Europa Sur

Dinamarca recupera el gran espíritu de 1992

● Los daneses, después de treinta años, vuelven a unas semifinale­s de la Eurocopa tras ganar a los checos

- Juan José Lahuerta (Efe)

El espíritu de la Eurocopa de Suecia 1992 se instaló en la selección de Dinamarca del año 2021, semifinali­sta sorprenden­te tras eliminar a la República Checa después de ganar y alcanzar una ronda inédita en el cuadro escandinav­o desde hace casi treinta años.

Como en las Eurocopas de 1992 y 1996, pocos esperaban el concurso de ambos equipos en las rondas finales. En Suecia 1992, la Dinamarca de Richard Moller Nielsen demostró que era posible ganar algo grande pese a tener todo en contra. Clasificad­os de rebote para la fase final tras la expulsión de Yugoslavia y después de citar a jugadores que estaban de vacaciones, se llevó el gato al agua. En Inglaterra 1996, fue la República Checa la que estuvo a punto de dar la campanada tras plantarse en la final. Perdió con el famoso gol de oro de Oliver Bierhoff, pero rozaron una gloria. El retrovisor de la historia presagiaba un duelo nostálgico bañado de presente. El ganador, volvería a agitar las emociones de dos países que han caminado por el desierto demasiados años.

Dinamarca fue la encargada de golpear primero. Muy pronto, a los cinco minutos, se adelantó en el marcador con un cabezazo de Delaney a la salida de un córner. Sólo entre las torres checas, se encontró con un regalo que no desperdici­ó. Su tanto fortaleció la idea danesa, que saltó al terreno de juegos con los mismos que arrasaron a Gales 0-4 pese a recuperar a Yussuf Poulsen y a Daniel Weiss. El técnico Kasper Hjulmand decidió no tocar aquello que funcionó y Dinamarca mantuvo el nivel pese a la resistenci­a de sus rivales.

Compactos, serios en defensa y, sobre todo, muy rápidos al contragolp­e se erigieron como los dueños del partido. Los grandes jugadores daneses de la Eurocopa carburaron a las mil maravillas. La consistenc­ia de Kjaer, la imaginació­n de Damsgaard, la insistenci­a de Maehle y el acierto de Dolberg, cimentaron un equipo serio para acercarse a las semifinale­s. Damsgaard, en dos ocasiones, y Delaney, pudieron hacer el segundo antes del descanso, pero fue Dolberg, al límite del final de los 45 primeros minutos, quien dejó muy encarrilad­o el partido con una volea tras una asistencia de Maehle con el exterior del pie derecho. El lateral que milita en el Atalanta, con su espectacul­ar pase, volvió a pedir a gritos un hueco en el once del conjunto italiano.

Enfrente, con Patrik Schick desapareci­do, el cuadro checo solo pudo intimidar a Schmeichel con una volea de Sevcik y un remate de Holes. La República Checa salió en tromba del vestuario, a por la remontada. No tenía tiempo que perder y a los dos minutos Schick puso picante al duelo tras rematar un centro de Vladimir Coufal desde la banda derecha. Los hombres de Jaroslav Silhavy se encontraro­n con una oportunida­d, pero no pudieron aprovechar­la.

Dinamarca no se relajó, aguantó bien a su rival, sufrió algún que otro susto e inquietó con Poulsen a la cabeza. Al final, la República Checa no pudo cambiar el destino. Estaba escrito que el equipo de Hjulmand, como la Dinamarca de 1992, comenzaría con un sobresalto, en su caso el desmayo de Eriksen, y acabaría soñando con un título que hace casi tres décadas consiguió por sorpresa.

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DAN MULLAN / EFE Wass le gana en el salto al checo Kalas en un lance del un intnso compromiso.
 ?? DAN MULLAN / EFE ?? Coufal, hundido por la derrota.
DAN MULLAN / EFE Coufal, hundido por la derrota.

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