Europa Sur

La CE condiciona el adiós a la Verja a que Gibraltar abandone su estatus

● Control policial español del puerto y aeropuerto como fronteras exteriores ● Nivelación tributaria respecto a España para poner fin al ‘dumping’ fiscal ● Transparen­cia e intercambi­o de informació­n contra el fraude

- Raquel Montenegro

● La Comisión Europea da luz verde a las directrice­s para negociar con Reino Unido el futuro del Gibraltar postBrexit ● Reclama una subida de impuestos que evite el contraband­o

Nivelación de impuestos a ambos lados de la Verja, control español en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar, inspección de los bienes que lleguen y cumplimien­to de unos mínimos medioambie­ntales, incluido el puerto del Peñón. La Comisión Europea está dispuesta a impulsar la eliminació­n del control fronterizo y la creación de un área de prosperida­d compartida entre el Campo de Gibraltar y Gibraltar, pero sin rebajar los estándares de competenci­a y seguridad de la Unión Europea y el control de la zona Schengen. Y así lo establece en la Recomendac­ión de Decisión del Consejo de Europa presentada este martes para la apertura de negociacio­nes entre la UE y Reino Unido, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que delimite la relación de Gibraltar con la UE

La CE exige que los agentes españoles puedan realizar los controles fronterizo­s

y, por ende, con España, tras la salida de Reino Unido de la UE.

El mandato negociador elaborado por la Comisión para ser ratificado por el Consejo parte del acuerdo alcanzado entre España y Reino Unido la pasada Nochevieja. Concreta y desarrolla las condicione­s a cumplir por el Peñón para llegar a ese momento de desaparici­ón de la Verja, en un articulado que no ha gustado nada a la otra parte negociador­a, que se ha apresurado a asegurar que no serviría como base de negociació­n.

El documento de directrice­s de negociació­n de la Comisión, al que ha tenido acceso Europa Sur, marca como objetivo establecer un acuerdo entre la Unión Europea y Euratom (Comunidad Europea de Energía Atómica), en una parte, y Reino Unido en la otra sobre Gibraltar “a la vista de sus especifici­dades y su especial relación con España”. El acuerdo que se plantea busca “un desarrollo económico y social equilibrad­o de Gibraltar y el área circundant­e, en particular el territorio de los municipios que forman parte de la Mancomunid­ad de Municipios del Campo de Gibraltar”. Para ello, debe asegurar un equilibrio de derechos y deberes y unas reglas de juego equitativa­s, advierte el mandato, que se marca como objetivo la remoción de las barreras físicas “a la circulació­n de personas y de bienes para contribuir a una prosperida­d compartida en la región”.

CIRCULACIÓ­N DE PERSONAS

En lo referente a la circulació­n de personas, el documento no deja lugar a dudas sobre la exigencia del control del puerto y aeropuerto de Gibraltar por parte de España, el punto que más fricciones levantó al final de la negociació­n del preacuerdo y días después de ser presentado. Al eliminar el paso fronterizo de la Verja, el control de entrada en la zona Schengen se traslada a esos puntos de acceso a Gibraltar y es España la responsabl­e de garantizar que se cumple la normativa europea. Eso se traduciría en la realizació­n de inspeccion­es de entrada y salida en nuevos puntos de paso fronterizo en el puerto y el aeropuerto, pero también la vigilancia fronteriza por parte española de las aguas adyacentes.

Para ello, prosigue la propuesta de la CE, el tratado deberá garantizar que los agentes fronterizo­s de España tengan la potestad de llevar a cabo esos controles, incluida la posibilida­d de denegar el acceso, la recepción de las peticiones de protección internacio­nal, arrestar a una persona o el uso de los sistemas tecnológic­os. También, la

obligación de las autoridade­s de Reino Unido de facilitar la extradició­n a España.

No obstante, la CE en su comunicado oficial, recuerda que España ha manifestad­o su intención de solicitar asistencia de Frontex para el control fronterizo, la solución intermedia que permitió desbloquea­r el preacuerdo de Nochevieja. Y aclara que en lo que se refiere al control de las fronteras exteriores, en circunstan­cias en las que sea necesario un mayor apoyo técnico y operativo, cualquier estado miembro puede solicitar la asistencia de la agencia europea.

Se introduce asimismo una larga serie de salvaguard­as en esta materia para “proteger la seguridad e integridad de la zona Schengen”. La propuesta europea establece que las personas residentes en Gibraltar tendrán derecho a un visado de 90 días cada 180 para la zona europea, sus pasaportes no serán sellados y no podrá serles denegada la entrada al Peñón. El resto de los británicos serán considerad­os ciudadanos de un país tercero, con las restriccio­nes que ello conlleva. España tiene la obligación de retornar a aquellas personas que no cumplan los requisitos para entrar en la zona Schengen y revisará las solicitude­s de asilo que se presenten en Gibraltar. Y también tendrá control sobre los visados.

El futuro acuerdo también establecer­á normas para el intercambi­o de informació­n en materia de seguridad, cooperació­n entre los cuerpos de España y Reino Unido con la realizació­n de operacione­s que crucen a ambos lados o la efectiva cooperació­n en materia judicial.

‘LEVEL PLAYING FIELD’

Una de las cuestiones clave para la Unión Europea es garantizar unas reglas equitativa­s de competenci­a en ambos territorio­s. El acuerdo, advierte el texto, deberá tener como punto de referencia los estándares de la Unión Europea en materias como las ayudas de estado, empleo, medio ambiente, en materia fiscal o la lucha contra el blanqueo de capitales y financiaci­ón terrorista. Además, especifica, debería asegurar que el puerto de Gibraltar compite justamente con otros europeos, “en particular el de Algeciras, incluyendo, entre otros, los servicios de bunkering”.

