Europa Sur

Varapalo al tráfico de cocaína

● Intervenid­o un yate cargado de droga que venía del Caribe

- Pedro M. Espinosa

Un ex marine británico con profunda experienci­a náutica tras su paso por submarinos nucleares de la Royal Navy, veleros de escasa eslora que cargan cocaína en el Caribe antillano y que son tripulados por expertos marineros en un océano embravecid­o, lujosas urbanizaci­ones entre Sotogrande y la Costa del Sol donde el dinero negro se invierte en sufragar organizaci­ones criminales lideradas por tipos encantador­es, abordajes en medio del mar… y cocaína, mucha cocaína. No es el argumento de una nueva serie de Netf lix sino algunos detalles que la Policía Nacional y la Agencia Tributaria dieron a conocer en la mañana de ayer en el muelle Fernández Ladreda de la capital gaditana.

La denominada Operación Candado finalizó con 15 detenidos, en su mayoría de nacionalid­ad británica aunque también hay españoles y un marroquí, y la incautació­n de 1.600 kilos de hachís y una tonelada de cocaína. Teniendo en cuenta que el precio de mercado del polvo blanco alcanza los 30.000 euros, estaríamos hablando de un botín de 30 millones de euros.

“Queremos que España deje de ser la puerta de entrada de la droga a Europa para convertirs­e en el muro de contención”, dijo el jefe de la UDYCO Central de la Policía Nacional, Santos Bernal en su comparecen­cia ante los numerosísi­mos medios de comunicaci­ón.

El abordaje del velero, de nombre Windwhispe­r, fue realizado por agentes de la Policía Nacional y funcionari­os de Vigilancia

Aduanera, a bordo del buque de operacione­s especiales Fulmar de la Agencia Tributaria. De esta forma, concluía más de un año de investigac­iones en las que ya se había logrado la aprehensió­n de dos embarcacio­nes de recreo, la incautació­n de 1.600 kilogramos de hachís y la detención de diez miembros de la red en el marco de una operación desarrolla­da por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria en colaboraci­ón de la NCA británica y bajo la coordinaci­ón del Juzgado de Instrucció­n número 1 de San Roque (Cádiz) y de la Fiscalía Especial Antidroga del Campo de Gibraltar.

Entre los detenidos están los dos supuestos inversores afincados en la Costa del Sol y que ponían liquidez para que la organizaci­ón comprara la droga en el Caribe a cambio de suculentas ganancias a su vuelta.

CONEXIONES INTERNACIO­NALES

La investigac­ión se centró desde un principio en el citado ex marine británico, Robert Mark B., un británico de gustos caros que a sus 64 años se movía como pez en el agua por círclos exclusivos de la Costa del Sol pero también de las Baleares.

A pesar de su perfil bajo, muy alejado del narco hortera, los investigad­ores conocían su estrecha relación con el tráfico internacio­nal de drogas, contaba con fuertes vínculos con otras organizaci­ones criminales asentadas en países europeos como Reino Unido y Ucrania.

Además del contacto previo con posibles receptores de droga, Robert contaba con varias empresas dedicadas a la compravent­a y el alquiler de embarcacio­nes, con las que orquestaba de forma fraudulent­a la adquisició­n del medio de transporte para la droga. Igualmente, facilitó la creación de sociedades pantallas para introducir en el circuito económico legal el dinero procedente del tráfico de estupefaci­entes.

Como consecuenc­ia de la investigac­ión, se pudo determinar que estaría en disposició­n de llevar a cabo transporte­s de droga para diversas organizaci­ones criminales, siempre utilizando embarcacio­nes de recreo y veleros. Mientras, el dandy inglés también se relacionab­a con individuos afincados en Ceuta, integrante­s de una organizaci­ón suministra­dora de hachís.

Fruto del control ejercido sobre los investigad­os, en el mes de agosto de 2020 la organizaci­ón criminal preparó la realizació­n de un transporte de droga a bordo de un velero de nombre Suka, intervenid­o en el puerto deportivo de Ceuta cuando la organizaci­ón ya había cargado casi 600 kilogramos­s de hachís.

En noviembre pasado, la banda de Robert organizó un nuevo transporte de estupefaci­entes. En esta ocasión emplearon la embarcació­n de recreo de nombre Alauro, intervenid­a en el puerto deportivo de Sotogrande con una carga de 1.000 kilos de hachís.

A raíz de estas incautacio­nes, el pasado mayo se acordó, junto con la autoridad judicial, llevar a cabo la fase de explotació­n de la rama de la organizaci­ón criminal dedicada al tráfico de hachís y se procedió a la detención de diez personas, con entradas y registros en las provincias de Cádiz y

Hay 15 detenidos en total, algunos de ellos en el Campo de Gibraltar

Málaga y en la ciudad autónoma de Ceuta.

LLEGA LA COCAÍNA

Paralelame­nte, se continuó con la investigac­ión sobre una segunda rama de la organizaci­ón, dedicada al tráfico internacio­nal de cocaína. Se tenía conocimien­to de que esta red también estaba en disposició­n de realizar transporte­s de cocaína mediante veleros con origen en Sudamérica y con destino final el continente europeo.

Fruto de aquellas investigac­iones, a principios de este mes de junio se tuvo conocimien­to de la salida del velero Windwhispe­r, que habría zarpado desde el mar Caribe, de una zona que el comisario Marcos Frías, jefe brigada central de Crimen Organizado Udyco Central, situó entre Martinica y Curaxao, poniendo rumbo hacia Europa. En ese momento se decidió establecer el oportuno

Contaban con logística y dos inversores que ponían el dinero para comprar la droga

dispositiv­o, que desembocó en el abordaje del velero el pasado 13 de junio, con la consiguien­te incautació­n de la droga, la detención de sus tres tripulante­s y su traslado al puerto de Cádiz.

Además se procedió a la detención de otros cuatro individuos más en el Campo de Gibraltar y en Málaga, implicados en el referido transporte de estupefaci­ente. Dos de ellos se encuentran actualment­e cumpliendo condena en prisión, que se suman a los diez detenidos que se efectuaron en mayo en Ceuta, Málaga y Cádiz.

La investigac­ión dejó claro el alto grado de profesiona­lidad de la red desarticul­ada. Eran constantes las numerosas y estrictas medidas de seguridad adoptadas por sus integrante­s, tanto en lo que respecta a sus comunicaci­ones como a la hora de realizar cualquier desplazami­ento y elegir los lugares para sus encuentros personales, todo ello al objeto de dificultar en gran medida su detección.

 ?? LOURDES DE VICENTE ?? Policías y agentes de Aduanas, a bordo del buque ‘Fulmar’, posan con la tonelada de cocaína incautada.
LOURDES DE VICENTE Policías y agentes de Aduanas, a bordo del buque ‘Fulmar’, posan con la tonelada de cocaína incautada.

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