Europa Sur

Granada deja una herida entre Ciudadanos y el PP

● Los populares aún no dan por perdida la Alcaldía granadina, un ejemplo de la injerencia de Génova en los asuntos andaluces

- JUAN M. MARQUÉS PERALES

Juanma Moreno y Juan Marín no hablaron sobre la crisis del Ayuntamien­to de Granada durante las horas previas a la dimisión del alcalde, Luis Salvador. La salida del regidor de Ciudadanos puede terminar por devolver al PSOE una de las capitales andaluzas; serían cuatro dirigidas por los socialista­s frente a tres de los populares. Si Moreno y Marín, que son presidente y vicepresid­ente del Gobierno andaluz, además de líderes regionales de sus partidos, no lo resuelven, el socialista Francisco Cuenca será el próximo alcalde de Granada y se habrá evidenciad­o el deterioro de las relaciones entre ambas formacione­s y entre el PP andaluz y el nacional.

No es seguro lo de Cuenca, el PP aún tiene unos pocos días, hasta el miércoles, antes del pleno de la elección del nuevo alcalde y la presión está aumentando para que el alcalde sea uno de los ediles populares. Aún no dan Granada por entregada. Intervendr­á la dirección popular andaluza y la nacional, más empeñada si cabe en evitar un fracaso que sería propio.

Juan Marín telefoneó a última hora a la secretaria general del PP, Dolores López, pero poco tenía que hacer ya el miércoles por la noche. El posible acuerdo entre el PP y Ciudadanos en el Ayuntamien­to de Granada pasa, de modo irremediab­le, por un tercero en discordia: el concejal Sebastián Pérez, anterior presidente de los populares granadinos y hoy fuera del partido. Pérez se ha negado a cualquier transacció­n que suponga dejarle una salida digna a Luis Salvador, y, sin él, Ciudadanos, PP y Vox no suman.

De modo público, Juan Marín ha acusado a Fran Hervías de ser el urdidor de la crisis granadina, algo en lo que coincide con varias personas consultada­s en el PP andaluz. Ya no hay reparos en señalar a uno de los hombres de confianza de Albert Rivera en el partido. Hervías, que ya es militante del PP, llegó desde Ciudadanos con su agenda de nombres y compromiso­s y se instaló en la sede nacional de Génova para deshacer a su vieja formación. Alardea de que no paran de llamarlo viejos conocidos para dar el salto al PP, pero Hervías ha ido presumiend­o de un poder que tampoco tiene. Al menos, no del todo.

Jaén y Granada, según Hervías, pasarían a ser gobernadas por el PP. Pero erró. En Jaén le ha faltado un concejal de Ciudadanos para quitarle la alcaldía al socialista Julio Millán, mientras que en Granada el ridículo puede ser máximo porque Francisco Cuenca recuperarí­a la vara como por la fuerza de la gravedad. Por ser el cabeza de la lista más votada y ante la ausencia de acuerdo en la derecha.

Esta crisis evidencia una realidad por lo que respecta al PP: la estrategia de Génova para desestabil­izar a Ciudadanos está afectando, de modo negativo, al PP andaluz, por cuanto complican unas relaciones que, no obstante, siguen siendo buenas. No hay enfado entre los aliados, porque ambos culpan de lo sucedido a Génova, aunque Juan Marín admitió el pasado jueves en el Parlamento que sí se están creando “situacione­s incómodas”.

A esta intromisió­n desde Madrid se suma la particular crisis del PP sevillano, donde están enfrentado­s Génova y San Telmo por el candidato a la alcaldía hispalense.

Pero la crisis granadina revela algo más, y es el enorme deterioro de Ciudadanos como partido, que se desmorona de semana en semana. Como en Jaén, en Granada ha habido concejales naranjas que han roto con la formación y se han puesto al servicio del PP, y esto se entiende como una avanzadill­a de un movimiento imposible de parar. Si hasta ahora no ha habido más desercione­s es porque Juanma Moreno y Juan Marín, en el seno del Gobierno andaluz, firmaron un acuerdo para no aceptarse dirigentes que viniesen del partido aliado.

Algunas fuentes consultada­s en la dirección nacional han explicado que, de no ser por este pacto, habría decenas de cargos de Ciudadanos que ya estarían en el PP. El pase de la ex viceconsej­era de Educación Marta Escrivá al PP de Sevilla fue frenado in extremis.

En la primavera de 2018, Ciudadanos era el partido que iba primero en los sondeos nacionales, el naranja cool podía gobernar España, pero ahora su afán es no desaparece­r. Las elecciones autonómica­s andaluzas serán las próximas del calendario nacional, el PP andaluz y Juanma Moreno han hecho esfuerzos por sostener a sus aliados, pero pocas encuestas le otorgan más de cinco escaños. Hay un riesgo grave de desaparici­ón y la toma en conciencia de ese peligro lleva al desmoronam­iento.

Ciudadanos ha sido una organizaci­ón construida con objetivos nacionales sin prestar atención ni a lo local ni a lo regional. No ha sido hasta ahora cuando sus cargos públicos están trabajando para hacer partido, no ha cuidado sus bases. No ha practicado, quizás por complejo, lo que hacen los dos grandes partidos cuando están en el poder, tejer sus redes de intereses. El mal momento de los naranjas es el gran argumento de Juanma Moreno para no convocar elecciones adelantada­s.

Tanto Juan Marín como el PP andaluz señalan a Hervías como culpable

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JUAN CARLOS MUÑOZ El líder andaluz de Cs, Juan Marín, interviene en un acto. Detrás, Juanma Moreno.
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