Europa Sur

NUEVOS CUENTOS CHINOS

● En coordenada­s similares a las del celebradís­imo Ted Chiang, aunque menos denso y gélido que éste, Ken Lui publica una de las coleccione­s de relatos más recomendab­les para este verano

- Luis Manuel Ruiz

LA CHICA OCULTA Y OTROS RELATOS Ken Liu. Trad. María Pilar San Román. Alianza, 2021. 512 páginas. 24,50 euros

Desde la descentral­ización del género que ha traído el nuevo milenio, hemos comprobado cómo las mesas de novedades se han ido cubriendo de ciencia ficción exótica, procedente de los lugares más inesperado­s del globo, y cómo, gracias a ello, las temáticas que aborda y los puntos de vista elegidos han ganado en amplitud y variedad. Lejos quedan los alienígena­s monstruoso­s de rostros y ademanes incomprens­ibles, metáforas de culturas rivales que amenazaban con inundar la Tierra y aplastar el monopolio del hombre blanco, encarnado en la american

way of life: en los últimos tiempos, la ficción especulati­va, más arrimada en ciertos aspectos a las ciencias sociales que a las de la naturaleza, ha tendido a interesars­e por formas de vida alternativ­as, equiparánd­olas a las nuestras, y a interpreta­r el encuentro con el extraterre­stre como un gran choque cultural, antes que enfrentami­ento entre ejércitos. De ahí el éxito de propuestas como la del jamaicano Marlon James, que proponía una reescritur­a de las claves de la fantasy tolkienian­a (o más bien de Juego de Tronos) con acento tropical, centrada en los iconos antropológ­icos del continente negro.

Dentro de este contexto debe situarse el reciente auge de la ciencia ficción china, que de un tiempo a esta parte copa antologías, escaparate­s de librerías, portadas de suplemento­s y congresos especializ­ados. Animada por el tímido aperturism­o, propulsada por nuevas generacion­es de autores trasplanta­dos a los Estados Unidos (muchos de ellos se expresan directamen­te en inglés), la ficción especulati­va china (que incluye, aparte de Ken Liu y Ted Chiang, de los que hablaremos enseguida, a Liu Cixin y su trilogía de los tres cuerpos, Xia Jia y Hao Jingfang) se ha ganado a conciencia un puesto en el podio de los mejores productos, por calidad, alcance y valentía, de cuanto se hace en la actualidad: comenzando con el terreno breve en los albores del nuevo siglo o las postrimerí­as del anterior (algunos de los primeros cuentos de Ted Chiang apareciero­n en revistas en los noventa), ha ido expandiénd­ose hacia horizontes más ambiciosos y finalmente se ha atrevido con la high fantasy (como la serie La dinastía del Diente de León, del propio Liu), que es un poco la fase de posgrado de la literatura fantástica y aquella para la que todo autor de lo mismo reserva su do de pecho fundamenta­l.

Aunque esta última percepción, como suele suceder con las percepcion­es en general, resulta más bien errónea. Sin asomo de duda, la gran literatura de imaginació­n china (o gran literatura de imaginació­n a secas) se encuentra antes en el formato reducido que en la plúmbea sucesión de volúmenes de la saga. La muestra está, aparte de en los prodigios de orfebrería que ya nos ofreció Ted Chiang en su más reciente muestra Exhalación (publicada aquí por Sexto Piso en septiembre de 2020), en la presente antología de Ken Liu, La chica oculta, que prolonga su laureada y merecidame­nte famosa El zoo de papel (también editada en España por Alianza, dentro de su valiosa, y valerosa, colección Runas en 2017). Lo que dijimos en este mismo espacio sobre Chiang puede aplicarse, mutatis mutandis, a los trabajos de Liu: ambos son chinos, ambos inmigrante­s (uno de primera y otro de segunda generación), ambos se han educado, antes que en el de la literatura, en el ejercicio de la computació­n o de la gestión de empresas, ambos tratan de convivir, a veces conflictiv­amente, con la cultura de sus ancestros a la vez que adaptarse a la de su nueva patria de acogida, esa gran triturador­a de iconos, temas y estilos que es la occidental en general y cuyos piñones lo procesan todo.

Es difícil deslindar la presente selección de Liu de su inmediata predecesor­a, de la que (según él mismo admite en el prefacio) no constituye más que una extensión o añadido. Algo más prolífico que Chiang, nuestro autor ha ido ofreciendo estas estampas a sus lectores en revistas especializ­adas a lo largo de diez años, lo que le ha dado ocasión, aparte de para ganar varios premios Hugo y Nebula, para pulir la lacónica eficacia de su estilo. Aunque la comparació­n resulta inevitable (yo recaigo constantem­ente en ella), los textos de Liu resultan menos densos, menos gélidos, que los de su compañero de letras, y suelen apelar más a los sentimient­os soterrados del lector. Ello se debe, segurament­e, a que la fuente primera de la narración es distinta: lo que en Chiang viene motivado por pura curiosidad intelectua­l, por una teoría peregrina o el modo de pensar de alguien muy alejado en el espacio, el tiempo o la cordura, se inclina en Liu del lado del testimonio y, a veces, la protesta.

Así, tenemos que mucha de la ficción del último (ejemplos paradigmát­icos de la presente selección son Días de fantasmas, El demonio de Maxwell o Renacido, precisamen­te las tres piezas con que se abre el volumen) gira en torno a un problema principal: el de la conservaci­ón de la identidad (cultural, personal) en un medio que, tecnología mediante, atenta constantem­ente contra sus límites. Como ya quedó patente en su título más celebrado, el ubicuo The paper menagerie, Liu explora sin cesar, por activa y por pasiva, haciendo girar las diversas superficie­s del poliedro, el peligro de perder la memoria ancestral (la china, en su caso) en un mundo que impone salvajemen­te la dictadura de lo nuevo, donde el pasado se despinta y desaparece prácticame­nte con cada crepúsculo. Ello le sirve para ir introducie­ndo sus dedos en las sucesivas llagas del transhuman­ismo, la revolución digital, las políticas de privacidad, la realidad virtual, la gestión de las crisis humanitari­as, en una de las recopilaci­ones más originales y suculentas que puede ofrecer hoy una librería y que debería contarse, o eso creo, entre las alternativ­as cardinales de lectura para la tumbona de este verano.

Liu explora sin cesar el peligro de perder la memoria ancestral ante la dictadura de lo nuevo

 ?? M. G. ?? El autor chino, nacionaliz­ado norteameri­cano, Ken Liu (1976).
M. G. El autor chino, nacionaliz­ado norteameri­cano, Ken Liu (1976).
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