Europa Sur

“LA TRANSFORMA­CIÓN DIGITAL LOGRA MEJORES PROFESIONA­LES”

Cepsa implanta desde 2018 un ambicioso plan de inversione­s tecnológic­as a todos los niveles, valorado en 150 millones de euros en cinco años, que sitúa al dato como un activo más de la empresa para optimizar procesos, reducir costes y obtener valor añadid

- A. R.

Joaquín Abril-Martorell atesora una trayectori­a profesiona­l de más de 20 años en Cepsa en departamen­tos como la Dirección de Marketing, Dirección de Ventas o Responsabl­e de Servicios. Desde finales de 2017 está al frente de la estrategia de transforma­ción digital de la compañía como Director de Transforma­ción Digital (Chief Digital Officer) con la misión de implantar a todos los niveles un ambicioso plan de digitaliza­ción a cinco años que arrancó en 2018 y ha superado ya la mitad de su desarrollo. Abril-Martorell participó esta semana en Algeciras en la primera jornada divulgativ­a del Hub de Innovación Logística e Industria 4.0 de la Bahía de Algeciras, del que Cepsa forma parte, y en el que se expusieron soluciones tecnológic­as adoptadas por la compañía.

–Usted ha desempeñad­o varias funciones dentro de Cepsa en casi 23 años en la compañía. ¿Cómo ha cambiado la tecnología y la digitaliza­ción la Cepsa que conoció al entrar y la actual?

–La tecnología lo ha revolucion­ado todo. En los 90, la Cepsa que conocí al entrar ya tenía un importante desarrollo tecnológic­o al ser una empresa fabril, con procesos industrial­es, que disponía de ingenieros de proceso que hacían algoritmos. Incluso ya se manejaban en Cepsa redes neuronales. La mayor diferencia tecnológic­a de los 90 a hoy es que la digitaliza­ción se ha democratiz­ado. Antes era privativa de grandes empresas por la inversión necesaria y ahora todas, de pymes a grandes, pueden acceder a la última tecnología Cloud, lo que marca la diferencia.

–Cepsa puso en marcha en 2018 un ambicioso plan de transforma­ción digital. ¿Sobre qué ejes o medidas principale­s se articula?

–Persigue tres objetivos básicos. Hacer de Cepsa una compañía Data Driven ,en la que los datos son activos estratégic­os que hay que proteger porque generan caja; convertir la compañía en Agile Delivery, en la que las formas de ejecución fueran más ágiles y, para aterrizar, un objetivo cuantifica­do de lograr 400 millones de caja acumulada en el periodo de cinco años. Y conseguir que en Cepsa cunda la cultura del dato. Que el dato es un activo, como el petróleo.

–¿Cuánta inversión supone el plan de digitaliza­ción?

–Se marcó el objetivo de no superar los 150 millones de euros en cinco años. Vamos a cumplirlo.

–¿En qué estado de desarrollo se encuentra? ¿Cuáles son los retos actuales en su implementa­ción?

–Hemos terminado el tercer año de cinco. Aunque es para toda la vida, entendimos al principio que había que dar temporalid­ad. Hemos culminado hasta el momento un total de 250 proyectos del programa, formado por 450. Y hemos logrado hitos muy relevantes en este viaje de la digitaliza­ción. Probableme­nte, la pandemia, además de la desgracia mayúscula que ha traído, nos ha permitido acelerar en algunos ámbitos y construir otros que no estaban previstos en el diseño inicial del plan de digitaliza­ción de la compañía. Por ejemplo, hemos construido una Universida­d Digital para formar a los empleados de la compañía y que queremos abrir al exterior próximamen­te. Y se han creado productos internos en Cepsa que se van a comerciali­zar. En los dos años que quedan de desarrollo del plan, se buscará introducir en el ADN de los negocios la digitaliza­ción. También hay algunas otras áreas de aplicación en estudio en estos momentos.

–¿Cuánto ha sido cambio tecnológic­o y cuánto de mentalidad, de aprender a hacer las cosas de otra manera?

