Australia se resiste a revelar su papel en el golpe de Chile
El Gobierno de Australia rechazó ayer desclasificar documentos sobre su presunta participación en el golpe de Chile de 1973 con el argumento de que la publicación de asuntos de inteligencia podría poner en riesgo sus relaciones internacionales y la seguridad nacional.
El Ejecutivo australiano defendió esta posición durante la vista ante el Tribunal de Apelaciones Administrativas (AAT), dentro de un caso que no es judicial y aborda asuntos gubernamentales y en el que se enfrentan el ex oficial de inteligencia militar australiano Clinton Fernandes y el director general de los Archivos Nacionales de Australia, David Fricker.
Las vistas, que se extenderán hasta mañana, serán en su mayor parte a puerta cerrada debido a que la fiscal general de Australia, Michaelia Cash, señaló en una orden emitida el 25 de mayo que los testimonios de asuntos “confidenciales” en el caso “perjudican a la seguridad,
El Gobierno asegura que publicar asuntos de inteligencia pondría en riesgo su seguridad
defensa y relaciones internacionales” de su país.
A pesar de que EEUU desclasificó hace dos décadas documentos secretos sobre cómo encubrió y apoyó al régimen de Augusto Pinochet (19731990), aún quedan muchas interrogantes sobre la actuación de su socio, Australia, en la antesala del golpe que tumbó al socialista Salvador Allende.
Las preguntas llevan décadas sin respuesta debido a los mecanismos legales que tiene el país oceánico para proteger sus secretos ilimitadamente.
Se sabe que Australia envió a Chile en 1971 a agentes de los Servicios Secretos Australianos de Inteligencia (ASIS) durante el Gobierno del liberal Billy McMahon, a petición de Washington, pero su sucesor, el laborista Gough Whitlam (197273) ordenó su retirada.
Sin embargo, al menos un agente se quedó en Chile hasta después del golpe, mientras que algunos oficiales de la ASIO (la agencia de inteligencia australiana) trabajaron como agentes encubiertos y ayudaron a la CIA antes del golpe, recordó ayer la revista Crickey.