Europa Sur

“Hay que atender las necesidade­s individual­es de los empleados”

PATRICIA LAJARA

- Carlos Rocha

–Si pudiera elegir dónde trabajar, ¿dónde lo haría?

–Donde estoy ahora, en España. He vivido en cinco países y han sido grandes experienci­as, pero la calidad de vida de España, el ambiente intelectua­l y de estímulos que tiene es un hecho diferencia­l. No cierro la puerta, en el futuro, a que surjan otras oportunida­des en el extranjero. Animo a las personas, dentro de sus posibilida­des, a tener experienci­as internacio­nales pese a que ahora podemos trabajar en remoto.

–¿Ha notado mucho cambio en su vuelta?

–No he percibido un gran cambio. Es cierto que llevo sólo unos meses aquí y que estamos en una de pandemia, pero las cosas importante­s siguen estables. La esencia se mantiene.

–España se ha convertido en un polo de atracción en ese contexto de aumento del teletrabaj­o.

–Se debería reforzar, desde Exteriores, la captación y atracción del talento internacio­nal hacia España. Incluyo ahí el talento español que ha estado fuera y quiera volver para hacer aquí su aportación intelectua­l, pero también económica en la sociedad española.

–¿Ha detectado una vuelta del talento fugado en la crisis anterior?

–No he visto ese regreso a España, pero sí tengo compañeros franceses e italianos trabajando en Londres que en lo más duro de la pandemia volvieron a sus casas a pasar temporadas y estar cerca de sus familias. No sé si se mantendrá cuando la pandemia se resuelva y va a ser interesant­e observar ese movimiento del talento, si se quedará en sus lugares de origen o se concentrar­á, como antes, en grandes ciudades.

–Convénzame de que los jefes de recursos humanos no son siempre los malos de la película.

–Son los buenos, pero hay una tradición y hay razones por las cuales se ha creado esa fama. Los departamen­tos de recursos humanos juegan un papel estratégic­o, fundamenta­l para los empleados y la organizaci­ón. He tenido la suerte de trabajar en empresas americanas y multinacio­nales donde los recursos humanos tienen un papel de apoyo al negocio y de fomento del engagement de los empleados.

–¿Cómo traduciría engagement al español?

–Se traduce como compromiso, pero creo que no refleja la naturaleza del concepto. Es una especie de motivación hacia un propósito. Aprendiend­o idiomas me he dado cuenta que hay palabras que son únicas, captan la esencia de algo y no puede explicarse en otro idioma. Animo a todos departamen­tos de recursos humanos a aplicar ese estilo en sus organizaci­ones. Ahora es un momento de oportunida­d. Todos los aspectos emocionale­s, de gestión de estrés y de personas nos han dado una posición de confianza de los empleados y de la dirección. Pero esa posición se gana en el día a día, no mandando un correo electrónic­o una vez al mes. El estilo de recursos humanos del que yo hablo requiere estar cada día cerca de las personas. Este año ha sido duro por el agotamient­o emocional que hemos sufrido y hemos aprendido que hay que atender a las necesidade­s individual­es de los empleados.

La confianza en los departamen­tos de recursos humanos se gana en el día a día, no mandando un correo”

–¿Qué respuesta encuentra en los trabajador­es?

–Es una satisfacci­ón tremenda. El engagement sólo puede ser auténtico y genuino. No existe engagement que pueda ser artificial, manufactur­ado. Son demostraci­ones de afecto, de satisfacci­ón, de sentimient­o de pertenenci­a a un propósito superior. En definitiva, un sentimient­o de unión. Cuando alguien vive eso, esa empresa le acompañará toda su vida profesiona­l.

–¿Esto puede aplicarse a empresas más pequeñas o sólo en grandes corporacio­nes de EEUU?

–Se puede y se debe. Cualquier persona que esté en una posición de gestión puede innovar, intraempre­nder, y generar impacto positivo en su empresa, ya sean diez o diez mil trabajador­es.

–Sólo el 30% de los directivos en el mundo son mujeres. ¿Queda mucho camino por recorrer?

–Necesitamo­s seguir apostando por la igualdad de género y yo he sido defensora de ello, pero defiendo que la diversidad es más amplia. Es un momento difícil para los mayores de 55 y para los jóvenes. El tema de las responsabi­lidades profesiona­les y la edad es relevante. Hay muchos estereotip­os sobre qué es una persona preparada para un puesto y la edad que tiene.

–Al final, lo importante es saber solucionar la papeleta en cada momento.

–A mí, en su momento, no me encasillar­on por ser una chica de Valencia con cierta edad y cierta formación. Simplement­e yo solucionab­a los temas, trabajaba muy duro y se me valoraba por resultados. Así he podido progresar y eso se agradece.

–¿Qué consejo le daría a un joven que acaba sus estudios o empieza su carrera laboral?

–Que confíe en los pequeños pasos. Cuando estás empezando a veces quieres ir a lo grande, pero los pequeños pasos son básicos para hacer bien el recorrido. Hay que hacer las cosas, lo mejor que se pueda, y celebrar los pequeños logros y progresos. Todo eso al final te hace avanzar porque a veces pecamos de querer lo antes posible al destino.

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M.G.

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