ITALIA, CONTRA EL DURO ‘FACTOR WEMBLEY’

BORIS Johnson estudia conceder un día festivo a los ingleses si los pross ganan la Eurocopa, mientras que Italia afronta un día grande. A las tres de la tarde intentará Matteo Berrettini hacerse con Wimbledon, lo que sería un aperitivo descomunal con vistas a lo de las nueve de la noche en Wembley. Domingo crucial para ingleses e italianos con la vista puesta en una conquista que sería la segunda para unos y la primera para otros.

Estamos ante una final que se ve desprovista de una de las condiciones que debe tener una final, la de librarse en campo neutral. No será así y bien que se comprobó el miércoles con Dinamarca como gran damnificado. Hoy, un más de lo mismo, para preocupación de una Italia que anda agarrada a todo tipo de supersticiones, como el sempiterno retraso de Vialli a la hora de tomar el autobús de los azzurri que se combina con la seguridad de Chiellini en sus pronósticos.

Ha sido tajante el gran capitán italiano al decir que Wembley no les da miedo a pesar de que estará lleno de una inmensa mayoría inglesa. Son todas estas cuestiones ciertamente parafutbolísticas, por lo que yendo de cabeza a lo que pueda pasar en la yerba londinense hay que resaltar que resulta muy complicado pronosticar. Pero sí hay que aceptar que el factor de que Inglaterra juegue en casa y que esa casa acoja a una considerable cantidad de ingleses puede decantar la balanza.

No sería malo para el fútbol que ganase Italia, pero también podría tener una buena acogida que los inventores ganen de una vez la Eurocopa, esa competición que lleva el nombre de lo que ellos desecharon mediante el Brexit. Por lo hecho se prevé un partido con pocos goles, pues ambos se han mostrado muy sólidos atrás. ¿Será la noche de Kane e Immobile o la de Chiellini y Maguire? Quién sabe, pero que Wembley será una caldera con gran influencia, quién lo duda.

Ya el miércoles con los daneses de damnificados quedó claro que jugar de local no resulta baladí