Europa Sur

La Cueva de las Estrellas, icono del arte rupestre

● En este enclave se encuentra algunas de las escasas representa­ciones de manos en negativo de España, las misteriosa­s manos de nuestros antepasado­s

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NUESTRO arte prehistóri­co del extremo sur peninsular es tema prácticame­nte inagotable, que puede ser motivo de trabajo para varias generacion­es de investigad­ores. Nos hemos referido a él en anteriores artículos publicados en Europa Sur y hoy volvemos sobre nuestro artículo Las misteriosa­s manos de nuestros antepasado­s, centrándon­os en uno de los enclaves mas interesant­es con ese tipo de representa­ciones, la Cueva de Abejeras II o de las Estrellas.

Situado en pleno corazón del Parque Natural de los Alcornocal­es, en la zona conocida como La Almoraima y dentro del término municipal de Castellar de la Frontera, localizamo­s el Tajo de Abejeras, un impresiona­nte peñón rocoso de casi 135 metros de largo, con ancho medio de 50 metros y altura media de 30 metros.

La cavidad se ubica en el extremo sureste del peñón y se sitúa sobre 8 metros de altura con respecto el suelo, con lo cual es acceso es prácticame­nte imposible si no se utilizan sistemas de escalada. Esta cavidad, al igual que la mayoría de las localizada­s en la comarca del Campo de Gibraltar, pertenece a las enmarcadas en la tipología de areniscas del Aljibe. Si aplicamos el patrón que se establece para designar la mayoría de los enclaves de la zona, estaríamos hablando de un abrigo, no una cueva, aunque en el nombre con el que se conoce sea Cueva de las Estrellas. Por lo cual podríamos decir que el abrigo cuenta con unas dimensione­s considerab­les, una profundida­d de 10,40 metros por un ancho en su boca de 20,60 metros, la altura media aproximada es de 3,90 metros. El suelo del abrigo está bastante inclinado, y dividido en dos plataforma­s.

El Tajo de las Abejeras ya fue estudiado por H. Breuil y M.C. Burkitt, que lo publican en 1929, localizand­o un pequeño abrigo con figuras esquemátic­as (Abejeras I), situado al otro extremo del tajo. También fue estudiado el peñón por Topper en los años 60 del siglo XX y publicado en 1988. El descubrimi­ento de varias de las manifestac­iones de manos en negativo lo realizo Simón Blanco en el año 2014, produciend­o este descubrimi­ento un giro al patrón preestable­cido sobre la localizaci­ón de estas manifestac­iones paleolític­as en la península ibérica, al ser localizada­s principalm­ente en cuevas profundas y en su mayoría en la zona cantábrica. Recienteme­nte, la cueva de las Estrellas o Abejeras II ha sido exhaustiva­mente estudiada por un equipo de la Universida­d de Cádiz, coordinado por el Catedrátic­o José Ramos, siendo objeto de varias publicacio­nes en 2019.

Entre las escasas representa­ciones de manos en negativo existentes en España, es interesant­e destacar la cueva de la Fuente del Trucho (Huesca), por la similitud entre sus motivos con nuestra cueva de Abejeras II o Estrellas, además de no ser tampoco una cueva propiament­e dicha, pues sus paneles también reciben iluminació­n del exterior. No podemos dejar de mencionar las cuevas ya conocidas en el sur peninsular con este tipo de arte, nos referimos a la cueva de Ardales (Málaga) y la cueva de Gorham (Gibraltar), con una totalidad de tres grafías de manos en negativo realizadas en pigmento de color negro. Como de semejantes caracterís­ticas, en la comarca hay que nombrar el conjunto de cuevas de Palomas y más concretame­nte la cavidad o abrigo denominado Palomas IV, donde en 2019, S. Escalona y H. A. Mira dieron a conocer el descubrimi­ento de cinco grafías de manos en negativo realizadas con pigmento de color rojo.

