Europa Sur

SIGUEN LOS ESTÍMULOS A TOPE

- CARMEN PÉREZ

AYER tuvo lugar la reunión que mantiene el Consejo de Gobierno del BCE periódicam­ente. Con la situación actual –una recuperaci­ón que se afianza y con la esperanza de que el crecimient­o continúe mejorando en la segunda mitad de 2021– se planteaba la posibilida­d de que no fuera necesario seguir apoyando a la economía con tanta fuerza. Pero no, tanto en el comunicado que emiten tras la reunión como en la conferenci­a posterior de su presidenta, Christine Lagarde, la idea fundamenta­l que se trasmite es que el estímulo monetario seguirá siendo intenso. El BCE se muestra así cauteloso con la recuperaci­ón y ha preferido no arriesgars­e y no iniciar aún la retirada.

Los tipos de interés oficiales se mantendrán sin variación, y continuará­n en los niveles actuales, o en niveles inferiores, hasta que observe una convergenc­ia sólida de las perspectiv­as de inflación hacia un nivel suficiente­mente próximo, aunque inferior, al 2 %. El programa de compras anterior a la pandemia, el APP, continuará a su ritmo mensual, de 20 mil millones de euros, reinvirtié­ndose todos los importes que vayan venciendo.

Asimismo, se seguirá proporcion­ando liquidez abundante a la banca a través de las operacione­s de financiaci­ón para apoyar el crédito bancario a los hogares y empresas.

Por su parte, bajo el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), el BCE seguirá efectuando compras netas hasta la dotación total de 1,85 billones de euros al menos hasta el final de marzo de 2022 y, en todo caso, hasta que la crisis del coronaviru­s haya finalizado. En el comunicado se añade incluso que en el próximo trimestre el ritmo será significat­ivamente más elevado que en los primeros meses de este año. Y también se volvió a señalar la f lexibilida­d de las compras entre distintas clases de activos, entre jurisdicci­ones y poder incrementa­rlo o no utilizarlo completo según vayan viendo.

El problema de esta postura es que, al mismo tiempo que la recuperaci­ón, la inflación también está aumentando, y el mes pasado superó el objetivo del BCE, alcanzando un nivel no visto durante la mayor parte de la última década. Ayer, el BCE elevó las estimacion­es para 2021 (del 1,5% al 1,9%) y para 2022 (del 1,2% al 1,5%), manteniend­o la de 2023 en el 1,4%. Pero “aún estamos lejos de nuestro objetivo”, defendió Lagarde. Por tanto, el BCE le resta importanci­a al repunte actual y lo considera pasajero.

Así, de momento, al menos, la generosida­d monetaria se seguirá sumando al intenso estímulo fiscal puesto en marcha. Al respecto, y especialme­nte en referencia a lo que está desplegand­o la administra­ción americana, Larry Summers, un influyente economista, nada sospechoso de ser enemigo de la intervenci­ón pública sino al contrario, se pregunta en un artículo del Financial Times hace unas semanas: ¿No nos estaremos pasando? Le preocupa que lo que se está haciendo sea excesivo, que conduzca a un sobrecalen­tamiento y a un alto incremento de los precios. Y no le falta razón al preocupars­e, porque ya se sabe lo que se dice de la inf lación: que es como la pasta de dientes, muy fácil de sacar del tubo, pero imposible de volver a meterla dentro. (Ayer, el IPC de EEUU se disparó hasta el 5%).

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