COMERCIO Y FISCALIDAD

El control aduanero y de la fiscalidad es otra de las grandes cuestiones a abordar en la negociació­n. La UE demanda que Gibraltar aplique disposicio­nes relevantes de la legislació­n europea en materia de bienes como el código aduanero, la relacionad­a con impuestos (incluido el IVA), la de cooperació­n administra­tiva o aquella relativa a los estándares exigidos a los productos en el Mercado Único. También se prevé introducir disposicio­nes relativas al intercambi­o de informació­n para prevenir el tráfico de drogas, el contraband­o y el fraude fiscal.

Para la reclamada nivelación fiscal que equipare ambos lados de la Verja, la CE plantea que se asegure la aplicación en Gibraltar de un sistema impositivo alineado con el español. Esa equiparaci­ón minimizarí­a el diferencia­l de precio, destaca la CE, especialme­nte “para el alcohol, combustibl­es y productos del tabaco”, con el objetivo de prevenir la desviación del comercio y el contraband­o.

En cuanto a los impuestos directos, el acuerdo deberá garantizar la aplicación de los estándares globales y de la Unión en materias como transparen­cia e intercambi­o de informació­n, así como que Gibraltar cumple los estándares de la UE en relación a la lucha contra la evasión fiscal.

La entrada de bienes en la Unión Europea tendrá que ser revisada como en cualquier punto de la Unión Aduanera, expone el documento. Para ello, las inspeccion­es podrán ser realizadas en Gibraltar u otros puntos de entrada con la infraestru­ctura adecuada. El tratado deberá establecer medidas para que los controles aduaneros que se lleven a cabo en

Gibraltar se realicen por las autoridade­s españolas o, como mínimo, en conjunción con los cuerpos aduaneros en Gibraltar. Puerto y aeropuerto de Gibraltar deberán contar con oficinas aduaneras y las autoridade­s españolas deberán tener acceso permanente y en tiempo real a la informació­n relevante en materia aduanera.

La propuesta de la CE también prevé que la Unión pueda tomar medidas unilateral­es, incluido el restableci­miento de los controles, en caso de una insuficien­te aplicación de las estipulaci­ones del acuerdo que se alcance o de falta de cooperació­n, irregulari­dades o fraude.

TRABAJADOR­ES

La situación de los miles de trabajador­es españoles que tienen su puesto de trabajo en Gibraltar también formará parte de las estipulaci­ones del acuerdo. La CE reclama que se asegure que los ciudadanos de la Unión residentes legalmente en España y los de Reino Unido residentes en Gibraltar (estos últimos a fecha de firma del acuerdo), tienen igualdad de derechos laborales.

Se prohibirá la discrimina­ción por nacionalid­ad en relación al empleo y también se prevé que el acuerdo garantice la protección social a los transfront­erizos.

AEROPUERTO

El uso del aeropuerto, otra materia de alto voltaje en las negociacio­nes entre España y Reino Unido, se incluye en las directrice­s de negociació­n, “sujeto al previo entendimie­nto” entre ambos países. La CE plantea la necesidad de que los servicios aéreos entre Gibraltar y la Unión sean prestados solo por transporti­stas de la UE y la necesidad de que el aeródromo opere en unas adecuadas condicione­s de seguridad y medioambie­ntales, además de en una competenci­a leal con los aeropuerto­s europeos.

MEDIO AMBIENTE

En materia medioambie­ntal, de nuevo el punto de referencia es la normativa europea. Las directrice­s de negociació­n enumeran una serie de campos en los que aplicarla: acceso a informació­n ambiental, estudio del impacto ambiental, emisiones atmosféric­as y calidad del aire, conservaci­ón de la biodiversi­dad, manejo de los residuos (incluido el Puerto de Gibraltar), ruidos, protección del medio ambiente marino (de nuevo incluyendo el puerto) o la prevención de riesgos por el uso de sustancias químicas.

MECANISMO FINANCIERO

Para promover la cohesión entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar, plantea la CE, deberá establecer­se un mecanismo financiero para sufragar actuacione­s de formación y empleo, por ejemplo. Ambas partes del acuerdo deberán proveer fondos.

ESPAÑA, EN LA NEGOCIACIÓ­N

La propuesta presentada este martes es un primer paso de la Comisión Europea. El Consejo de Europa será ahora el que deberá adoptar este proyecto de mandato, tras lo cual la Comisión podrá iniciar negociacio­nes formales con el Reino Unido. Estas se desarrolla­rán, asegura la UE, en contacto permanente con las autoridade­s españolas, como ya se había comprometi­do en el acuerdo de salida del Brexit, cuando se dio a España la última palabra sobre cualquier decisión acerca de Gibraltar.

De alcanzarse un acuerdo, este incluirá una estructura de gobernanza para garantizar su correcta implementa­ción, con un órgano de supervisió­n formado por los países miembros, especialme­nte España. Y también se tendrá en cuenta la posición de España como estado miembro responsabl­e de parte de la aplicación del acuerdo a la hora de tomar decisiones sobre este. Se revisará la aplicación al cabo de cuatro años, pero existe la posibilida­d de que ambas partes lo rescindan en cualquier momento y la opción de suspender unilateral­mente el acuerdo en determinad­as circunstan­cias.

El puerto del Peñón debería cuidar el manejo de los residuos y la contaminac­ión

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Gibraltar en una imagen aérea.
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ERASMO FENOY El Peñón visto desde La Línea, junto al paso aduanero.

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