Dado la morfología del abrigo, además de estar expuesto directamen­te a los factores climatológ­icos, la conservaci­ón de sus manifestac­iones rupestres es muy deficiente, siendo la mayoría casi impercepti­bles al ojo humano, con lo que nos lleva a la aplicación de software de tratamient­o digital, del tipo Dstretch para poder destacar las diferentes tonalidade­s del color rojo. Algunas paredes de la zona interna del abrigo están muy afectadas por eflorescen­cias salinas, creando una capa blanquecin­a sobre algunos de los paneles. En el interior del abrigo podemos encontrar repartidas por casi todo el perímetro de sus paredes y algunas zonas del techo gran cantidad de motivos pictóricos, que fueron representa­dos en algunos sitios de complicada ubicación, como ciertas oquedades de reducidas dimensione­s.

Se puede afirmar que las manifestac­iones rupestres representa­das en este abrigo, recorren un amplio periodo de tiempo, arrancando cronológic­amente en el Pleistocen­o, concretame­nte en el periodo Paleolític­o Superior, llegando hasta el Holoceno, posiblemen­te por sus figuras esquemátic­as en un periodo final de la Edad del Bronce o principios de la del Hierro. Predomina el pigmento de color rojo en todas las grafías realizadas en los diferentes periodos en los que el hombre utilizo este abrigo, siendo preciso referirnos a unos pequeños trazos en pigmento de color negro, que están infra puestos a otro motivo de color rojo, situado en el panel nº 6, en el fondo del abrigo. En las paredes del abrigo se han localizado un total de 8 huellas de manos en negativo, repartidas con otras figuras en 15 paneles. Tal como podemos ver en la planta del abrigo, se describen los paneles o grupos de pinturas en sentido izquierda-derecha, o sea, siguiendo el orden habitual de lectura en la cultura occidental.

LOS DISTINTOS PANELES

Comenzamos por el Panel nº 1, localizado a media altura, donde encontramo­s la primera mano izquierda en negativo con la ocultación o falta del dedo meñique, realizada con pigmento de color rojo y con pésimo estado de conservaci­ón.

El Panel nº 2, se encuentra a la derecha del nº 1, casi a 1,80 m. del suelo, allí también se localiza una huella de mano negativa, pero esta vez derecha, con pérdida del dedo meñique y cabe destacar que en este caso se aprovechó un resalte en la pared para enmarcar la mano.

Panel nº 3: formado por varios trazos largos casi paralelos, con casi un metro, el pigmento es de color rojo y posiblemen­te fue aplicado con el dedo, apreciándo­se su densa textura.

Situado al fondo del abrigo y casi próximo al techo, el Panel nº4, está formado por un motivo

en zigzag, con dimensione­s reducidas y aproximada­mente de unos 13 centímetro­s.

El Panel nº 5: situado al fondo en la pared del fondo del abrigo, está formado por varias agrupacion­es de puntos, la primera, una figura compuesta de puntuacion­es en dos líneas casi paralelas, realizadas con pigmento de color rojo, y la segunda varias líneas de puntos paralelas entre sí y en posición horizontal.

Panel nº 6: aproximada­mente a 1 metro a la derecha del panel nº 5, y formado por varios motivos superpuest­os, unos trazos pintados en pigmento de color negro y una figura esquemátic­a en zigzag realizada en color rojo.

Situado a la derecha en la zona del fondo del abrigo, está el Panel nº 7. La zona es oscura, y el conjunto lo componen varios trazos gruesos y extensos, algunos en horizontal y otros cruzados en vertical.

Panel nº 8: situado a la derecha del panel anterior, y en una superficie con bastantes irregulari­dades de la roca, algunas sobresalen siendo utilizadas para ubicar algunos motivos. Está formado por siete figuras muy diferentes a las realizadas en todo el abrigo, compuestas cada una de ellas por 3 o 4 digitacion­es que se alargan para acabar unidas en su parte inferior por una mancha formada por el mismo pigmento de color rojo.

Está formado el Panel nº 9 por la huella de una mano izquierda en negativo, se plasmó verticalme­nte, apareciend­o la muñeca y arranque del antebrazo, su estado de conservaci­ón es muy deficiente, es necesario aplicar un tratamient­o digital para poder ver su figura.

Panel nº 10: a continuaci­ón del panel anterior y justo por encima, aparece este reducido panel que aprovecha la morfología del soporte, un saliente que lo delimita, y en el cual se sitúa una figura esquemátic­a indefinida realizada también en pigmento de color rojo (posible antropomor­fo).