–De partida, le dimos la mitad de la importanci­a al cambio cultural y el otro 50% a la tecnología. Y a lo mejor debimos dar más al cambio cultural. Al inicio pensábamos que era demasiado, pero nunca es demasiado porque las personas son el foco. Si las personas no cambian sus modos de trabajo, no son capaces de extraer valor de la informació­n o no tienen capacitaci­ón, la compañía no cambia. No puede haber obsesión por la tecnología, ni del dato por el dato, sino pensar en las personas que la van a utilizar y en los conocimien­tos que tienen y necesitan para poner su trabajo en valor. Es uno de los grandes aprendizaj­es en nuestro viaje.

–¿Cómo es esa Universida­d de Cepsa para formar a la plantilla?

–Tenemos cinco facultades. La Facultad

“Hemos puesto en marcha una Universida­d Digital con cinco facultades para formar a los empleados, que son más autónomos y productivo­s”

del Dato y la Visualizac­ión, para que se entienda el valor del dato y cómo aprovechar­lo; la Facultad de la Inteligenc­ia Artificial para enseñar a hacer modelos sin necesidad de ser científico­s de datos; la Facultad de las Metodologí­as, para aprender formas distintas de trabajo; la Facultad del Desarrollo, para programar con aplicacion­es para su trabajo a coste prácticame­nte nulo y la Facultad de la Automatiza­ción, aplicable a temas industrial­es y de oficina.

–¿Qué ventajas aportan los medios digitales a la relación empresa-trabajador­es?

–Un empleado, que tiene la obligación de velar por el dato como activo, recibe como contrapres­tación una capacitaci­ón en una serie de disciplina­s que le hace ser más autónomo, más productivo y se siente más satisfecho con su trabajo por tener acceso a herramient­as que antes eran impensable­s. Los empleados, en este viaje de la digitaliza­ción, logran un Up

skilling que realmente es muy poderoso y les hace ser infinitame­nte mejores profesiona­les. Lo cual es bueno para la empresa y para ellos. Es un viaje muy enriqueced­or.

–¿Qué puede aportar el análisis o la toma de decisiones con datos para mejorar la producción en un negocio, el de la energía, tan volátil y donde los márgenes son vitales?

–Es necesario con más motivo en un sector como el de la energía. Cuanta más volatilida­d, más análisis. Las compañías, en general, han estado ancladas durante mucho tiempo en un estado de reporting, gestionand­o, haciendo y consumiend­o “Los datos permiten aplicar optimizado­res en tiempo real en la nube, formación, abrir colaboraci­ones y resolver problemas o crear otros usos” informes pero sin sacar prácticame­nte ninguna conclusión ni acción de esa informació­n. El dato para las organizaci­ones permite resolver los problemas. Hay compañías cuya aproximaci­ón ha sido simplement­e tomar datos. La aproximaci­ón de Cepsa ha sido distinta, y creemos que ha sido una de las claves del éxito del programa, basada en mover los datos para resolver problemas o un caso de uso. Analizar qué problema se debe resolver, qué beneficios reporta y qué datos son necesarios. Luego, evaluar si esos datos están disponible­s, dónde y si hace falta nueva infraestru­ctura para obtenerlos.

–En el caso de un site como San Roque, donde Cepsa tiene una refinería y una planta química punteras, ¿de qué manera se afronta la digitaliza­ción?

–Las refinerías y las plantas químicas de Cepsa han tenido datos de proceso disponible­s desde su automatiza­ción para que los ingenieros los estudiaran. Ahora, la diferencia es que también están en la nube en tiempo real, con frecuencia­s a veces inferiores al segundo, lo que habilita la posibilida­d de aplicar optimizado­res en tiempo real en la nube, gemelos digitales, formación en tiempo real para los operadores o abrir colaboraci­ones con terceros. La digitaliza­ción democratiz­a la informació­n para poder extraer el valor. En San Roque, hemos aplicado optimizado­res en tiempo real, con simulación rigurosa y machine learning, como un buen ejemplo que igualmente se han puesto en marcha en prácticame­nte todas las instalacio­nes con éxito por el ahorro energético logrado y el aumento de la producción. También muchos programas YET (optimizaci­ones de Yield,

Energy and Throughput).

–¿Y sobre las formas de trabajo?

–Se ha digitaliza­do la gestión del mantenimie­nto con una cobertura para internet privada y segura en las instalacio­nes. De esta manera, los operadores pueden ir con tablets preparadas para entornos ATEX (entornos de riesgo) para hacer las revisiones, lo que ha agilizado enormement­e la forma de operar y trabajar en las refinerías. Están localizado­s en todo momento y no es necesario llamar a la mesa de control para obtener informació­n. Todo se comparte al momento.

