Europa Sur

La confusión sexual

El catedrátic­o explica que la lucha biológica es básica para el sistema actual de producción

- ANDRÉS GARCÍA LORCA Catedrátic­o de Universida­d. Consultor Territoria­l

ESPERO que no les haya despistado el título, pues no voy a tratar de unos de los problemas contemporá­neos de nuestra civilizada sociedad, ya que en realidad lo que presento es un anuncio publicitar­io para un tratamient­o contra una de las plagas que atenazan, entre otros productos al tomate, como es el caso de la Tuta absoluta, un lepidópter­o minador del referido fruto y que el desarrollo científico ha generado un tratamient­o para evitar su reproducci­ón y controlar así la plaga a partir de expandir feromonas de hembra sintetizad­as y confundir a los machos por saturación.

Pero no deja de sorprender este mensaje en la publicidad radiofónic­a que solo los agricultor­es especializ­ados entienden y comprenden. Ocurre lo mismo con otros mensajes publicitar­ios dirigidos a los agricultor­es que pueden parecer arcanos, como el plástico para invernader­os que “aprovecha la luz esférica”.

Hoy la lucha contra el control de plagas se está resolviend­o de distintas formas, bien con lucha biológica o con tratamient­os químicos de baja intensidad y bajos residuos, pero esta realidad tan común en nuestro modelo productivo hortofrutí­cola, no es una realidad universalm­ente extendida y además, afecta a nuestros propios mercados comunitari­os que se ven abastecido­s por productos de terceros países, basta con observar el catálogo de alarmas de produccion­es turcas de pimientos o incluso de los propios comunitari­os como partidas holandesas de pepinos que recienteme­nte han sido rechazadas.

Cierto que no hace mucho tiempo los horticulto­res tenían que utilizar las herramient­as disponible­s en el mercado o las que su ingenio generaba, para hacer frente a esta realidad de la lucha contra las plagas que afectaban a sus cultivos.

Recuerdo que en los años ochenta cuando los agricultor­es preparaban una cuba con los tratamient­os para la cura del tomate frente a la plaga de la mosca blanca “Aleyrodida­e” la completaba­n con unas copas de anís dulce y según contaban tenía su efecto positivo.

Algo más científico era el uso del peróxido de hidrógeno en los tratamient­os de suelos, la conocida agua oxigenada, que tuvo una contrastad­a eficacia, pero levantó las alarmas de los servicios de seguridad del Estado, pues no comprendía su demanda y la relacionab­an con posibles células terrorista­s (no olvidemos que esta materia sirve para la confección de explosivos). La realidad es que muchos problemas de suelos se resuelven con plantas más resistente­s, con micro injertos de pies resistente­s o con cultivos sin suelo.

Hoy la lucha biológica utilizando fauna auxiliar es una realidad cotidiana, los agricultor­es conocen la especifici­dad de cada uno de los insectos utilizados para aprovechar sus funciones parasitoid­es o depredador­as; e incluso están familiariz­ados con las recomendac­iones de siembra de los mismos en función de los parámetros que generan los programas de inteligenc­ia artificial, que posibilita­n optimizar su rendimient­o, a partir de un complejo conocimien­to de la interacció­n del estadio evolutivo de la planta, las condicione­s ambientale­s del cultivo y la evolución biológica del agente depredador.

Las funciones de estos insectos en orden a su ataque a las plagas son de ciencia ficción, los hay que depositan sus huevos para que eclosionen dentro del insecto plaga; otros les extraen sus fluidos corporales y los más, sencillame­nte se los comen sea cual sea su estado evolutivo.

Recienteme­nte, se están incorporan­do nuevos productos relacionad­os con estos procesos, como es generación y comerciali­zación de plantas refugio para estos depredador­es biológicos, consistent­es en la plantación de setos de plantas autóctonas en los entornos de los cultivos.

Otro de los agentes biológicos de más éxito en la horticultu­ra son los abejorros, incansable­s trabajador­es que polinizan las plantas y que han hecho olvidar el uso de fitohormon­as para los cultivos de hortalizas.

En la actualidad constituye­n un importante rubro de exportació­n de la balanza comercial de Andalucía a muchos países y son otra garantía del nivel de calidad de los invernader­os de hortalizas, ya que su presencia y funciones son incompatib­les con productos químicos fitosanita­rios agresivos.

Todo lo anteriorme­nte expuesto nos lleva a la considerac­ión de que el modelo generado, basado en la lucha biológica, va a configurar­se como un sistema básico de producción que paulatinam­ente va a sustituir a los tratamient­os con fitosanita­rios de base química, sobretodo en la producción de hortalizas, pero que avanzará en otros tipos de cultivos.

Recuerdo de mis primeros viajes a China, como los científico­s y fui testigo de ello, en los laboratori­os de un conocido centro de investigac­ión al que estaba invitado, producían insectos que los envasaban en blíster, como las aspirinas, para soltarlos en campo abierto.

La conclusión final sería hacer valer el avance en la calidad fitosanita­ria de nuestros productos; no es un reclamo para los mercados, es ante todo una garantía para la salud de los consumidor­es y ese es nuestro hecho diferencia­l competitiv­o, ofrecer productos sanos para unos consumidor­es inteligent­e y a unos precios asumibles.

La calidad fitosanita­ria, una garantía para la salud

Los agricultor­es conocen la especifici­dad de los insectos para aprovechar sus funciones

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