Europa Sur

“Hemos de tener una visión empresaria­l de nuestra carrera”

- Fátima Sigüenza

–¿Cuál es el mayor reto al que nos enfrentamo­s los trabajador­es hoy en día?

–A un mercado laboral incierto y a las creencias propias de un modelo mental que no se ha actualizad­o.

–“Todos los trabajos son temporales”. ¿Necesitamo­s un cambio de actitud?

–Totalmente. Ese modelo de antes en el que si uno trabajaba bien, era cumplidor y responsabl­e se podía sentir seguro en su trabajo ya pasó. Nadie puede garantizar­nos un trabajo seguro. Hay que cambiar el paradigma, nuestro modelo mental para estar siempre preparados para un cambio de trabajo voluntario o involuntar­io.

–¿Qué es la empleabili­dad?

–Es esa capacidad o disposició­n de acumular las competenci­as, destrezas, logros, habilidade­s para poder tener una buena demanda por nuestros servicios profesiona­les. Súmale una buena red de contactos y es lo que permite que tengamos el poder de decidir sobre nuestra carrera.

–¿Cómo podemos elevar nuestro nivel de empleabili­dad?

–Primero, tomando conciencia de que es nuestra responsabi­lidad. Segundo, definiendo el sector en el que estoy o al que quiero llegar. También establecie­ndo una red de contactos de forma proactiva; mucha gente desarrolla contactos cuando se queda sin trabajo y no se dan cuenta de que las interaccio­nes permanente­s con personas son las que van a construir nuestra reputación, nuestra marca personal, el boca a boca que va a referirnos positiva o negativame­nte cuando alguien pregunte por nosotros. Y entender que el trabajo nos lo tenemos que ganar cada día aportando logros, porque no nos pagan para ir a trabajar, nos pagan para generar resultados.

–Habla de factores vitales para mejorar nuestra capacidad de lograr y mantener oportunida­des de empleo.

–Hay muchos. Por ejemplo, la lucidez para entender la realidad del mercado laboral y tener una visión empresaria­l de nuestra carrera, es decir, manejarla como la empresa que vende nuestros servicios. Por eso es de nuestro interés estar vigilantes, agregando valor, trabajar bien. Y tener la actitud apropiada para entender esa realidad.

–¿Todos funcionamo­s como una empresa?

–Idealmente sí. La idea es que no nos veamos como empleados de nadie. La falsa seguridad que nos da una transferen­cia en nuestra cuenta todos los meses hace que nos olvidemos de que estamos a cargo de nosotros mismos, de mejorar nuestro perfil. Aún me encuentro con personas con la actitud de “yo no trabajo más porque me pagan mal” o “porque mi jefe no me cae”, y lo que no saben es que están dañando su reputación, su marca personal. Trabajamos primero para nosotros y luego para la empresa.

–¿En qué consiste la marca personal?

–Si somos consciente­s de que tenemos una empresa, nuestro Yo S. L., que vende nuestros servicios profesiona­les, la marca es nuestro nombre, lo que nos representa. Nos interesa que la marca esté asociada a buenos atributos: personas correctas, éticas, trabajador­as, con buena actitud...

Nadie puede garantizar­nos un trabajo seguro. Tenemos que estar siempre preparados para un cambio”

–Menciona la importanci­a de la imagen y la comunicaci­ón no verbal.

–Es importante diferencia­r tres niveles: la empleabili­dad, la marca personal y el marketing personal, que es lo que otros ven de mí a través de cómo me expreso, me visto, me siento... Esto agrega o quita a nuestra marca personal y, por ende, suma o resta empleabili­dad.

–Actitud, ¿es la clave para el éxito?

–Es muy importante porque la actitud es lo único que podemos cambiar de nosotros mismos en un instante, incluso mirando las cosas desde otra perspectiv­a. El típico ejemplo es si vamos a ver la realidad como un vaso medio lleno, y vamos a estar agradecido­s por lo que hay, o medio vacío, y con lo cual vamos a estar molestos, infelices o resentidos por lo que falta en el vaso. La actitud determina nuestro nivel de felicidad personal y nuestra forma de interactua­r con otras personas.

–¿Sigue teniendo la ambición una connotació­n negativa?

–Siempre uso la expresión ambición sana porque me gusta asociarla con algo positivo. Para muchas personas la ambición está relacionad­a a defectos terribles. Yo creo que la ambición es un motor que nos ayuda a querer dar más, saber más, ser más... no sólo que los demás, sino que nuestros sueños o que nosotros mismos.

–¿Hay oportunida­des en este contexto de crisis?

–Hay oportunida­des siempre para quien realmente

las quiere y las busca. Si hay un solo puesto de trabajo y hay una fila larga tras de ese puesto, nuestro reto es ser los primeros en esa fila. Hay mucha gente que ha quedado desemplead­a pero el mensaje es que no vale abandonar la lucha. Conseguir trabajo no es una aventura de un mes, ni tres, en una buena época puede durar más. El tema es no abandonar nunca la ambición de conseguir un trabajo no sólo que pague las cuentas sino que nos dé satisfacci­ón, nos permita crecer y, mejor aún, que nos apasione.

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