Europa Sur

Con la miel en los labios

● Kuss se lleva el triunfo de etapa en la jornada de montaña en Andorra por delante de Valverde, segundo a sus 41 años ● Pogacar defiende sin problemas el ‘maillot’ amarillo

- Carlos de Torres (Efe)

Sepp Kuus (Jumbo Visma) se volvió loco de alegría en la recta de meta en Andorra la Vella. Tiró las gafas al público, levantó los brazos y firmó una gran victoria en el Tour, por delante de Alejandro Valverde (Movistar), quien se quedó segundo con la miel en los labios. Una victoria en solitario, bien luchada por el ciclista de Durango (Colorado), de 26 años, quien atacó en Beixalis, soltó al murciano y se presentó en meta con tiempo de sobra para degustar la gloria como vencedor de la decimoquin­ta jornada.

Kuus, ganador de etapa en la Vuelta, residente en Andorra y gregario de confianza de Primoz Roglic en el Jumbo Visma, cruzó la meta 23 segundos antes que el español, un segundo lugar con anécdota, pues nunca un corredor de 41 años o más se había clasificad­o segundo en una etapa. “Sentí la presión de Valverde, un ciclista veterano, de gran experienci­a. Lo di todo, pero sufrí mucho con el viento en contra”, dijo el estadounid­ense, animado por su novia en la subida a Beixalis y por su padre desde su casa andorra a través de le tele.

Tras ellos fueron entrando un rosario de corredores. Cuarto fue Ion Izagirre (Astana), otro español destacado un día en el que los favoritos entraron juntos tras varios y débiles ataques entre ellos. Tadej Pogacar (UAE Emirates) conservó el maillot amarillo y Rigoberto Urán (EF Education) recuperó la segunda plaza y el danés Vingegaard (Jumbo Visma), la tercera. Todo porque el francés Guillaume Martin (Cofidis) fue desalojado de la segunda plaza de la general al quedarse en la bajada de Envalira y fue incapaz de conectar conelgrupo de losmejores. El ecuatorian­o Richard Carapaz (Ineos) es cuarto, a 5.33 minutos; y Enric Mas (Movistar), octavo a 7.11. Pello Bilbao (Bahrain), enfadado porque no irá a los Juegos de Tokio, recuperó la décima plaza a 10.59 del líder.

El pelotón salió revolucion­ado de Céret, la capital de la cereza en los Pirineos orientales que inspiró a artistas como Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris, maestros del cubismo a principios del pasado siglo.

Los artistas de la bicicleta salieron de estampida de dicha localidad para afrontar la jornada andorrana. Una gran expedición de 34 hombres lo intentaron pronto, dispuestos medirse con los cuatro puertos que debían afrontar y los 4.000 metros de altitud a subir, entre ellos el Port D’Envalira, techo del Tour este año (2.408 metros) y el terrible Beixalis antes de meta.

Muchos ilustres en danza, con Valverde, Kuus... y Julian Alaphilipp­e (Deceuninck), por supuesto. Incansable el galo lo volvió a intentar, pero había mucho nivel en la fuga con Nibali (Trek), Van Aert (JumboVisma), Woods (Bahrain) y Quintana (Arkea), entre otros, éstos en la lucha del maillot de la montaña.

Los minutos de ventaja caían a chorros y con el viento de protagonis­ta, el grupo de favoritos dejó que la diferencia fuera aumentando sin la menor reacción, pasando la Montée de Mont Louis y el Col de Puymorens (de segunda categoría) con el aliciente de la batalla entre los aspirantes a la montaña, en la que el holandés Poels pasó a ser líder provisiona­l de los escaladore­s.

El Port D’Envalira (de primera categoría y10,7 kilómetros al 5,9% de desnivel medio) animó la fuga y la persecució­n. Habituado a la altitud, Quintana atacó a 1,5 kilómetros de la cima y entró en la pequeña historia del Tour. A 2.406 metros de altura el boyacense se adjudicó el premio Henri Desgrange, en memoria del fundador del Tour de Francia.

El Ineos y el Movistar decidieron meter otra marcha en el grupo del líder recortando a la fuga cinco minutos. ¿Estaban preparando el asalto a Pogacar en Beixalis? Este puerto de primera, el más duro de la jornada, de 6,4 kilómetros al 8,5%, debía ser el juez en tierra del principado, una subida respetada por los abundantes corredores que residen en Andorra, entre ellos Enric Mas.

Kuus apareció en cabeza nada más entrar en la parte más duras

de Beixalis de rampas, al 12%. Se fue solo, sin respuesta próxima, si bien Valverde trató de soldarse a su rueda. El murciano se dejó el alma en la persecució­n, pero ya no hubo manera de echar el guante al estadounid­ense.

Por detrás, sólo amagos. Poca guerra. Carapaz fue el primero en cambiar de ritmo; luego lo intentó Vingegaard en dos ocasiones. Se animó también Urán, poniendo en apuros a Mas, quien bastante tenía con aguantar.

Ninguno logró el objetivo de poner en aprietos a Pogacar, quien salió a sofocar todos los intentos de rebelión. No hubo manera. Ni Valverde logró atrapar a Kuus ni los hombres del podio pusieron al esloveno contra las cuerdas. La vida en el Tour sigue igual.

El pelotón volverá a la actividad mañana con la decimosext­a etapa entre Pas de la Casa y Saint-Gaudens, de 169 kilómetros, una jornada de media montaña antes de afrontar elmiércole­sy el jueves los dos últimos envites con la carretera empinada hacia arriba.

 ?? THOMAS SAMSON / EFE ?? El murciano Alejandro Valverde, segundo en la jornada de ayer a sus 41 años, felicita al ganador de etapa, el estadounid­ense Sepp Kuss.
THOMAS SAMSON / EFE El murciano Alejandro Valverde, segundo en la jornada de ayer a sus 41 años, felicita al ganador de etapa, el estadounid­ense Sepp Kuss.

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