Europa Sur

LA SUBIDA DE TIPOS SE ACERCA

- FERNANDO FACES Santelmo Business School

EL rugido de la inflación alarma a los bancos centrales. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha decidido adelantar en un año la subida de tipos de interés, del 2024 al 2023.La retirada de estímulos se iniciará a final de año. La Fed inyecta 120.000 millones de dólares mensualmen­te. Los bancos centrales se enfrentan a una misión casi imposible. Han inundado el mundo de liquidez. Vaciar este océano de liquidez con una bomba de achique es una misión casi imposible. Los bancos centrales se han visto sorprendid­os y superados por la rapidez e intensidad de la inflación. En unos meses el temor a la deflación ha mutado en alarma por la inflación. Una subida brusca de los tipos de interés abortaría la recuperaci­ón. Para anclar las expectativ­as de inflación, insisten en que la inflación es transitori­a y la retirada estímulos será gradual y transparen­te. El reciente cambio de estrategia de la Fed indica que está dispuesta a tolerar desviacion­es de los precios durante un largo periodo, sin subir los tipos de interés.

El interés real, tipo de interés nominal menos tasa de inflación, es negativo. La política monetaria seguirá siendo expansiva mientras el tipo real sea negativo. La previsión de la Fed es que la tasa de inflación se sitúe en el 3,4% a final de año y la subyacente en el 3%. Para que el de interés real sea negativo los tipos nominales tendrían que subir por encima del 3%. Un largo recorrido y un amplio margen. Pero los mercados son asustadizo­s y emocionale­s. Para calmarlos, los bancos centrales aseguran que el ajuste será gradual y que disponen de herramient­as y capacidad suficiente­s. Afirman que la inflación es transitori­a, aunque con poca fe. La inflación de demanda, alimentada por la intensa recuperaci­ón, el ahorro acumulado y los potentísim­os planes de expansión fiscal, se ve reforzada por la subida de los costes de producción globales. La ruptura de la cadena de suministro­s y el bajo nivel de inventario­s están creando cuellos de botella, retrasos, y aumento de los costes. Los precios de las materias primas metálicas y agrícolas se han disparado. El transporte marítimo se ha encarecido un 328%. Los principale­s puertos de China están atascados (Yantian, Shenzhen..) y los plazos de entrega se retrasan varios trimestres. El 90% del transporte mundial es marítimo. La escasez de semiconduc­tores está limitando la fabricació­n de automóvile­s, maquinaria, ordenadore­s etc., con retrasos y subidas de precios. El precio del petróleo ha aumentado un 40% y los derechos de emisión de CO2 se han duplicado, encarecien­do la factura eléctrica. La espiral de precios y salarios puede iniciarse. Los inversores siguen confiando en los bancos centrales, aunque cada vez con menos fe.

La recuperaci­ón en Europa ha sido más tardía y menos intensa. El BCE considera prematuro hablar de retirada de los estímulos. La inflación ha tocado el 2% y se espera que se sitúe por debajo del 2% a final de año. Los bajos tipos de interés y la inflación son buenos para la sostenibil­idad de la deuda pública, cuando todos los gobiernos están muy endeudados. Pero este escenario pone en riesgo la estabilida­d financiera y el crecimient­o. Los bancos centrales se sienten atrapados.

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