El ‘Brexit’ sigue siendo motivo de fricción a los 5 años del referéndum
● El protocolo irlandés sigue resultando un escollo insalvable a fin de evitar volver a establecer fronteras entre las Irlandas
Londres y Bruselas siguen encallados en un diálogo frustrante para construir su futura relación, incapaces de resolver cuestiones fundamentales como el protocolo irlandés a las puertas de que se cumpla, la próxima semana, el quinto aniversario del referéndum que propició el Brexit.
La histórica consulta anunciada el 20 de febrero de 2016 por el entonces primer ministro conservador David Cameron, y celebrada el 23 de junio de ese año, generó un seísmo político de dimensiones colosales en Europa y en este país, que vio cómo su sociedad se polarizaba hasta extremos inconcebibles.
Cinco años después, el bloque comunitario y su vecino británico aún buscan la forma de entenderse en este nuevo contexto, cuyo engranaje no termina de funcionar al gusto de todos.
Richard Toye, experto en política internacional y profesor en la Universidad de Exeter, opina en declaraciones a Efe que si el plebiscito volviera a celebrarse hoy, “el resultado sería el mismo” pues “los niveles de sentimiento pro y anti UE no han variado mucho”.
No es optimista sobre la evolución del golpeado vínculo entre ambas partes y vaticina que se mantendrán “los actuales niveles de desconfianza o incluso se deteriorarán más por la diferencia fundamental de perspectiva sobre cómo negociar”.
En este sentido, la UE ve “legalmente vinculante” el compromiso adquirido por Londres mientras que el Gobierno británico percibe una “inflexibilidad incomprensible” en el bloque, explica.
En cuanto a los efectos sobre la sociedad, Andrew Blick, director del departamento de Política Económica del King’s College de Londres, dice a Efe que hoy “sigue habiendo una división aguda, radicada o conectada con la división entre los partidarios de la salida y de la permanencia y también ligada a otros asuntos culturales”.
Una de esas broncas políticas versa sobre sus mastodónticas diferencias a la hora de consensuar la forma más adecuada de implementar el protocolo norirlandés, parte crucial del acuerdo de salida a fin de evitar volver a las fronteras entre las Irlandas.
Un quebradero de cabeza que parece no tener fin. De hecho, Johnson y el negociador del Brexit y actual responsable de relaciones con la UE, David Frost, advertían hace días que no se descarta “ninguna opción” para desenmarañar este lío.
Toye explica que “los británicos no comprendieron las consecuencias del acuerdo que ellos mismos negociaron” y el Gobierno “aparentemente cree que las reglas no se les aplican a ellos”.
Andrew Blick Experto del King’s College
Sigue habiendo una división aguda entre los partidarios de la salida y de la permanencia”