Hallan una esperanzadora vía para tratar uno de los linfomas más frecuentes
Científicos del CNIO comprueban en modelos animales cómo retrasar la aparición del linfoma folicular Esta estrategia podría también ser efectiva para combatir enfermedades autoinmunes
El linfoma folicular es uno de los cánceres del tejido linfático más frecuentes, con una incidencia en aumento y para el que no existe cura a pesar de su lenta progresión, e investigadores españoles han descubierto y demostrado que existe una vía que puede ser muy esperanzadora para atacarlo.
Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han comprobado en modelos animales que bloqueando las señales controladas por una proteína (la RagC) se puede retrasar la aparición del linfoma folicular sin efectos secundarios y que la estrategia podría también ser efectiva para combatir enfermedades autoinmunes.
Los investigadores, que publicaron ayer las conclusiones de su trabajo en la revista Cell Reports, centran ahora su labor en la búsqueda de inhibidores que sean capaces de bloquear esas señales en los pacientes, informó el CNIO.
Los tumores manipulan en su beneficio un conjunto de señales celulares para simular que tienen los nutrientes que necesitan para crecer de una forma descontrolada, y así sucede también en el caso de los linfomas foliculares, un tipo de tumor que afecta a los linfocitos B del sistema inmune.
El trabajo ha sido dirigido por el investigador Alejo Efeyan, jefe del Grupo de Metabolismo y Señalización Celular del CNIO, quien incidió en que queda todavía “un largo recorrido” y en que antes de empezar los ensayos clínicos en personas hay que desarrollar los fármacos y evaluarlos en una fase “pre-clínica” todavía en modelos animales.
“Lo que hemos hecho es mimetizar el potencial efecto de un fármaco mediante la inhibición genética de esta proteína de manera incompleta y en todas las células del cuerpo, como haría un fármaco. Los resultados son alentadores y nos dicen que por aquí hay un camino, pero aún hay que recorrerlo”, manifestó Efeyan.
El linfoma folicular es el segundo tipo de linfoma “no-Hodgking” –un tipo de cáncer que afecta a los tejidos de los ganglios linfáticos, el bazo u otros órganos del sistema inmunitario– más frecuente que existe y su incidencia va en aumento, con entre 5 y 7 casos por cada 100.000 habitantes.
Se trata de un tipo de cáncer con una supervivencia muy larga debido a su lenta progresión pero no tiene cura y, con el tiempo, los pacientes dejan de responder a los escasos tratamientos disponibles.
Los mismos investigadores ya habían descubierto y demostrado hace dos años que las mutaciones de ese gen (el RagC) son el origen de estos tumores, y ahora comprobaron que introduciendo una mutación específica en ese gen consiguen disminuir parcialmente su actividad (sin desactivarlo por completo, lo cual sería incompatible con la vida) y emular el efecto que podría tener un fármaco.
Esa disminución en la actividad de ese gen provoca un retraso “significativo” en la progresión de los linfomas foliculares, apuntó Ana Ortega, primera firmante del estudio, quien destacó que esa disminución no tiene efectos secundarios nocivos ni un impacto negativo sobre la esperanza de vida.