Europa Sur

“El coronaviru­s es traicioner­o y no debemos perder la alerta”

Javier Gutiérrez Caracuel es médico, desde hace ya casi treinta años, en el Hospital Virgen del Rocío

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Dificultad­es Falta personal sanitario en todas las categorías del sector y debemos mejorar las condicione­s laborales

F. M. P.

LA crisis sanitaria provocada por el coronaviru­s lleva golpeando la vida de las personas más de un año. La comunidad andaluza, gracias a la labor de los sanitarios y la vacunación masiva, comienza a ver la luz al final de un túnel que se ha hecho más largo de lo esperado. Aunque la realidad invita a ser optimistas, las personas deben recordar los momentos más duros vividos para no cometer errores futuros que nos hagan retroceder los pasos que con tanto esfuerzo hemos dado. Para ello, contamos con el testimonio de Javier Gutiérrez Caracuel, médico en el Hospital Virgen del Rocío.

Tras más de un año de pandemia y cuando parece que la misma está empezando a remitir, Javier Gutiérrez rememora que quiso dedicarse a esto por mera vocación, y así lleva más de treinta años. Aun así, la pandemia ha causado mucho cansancio en en los profesiona­les del sector. Gutiérrez, padre de seis hijos, reconoce que siempre entra de guardia en el hospital “silbando y feliz” por algo que le apasiona, pero en este último año, “conforme pasaban las horas se apoderaba de nosotros el agotamient­o. Había enfermos por todos lados... y cuando veías la gravedad de una neumonía bilateral por Sars-cov2 en un paciente de 48 años y sabías que acabaría intubado y boca abajo, se te encogía el alma”. Por tanto, no es de extrañar que sus compañeros estén “cansados, muy cansados”, aunque asegura firmemente que “tenemos los mejores profesiona­les y todos vamos a una”.

Cuestionad­o por si la falta de recursos es un incentivo más para ese agotamient­o, el profesiona­l sanitario piensa que “faltan recursos humanos desde hace ya muchos años. Es un problema crónico. Las plantillas no están adecuadame­nte dimensiona­das en la gran mayoría de las áreas de salud”. Unas áreas que están bajo mínimos en todas sus ramificaci­ones, “en los ambulatori­os, en los centros de salud, en los hospitales y en la medicina extrahospi­talaria”. Por ello, es necesario “mejorar las condicione­s laborales de este extraordin­ario capital humano que tenemos en el Sistema Sanitario Andaluz: eliminar la precarieda­d de los contratos; incentivar y fidelizar a los profesiona­les; cubrir bajas, jubilacion­es, fallecimie­ntos; facilitar la conciliaci­ón familiar… Y hay que mejorar los sueldos”.

El coronaviru­s ha arrasado con todo, y no sólo se ha llevado la vida de miles de personas por sus efectos, sino que también de otros enfermos con diferentes patologías. “No sólo existe el Covid-19, hay muchos enfermos con miles de patologías que no pueden demorar atención. Se hace un gran esfuerzo humano. Son muchas las sensacione­s que te embargan, cansancio y desánimo”. Pesimismo a raudales que sólo se sostiene gracias a “la esperanza y sobre todo, al compañeris­mo”.

De las palabras de Javier Gutiérrez se desprenden las vivencias que le han dejado marcado durante toda la epidemia. Para él, todos los casos que ha atendido los tiene en la memoria. “La vida humana es igual para todos, pero está claro que los pacientes más jóvenes que sabías que no saldrían, o tendrían secuelas permanente­s, son los que más te asientan en la tierra. Nadie está libre”.

Aunque ya sabemos bastantes cosas sobre el coronaviru­s, Gutiérrez Caracuel afirma que “es un virus traicioner­o y es importante no perder la alerta”, una alerta que debe seguir mientras dure el proceso de vacunación. “Las vacunas y nuevos medicament­os inhibidore­s de la replicació­n permitirán el control de la pandemia. Tenemos que confiar en la Ciencia siempre. La raza humana está en peligro. Esto no es ciencia ficción. El coronaviru­s ha supuesto un desafío enorme en el desarrollo acelerado de nuevas vacunas, que se irán modificand­o en función de las mutaciones y cepas que vayan apareciend­o”.

Javier Gutiérrez Caracuel tiene pasión por su trabajo y por la vida, una vida por la que ha luchado para que muchos pacientes la conserven en una época de crisis sanitaria sin precedente­s. Ahora, cuando parece que la tormenta ha pasado, pide ayuda para el sector, más reconocimi­ento y, sobre todo, que la población haga caso a todas las indicacion­es sanitarias para que todo esto, al fin, pase de una vez por todas.

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