Mollema se regala un bis en el Tour
El neerlandés vence tras fugarse de la escapada del día Pogacar mantiene el liderato antes de los Pirineos
Tirando de fuerza y experiencia y calcando un ataque que ya le dio la victoria hace 4 años, el neerlandés Bauke Mollema (Trek Segafredo) logró su segunda victoria en solitario en el Tour de Francia, en una jornada que metió segundo en el podio al francés Guillaume Martin y mantuvo al esloveno Tadej Pogacar de maillot amarillo.
Mollema, (Groningen, 34 años) supo jugar sus cartas con inteligencia y don de la oportunidad atacando una vez, pero definitiva. Llegó solo a meta, celebrando su particular fiesta en la línea de llegada por su triunfo en la decimocuarta etapa, disputada entre Carcasona y Quillan, con un recorrido de 183,7 kilómetros.
Un triunfo bien labrado, firmado en la inédita meta de Quillan con un tiempo de 4:16,16, a una media de 43 km/h. Hizo inútil el esfuerzo de sus perseguidores. Konrad, el colombiano Higuita, Woods y Cattaneo cruzaron a 1.04 minutos, después otro grupo con Guillaume Martin y el español Omar Fraile a 1.24.
Triunfo casi idéntico al que logró Mollema en 2017 en la etapa con final en Le Puy en Velay, atacando a 30 km de meta. Un ciclista que se deja llevar por sus sensaciones, sin ordenador que le marque datos que prefiere oír de su propio cuerpo y mente.
El pelotón, con Pogacar en la cúspide de le general, cerró la jornada laboral a 6.53. En el podio se coló sin avisar Guillaume Martin (Cofidis), el filósofo del pelotón, a 4.04 del líder. El francés se dio un premio, aunque es consciente de que no aguantará ese puesto en la montaña.
QUINTANA SE DESPIDE DEL JERSEY DE LA MONTAÑA
Los intentos de fuga fueron permanentes de salida, pero el pelotón, sobre todo el UAE de Pogacar, no dio en principio licencia para aventuras. Una jornada con 5 puertos de montaña desató la lucha por el maillot de faralaes, factor que marcó la etapa.
Nairo Quintana, como defensor de esa prenda, enseguida se vio acosado por dos candidatos: el neerlandés Wout Poels y el canadiense Michael Woods. El colombiano no respondió a los ataques de sus rivales y cedió al pie del Col de Montségur (2a, 4,3 km al 8,7%), donde coronó Poels.
Un duelo interesante que se reprodujo en la Croix des Morts (2a), en cuya cima Woods ya igualó a Quintana en la clasificación de los escaladores. Bajando se unieron varios corredores de entidad, como Omar Fraile, Mollema, Higuita, Cattaneo, Guillaume Martin y Chaves.
En lo más alto de la Cota de Galinagues (3a) Woods ya era el líder de la montaña, sólo un punto por delante de Quintana y dos sobre Poels. Restaban 50 km para meta y una última dificultad y aliciente en el Col de Saint-Louis. Del pelotón se sabía que rodaba tranquilo, a 4 minutos, nada preocupado por la suerte de la etapa.
CABALGADA DE MOLLEMA, QUE NO PERDONA
Tirando de experiencia y de fuerza, Mollema sorprendió en la bajada de Galinagues, abrió hueco mientras se miraban sus compañeros de fuga y metió la directa en busca de un bis en el Tour. Como una repetición de aquel glorioso día en Le Puy en Velay con un ataque que le permitió estrenarse en esta edición.
Mollema escaló en solitario el alto de Saint Louis (2a), puerto incómodo de 4,7 km al 7,4 %, perseguido por un grupo de 4: Higuita, Woods, Konrad y Cattaneo. Omar Fraile ya no estaba en la pelea, rodaba junto a Guillaume Martín, a punto de subirse al podio. Lejos, el UAE tiraba de un pelotón indolente, a 6 minutos.
La suerte estaba echada. Mollema no perdonó, no se dejó alcanzar y honró los galones que comparte en el Trek con Vincenzo Nibali. Un ciclista veterano que ha ganado en Il Lombardia y Clásica de San Sebastián, en la Vuelta a España y este año en el Tour de los Alpes y en el Trofeo Laigueglia.