La derecha y la izquierda ponen a prueba a Macron con el foco en 2022
● Francia vota la segunda vuelta de las regionales en unos comicios marcados por la elevada abstención del pasado domingo
Las elecciones regionales francesas celebran hoy su segunda vuelta como un ensayo de las presidenciales de 2022 en el que el ultraderechista Agrupación Nacional (RN) aspira a hacerse con su primer Ejecutivo local y la derecha y la izquierda quieren asentar su ambición nacional. El partido de Marine Le Pen partía como favorito en seis de las 13 circunscripciones metropolitanas, pero solo se situó en cabeza en Provenza-Alpes-Costa Azul, región conocida por su acrónimo, PACA, donde Thierry Mariani (36,38%) adelantó al conservador Renaud Muselier (31,91%).
El mapa político resultante de la primera ronda del pasado domingo mantuvo además a los socialistas en sus cinco regiones y a los nacionalistas en Córcega, mientras que el centroderechista Los Republicanos siguió como líder en seis y disputa al RN la séptima, que todavía está en sus manos.
“Lo que pase será una buena base para el futuro. Queda trabajo por hacer, pero estas elecciones son significativas: demuestran que la derecha de gobierno y la izquierda tradicional aún existen, contrariamente a lo que se nos ha repetido desde hace cuatro años”, dijo el número dos de la conservadora Valérie Pecresse en la región parisina, Othman Nassrou. Pecresse superó al ultraderechista Jordan Bardella con porcentajes respectivos del 36,18% y 13,14%, y es una de las figuras con las que el partido con el que Nicolas Sarkozy llegó al poder en 2007 podría tantear su suerte de nuevo.
También los socialistas le han dado una lectura nacional. “Se nos ha abocado desde hace años a la fatalidad de un duelo Macron/Le Pen. Las regionales y departamentales han abierto otra posibilidad. Ha nacido una esperanza. Encarnamos una alternativa ecológicosocial”, afirmó el primer secretario socialista, Olivier Faure.
Una y otra formación llegan a esta segunda vuelta con la voluntad de confirmar la buena dinámica de la primera, en la que el partido del presidente Emmanuel Macron, La República en Marcha, pagó su falta de implantación territorial y Le Pen no vio asentados los buenos augurios de los sondeos. La abstención fue la gran protagonista del pasado domingo, con unos máximos históricos del 66,7%. Una cifra tan alta que representantes de institutos demoscópicos ven difícil que empeore.