MARRUECOS TENSA LA CUERDA
NO debería ser normal que un país como Marruecos, con el que se tienen tantos vínculos en tantos ámbitos, mantenga los vicios de épocas pasadas en su relación con España. La crisis provocada por su Gobierno al utilizar como carne de cañón a miles de personas –muchos de ellos, menores de edad– en la valla de Ceuta fue el primer paso de una cadena de despropósitos cuyo último episodio ha sido la declaración de Ceuta como “ciudad ocupada”. España ha encontrado el apoyo unánime de sus socios europeos y hace muy bien en plantear la posibilidad de implantar visados para entrar desde Marruecos a Ceuta. La diplomacia no está reñida con la firmeza, máxime cuando se ha atentado gravemente contra la integridad de las fronteras nacionales.