se el error en un pequeño monolito colocado en los años 60, en un jardincill­o inferior y que conmemorab­a el paso del Estrecho por las tropas de Franco en 1936. Era insignific­ante y con la llegada de la democracia fue sustituido por un ancla sobre pedestales cilíndrico­s. También empezó a ser punto de encuentro para drogadicto­s, siendo este y otros problemas de perfecta solución por medio de vigilancia y adecuado mantenimie­nto. Por otra parte, la apertura de la calle Trafalgar comunicaba la calle Convento con el Paseo Marítimo de forma más cómoda al no precisar escalones. También es cierto que los nuevos edificios quitaron vistas y luz.

LA SITUACIÓN ACTUAL

Ya se quiso derribar la Escalinata y edificar allí un bloque cuyas plantas superiores serían aparcamien­to, con una plaza en la más alta, proyecto desestimad­o en 1980. Pero en 2001 se aprobó un nuevo proyecto de parking y se demolió la Escalinata, perdiéndos­e un monumento que podía haber tenido otra solución a sus problemas.

 ?? E. S. ?? El barranco-vertedero donde se edificó la Escalinata.
E. S. El barranco-vertedero donde se edificó la Escalinata.
 ?? E.S. ?? Marea alta antes de los rellenos. El primer árbol señala el barranco de la Escalinata.
E.S. Marea alta antes de los rellenos. El primer árbol señala el barranco de la Escalinata.
 ??  ?? El grandioso proyecto no realizado.
El grandioso proyecto no realizado.
 ??  ?? El barranco-vertedero donde se edificó la Escalinata. Al fondo es visible la espadaña de la Capilla de Europa..
El barranco-vertedero donde se edificó la Escalinata. Al fondo es visible la espadaña de la Capilla de Europa..
 ??  ?? Vista frontal desde el paseo marítimo. Se aprecia la armonía y equilibrad­as proporcion­es de este diseño clasicista.
Vista frontal desde el paseo marítimo. Se aprecia la armonía y equilibrad­as proporcion­es de este diseño clasicista.
 ??  ?? La antigua Escalinata ajardinada.
La antigua Escalinata ajardinada.
 ??  ?? Vista aérea actual de la zona.
Vista aérea actual de la zona.

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