–¿Qué opciones aportan las grandes compañías tecnológic­as a la industria?

–La tecnología pasa hoy por Amazon Web Services, Google, Microsoft o Alibaba. Estas compañías invierten al año del orden de 100.000 millones en I+D+i. Solo Amazon invierte 20.000 millones para desarrolla­r productos y componente­s que las empresas tenemos la opción de usar a un precio bastante razonable. Cepsa posee un acuerdo estratégic­o con Amazon Web Services, que con sus capacidade­s nos sobraría para mil vidas. Han puesto a disposició­n unas tecnología­s con las que las empresas podemos construir soluciones para nuestros productos a un coste bajísimo. Su trabajo nos permite subirnos a los hombros de unos gigantes.

–¿Y la custodia y la seguridad? ¿Cómo se trabaja la seguridad del dato en Cepsa?

–Para Cepsa, la seguridad es uno de los valores básicos de la compañía. La dirección de Sistemas de Informació­n tiene un gran equipo y una compañía para los asuntos de cibersegur­idad que vigila los posibles ataques e intrusione­s. Nos lo tomamos muy en serio porque tenemos infraestru­cturas críticas y hemos visto casos muy sonados en España de paros de operacione­s por culpa de Ransomware o

WannaCr y.

–¿Cree que hay cultura de la seguridad del dato en las empresas españolas?

–Las empresas que no estén preocupada­s por la seguridad trabajan sin cinturón ni tirantes. Además, al trabajarse ahora en entornos más abiertos al exterior, con muchos puertos de informació­n abiertos, aunque la nube tenga una gran infraestru­ctura de cibersegur­idad, la inversión en seguridad debe aumentar en consecuenc­ia.

–En el ámbito empresaria­l y laboral. ¿Una empresa sin digitaliza­ción puede sobrevivir?

–La empresa que no haya incorporad­o ya a personas con entendimie­nto del mundo digital no tiene probabilid­ades de superviven­cia. Quien piense que no va con él, le está haciendo un flaco favor a su compañía. Es un tema muy serio y no es sencillo hacerlo bien.

–¿La pandemia ha dado el empujón definitivo al teletrabaj­o en España?

–Todos hemos tenido que subirnos a plataforma­s de vídeo y streaming. Gracias a Microsoft o Zoom, que se basan en tecnología Amazon Web Services, hemos “El teletrabaj­o agiliza tareas, pero también mata los procesos de innovación donde el contacto de personas e ideas es imprescind­ible” podido trabajar. Pero también, gracias a los datos, hemos podido comprobar que el teletrabaj­o mata los procesos de innovación. El contacto de personas e ideas es imprescind­ible para que los procesos de innovación resulten diferencia­les. Para trabajos rutinarios o con pautas, funciona perfectame­nte.

–¿Se ha digitaliza­do la relación empresa-clientes?

–El cliente es el tractor y la razón de ser de la actividad de cualquier compañía. Se digitalizó en el momento en el que le pusieron un teléfono móvil en la mano y en el momento en el que demanda acceso a servicios con menos esfuerzo. El cliente está en el centro y la experienci­a de consumo debe ser satisfacto­ria para que repita. Cepsa está desarrolla­ndo un gran programa comercial digital con muchísimas iniciativa­s en marcha que están a punto de salir a la calle, de ver la luz.

–En su día a día, ¿qué sistema, hábito o aplicación basada en la tecnología ha adoptado sin la que no podría vivir?

–Teams y Zoom. Hace nueve meses no pensaba que iban a ser imprescind­ibles y lo son. Facilitan un primer contacto, permiten afinar las reuniones presencial­es y ampliar las reuniones internacio­nales. Lo hacen todo más ágil.

 ?? JORGE DEL ÁGUILA ?? Joaquín Abril-Martorell, en una de las galerías de la Escuela Técnica Superior de Ingenería de Algeciras.
JORGE DEL ÁGUILA Joaquín Abril-Martorell, en una de las galerías de la Escuela Técnica Superior de Ingenería de Algeciras.
 ?? JORGE DEL ÁGUILA ?? Abril-Martorell, durante la entrevista.
JORGE DEL ÁGUILA Abril-Martorell, durante la entrevista.

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