FEMENINO SINGULAR
CARRÀ se dedicó a entretener, cantar y llenar la vida de los espectadores de humor e ilusión. No muchos artistas pueden decir eso. Hasta su último suspiro, prefirió mantener en secreto su enfermedad para ser recordada con su eterna sonrisa y su golpe de melena, como una leona italiana.
‘El ombligo de Italia’, como se la conoció tras ser la primera en mostrar esta parte de su anatomía en la cadena pública, la RAI, estuvo mucho tiempo vinculada al autor de televisión Gianni Boncompagni, autor de sus mayores éxitos musicales. En su juventud entabló otras relaciones sentimentales: el futbolista del Juventus Gino Stacchini, y el cantante Little Tony son los más conocidos. También fue cortejada por Frank Sinatra, aunque acabó dándole calabazas. Sin embargo, nunca tuvo hijos y por eso apadrinó a distancia a varios niños en diferentes partes del mundo. Adoraba a sus sobrinos, eso sí, y Sergio Japino, su gran amor, se convirtió en su amigo inseparable una vez que la pasión dio paso a la complicidad y el cariño.
No sólo fue un baluarte de la música y de la televisión, también fue una de las primeras feministas y abanderada de la libertad de todos, hombres y mujeres. “... libertad de equivocarte, libertad de vivir, libertad de amar… bueno, en todos los sentidos”, afirmó una vez en una entrevista.
Grandes de la música como Julio Iglesias, Raphael, Laura Pausini, India Martínez y Mónica Naranjo reaccionaban en las redes sociales el lunes a la noticia de su fallecimiento. “Hoy se nos fue una artista y una mujer grande, grande, maravillosa!”, escríbía el intérprete de Escándalo en su Instagram. “... qué recuerdos tan bonitos y qué tiempos imborrables. Mi querida amiga DEP”, evocaba el post de Iglesias.
El último tributo de España a su trayectoria le llegó en forma de película el año pasado, Explota, explota, un bonito musical con sus mejores temas. Rafaella estaba encantada con que se hubiese hecho una película con sus canciones. Nacho Álvarez, el director de la obra, llegó a conocerla durante un encuentro en su casa de Roma. La artista estaba feliz de que se rodase esta cinta. “Cuando estábamos almorzando le dije que la película era un homenaje para ella y me contestó ‘gracias’”, ha contado Álvarez.
Explosiva, descarada y creativa, sus canciones las han bailado dos o tres generaciones, muchas veces sin saber qué decían de verdad sus reivindicativas letras... pero eso es lo de menos. Ahí queda el mensaje de la Carrà, para siempre. Sin miedo a la humildad de la honestidad, se labró una todopoderosa complicidad con el espectador gracias a su rapidez de reflejos, su sarcasmo y abrazando sin prisa cada momento. Buen viaje Raffaella. Ciao bella.