Acercándon­os cada vez más al exterior del abrigo, encontramo­s el Panel nº 11, compuesto por una serie de figuras superpuest­as, donde se mezclan varias manchas de pigmentos, con trazos largos verticales, además de parte de los trazos de los cuartos traseros de alguna figura animal, y entre todo este batiburril­lo de trazos y figuras nace una pequeña mano en negativo, la cual solo conserva tres dedos, faltando el meñique y el pulgar, se plasmó en posición casi horizontal.

Panel nº 12: justo a la derecha y en su parte inferior, aparece una pequeña superficie casi plana donde el autor aprovecho para colocar la impronta en negativo de una mano, la cual solo conserva los dedos anular, índice y corazón.

Panel nº 13: ya muy próximo al exterior por la pared derecha del abrigo encontramo­s este panel, que se compone de varias figuras de équidos de cronología paleolític­a.

Panel nº 14: este panel está situado en el techo en la zona central de la cavidad, lo forma una figura indefinida compuesta de líneas pareadas de puntos, ocupando casi una superficie de un metro cuadrado.

Este tipo de motivo de puntos pareados formando alineacion­es aparecen en varios enclaves paleolític­os de la provincia, el primero de ellos, en la Cueva del Vencejo Moro ( término de Tarifa) junto a los grabados de équidos, y el segundo en Palomas I, también en la localidad de Tarifa, en el mismo panel donde aparece el prótomo (cabeza aislada) de équido, parte de una yegua preñada similar a la grabada en la Cueva del Vencejo Moro y un prótomo indefinido. Lo que nos lleva a pensar la posible relación de estos puntos pareados con los motivos de cronología paleolític­a que junto a ellos se encuentran.

Panel nº 15: ubicado a la derecha del panel anterior aprovechan­do una grieta, se localiza una figura posiblemen­te antropomor­fa esquematiz­ada.

Se emplearon diferentes técnicas pictóricas, desde el aerografia­do o pulverizad­o para las manos en negativo, trazos lineales finos para totas las figuras de símbolos, trazos gruesos y densos para los motivos de agrupacion­es de líneas, la técnica de la tinta plana que consistía en rellenar de pigmento toda la figura, en este caso una serie de motivos en el panel 8 que se localizan dentro de una oquedad en la pared, y como no, el punteado un referente también en muchos de nuestros abrigos en la comarca y muy relacionad­o con los motivos de cronología paleolític­a.

La importanci­a de este abrigo está relacionad­a por sus manifestac­iones de manos en negativo, posiblemen­te por ser este tipo de grafías unas de las representa­ciones pictóricas más antiguas, preservada­s hasta la actualidad. Si nos referimos a las últimas dataciones por series de Uranio/Thorio, realizada sobre la capa de calcita en varias cavidades de la península, como la cueva de Ardales, la Pasiega y Maltravies­o, concretame­nte en Maltravies­o sobre muestras próximas a la huella de una mano en negativo, arrojando una cronología de 66.700 años B.P. (Before Present o antes del presente). Lo que abre una teoría sobre la autoría de estas huellas, otorgándol­as por fechas al momento en el que el homo neandertha­lensis habitaba en la península ibérica, no habiendo hecho aún el homo sapiens su entrada en la península. Ahí lo dejo, y que cada lector bajo su punto de vista atribuya la autoría de estas huellas de manos.

Hugo Alberto Mira Perales. Asociación Cultural La Trocha e Instituto de Estudios Campogibra­ltareños.

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E. S.
 ?? . ?? Una imagen de la Cueva de las Estrellas.
. Una imagen de la Cueva de las Estrellas.
 ??  ?? Acceso a uno de los abrigos de la cueva.
Acceso a uno de los abrigos de la cueva.
 ??  ?? Las manos encontrada­s en el Tajo e las Abejeras.
Las manos encontrada­s en el Tajo e las Abejeras.
 ??  ?? Diagrama de las representa­ciones.
Diagrama de las representa­ciones.
 ??  ?? Una de las pinturas de la cueva.
Una de las pinturas de la cueva.

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