Europa Sur

Mohoric llora y Van der Poel resiste

● Ganó en solitario y entró al club de vencedores en las tres grandes ● El líder aumentó su ventaja en la general

- Carlos de Torres (Efe)

Emocionado y a lágrima viva, Matej Mohoric (Bahrain) entró en el club de vencedores de las tres grandes al adjudicars­e en solitario la séptima etapa disputada del Tour, disputada entre Vierzon y Le Creusot sobre 249 kilómetros, la mas larga en los últimos 21 años, en la que reforzó el liderato el holandés Mathieu Van der Poel (Alpecin) y quedó eliminado de la general el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma).

Mohoric, de 26 años, el mismo corredor que salvó la vida de milagro en el Giro tras sufrir una espectacul­ar caída en un descenso, se lució en la etapa maratón de la ronda gala entrando en solitario como el más fuerte de la numerosa escapada que marcó la jornada.

Si el campeón de Eslovenia dio la de cal, su compatriot­a Roglic dio la de arena, ya que el doble ganador de la Vuelta a España perdió cuatro minutos y las opciones en la general. Sin embargo, Van der Poel parece dispuesto a defender el maillot amarillo a capa y espada.

El belga sorprendió metiéndose en la fuga del día, como su enemigo del ciclocrós Wout Van Aert, ahora líder del Jumbo Visma. Ambos entraron en meta a 1.40 de Mohoric, nada menos que 3.35 minutos antes que los gallos Tadej Pogaçar, Julian Alaphilipp­e, Rigoberto Urán, Richard Carapaz y Enric Mas, entre otros favoritos.

En una jornada traicioner­a Van der Poel, ambicioso ante la entrada en los Alpes, salió reforzado y desfondado. La fuga de 29 corredores fue de lujo. Entre ellos, el maillot amarillo, Van der Poel; el verde, Mark Cavendish; un ganador del Tour como Nibali, otro de la Vuelta, Simon Yates; los españoles García Cortina y Erviti del Movistar, Gilbert y Van Aert.

La presencia del líder en la fuga es un hecho que no se producía desde 2018, con Van Avermaet. Van der Poel quiso aplazar la pérdida de su tesoro dorado 24 horas, con la entrada del Tour en los primeros puertos alpinos.

En los primeros 100 kilómetros de llanura la diferencia con el pelotón llegó a los siete minutos, pero enseguida la expedición empezó a perder unidades en el sector de las cotas. Empezaba una miniclásic­a hasta meta con el pelotón dando licencia a la fuga.

La película cambió en la subida a la primera de los cinco cotas del día. En Chateau Chinon se rompió el orden con la embestida de Van Moer y el campeón de Eslovenia Mohoric, a los que se unieron Stuyven y Campenaert­s.

Sin Campenaert­s delante se subió el inédito Signal D’Uchon. Un ascenso de casi seis kilómetros con una rampa del 18% de las que cortan el aliento. Allí coronó en solitario Mohoric, quien sacó fuerzas suficiente­s para coronar después la Cota de la Gourloye y presentars­e en meta con tiempo para derramar emotivas lágrimas.

Mohoric salvó la vida gracias al casco en el Giro tras sufrir una espectacul­ar caída

Mientras en la persecució­n Van der Poel y Van Aert se marcaban de cerca, en el grupo principal ya no estaba Roglic, quien claudicó en el penúltimo puerto, lejos de su mejor forma. Como nadie se movía lo intentó Carapaz subiendo la Gourloye. El ecuatorian­o abrió hueco, pero Pogacar, Mas y compañía tomaron cartas en el asunto para alcanzar al líder del Ineos en la recta de meta.

Se animó el maratón en los últimos kilómetros. Un héroe por delante, supervivie­nte del Giro. “Me salvó la vida el casco”, dijo tras despertars­e de la conmoción cerebral que sufrió. Partió la bicicleta en dos tras caer de cabeza y se pensó en lo peor. Una especie de milagro que puede contar el considerad­o precursor de la posición bichobola, prohibida por la UCI por peligrosa, que consiste en sentarse en el cuadro de la bicicleta y volcar el cuerpo en el manillar.

 ?? GREGORY VAN GASEN / EFE ?? Matej Mohoric, ganador de la etapa maratón, llora emocionado tras bajarse de la bicicleta.
GREGORY VAN GASEN / EFE Matej Mohoric, ganador de la etapa maratón, llora emocionado tras bajarse de la bicicleta.

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