La UE y el Reino Unido se enconan por Irlanda del Norte
El contencioso entre el Reino Unido y la UE sobre los polémicos controles aduaneros en Irlanda del Norte se recrudece a las puertas del G-7, donde se espera que Estados Unidos presione a una solución que proteja los acuerdos de paz en la región. El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, y el negociador británico para asuntos del Brexit, David Frost, se reunieron ayer en Londres sin que se produjera avance alguno hacia un acuerdo.
Por el contrario, la falta de entendimiento se hizo más patente que nunca. Frost no descartó volver a posponer de manera unilateral los controles acordados, mientras que Sefcovic avisó de que no se renegociará en ningún caso los acuerdos del Brexit que entraron en vigor hace apenas seis meses.
“Nuestra paciencia se está agotando”, dijo en Londres el emisario comunitario
“Nuestra paciencia realmente se está agotando”, dijo Sefcovic, que afirmó que ve “en una encrucijada” la relación entre ambos lados del canal de la Mancha.
El tiempo apremia para acercar posturas antes del 30 de junio, cuando deben entrar en vigor unas inspecciones a productos cárnicos que el Gobierno británico pone ahora en cuestión, al considerar que crean demasiadas fricciones en el mercado interior del Reino Unido. Londres ya pospuso hasta octubre, sin contar con Bruselas, otros controles que deberían estar ya operativos, una decisión que la UE interpreta como una ruptura de las obligaciones internacionales del Reino Unido y por la que ha iniciado ya acciones legales.
Ante el envenenado escenario, la UE ya no sólo se plantea acudir a los tribunales, sino que también contempla la posibilidad de que la disputa derive en “represalias cruzadas”. “Si el Reino Unido tomara más decisiones unilaterales en las próximas semanas, no tendremos reparos en reaccionar con rapidez, firmeza y resolución para asegurar que cumple con sus obligaciones internacionales”, zanjó Sefcovic.