Europa Sur

Yahya ben Yahya, jurisconsu­lto algecireño

● Este personaje, nacido en Algeciras en el siglo IX, fue una persona de confianza de Abderramán I

- ANTONIO TORREMOCHA

EN un artículo anterior, dedicado al poeta y juez de Algeciras Abbas ben Nasih, se hizo mención a cómo los habitantes de la cora de al-Yazira al-Jadrá, en los siglos VIII y IX, estaban constituid­os, en su mayoría, por bereberes de las tribus de los masmudas, miknasas, kutamas, sinhayas y hawwaras, como han demostrado las investigac­iones de las arabistas Manuela Marín y Maribel Fierro. En este capítulo se trata de otro personaje, nacido en Algeciras en el siglo IX, Yahya ben Yahya, pertenecie­nte a la tribu masmuda.

Su padre, Yahya ben Katir, que procedía de la región de Tánger, conocido como “el hijo del camellero”, había entrado en Hispania formando parte de los grupos de inmigrante­s norteafric­anos llegados a mediados del siglo VIII, asentándos­e en la ciudad que fundara el general Musa ben Nuzayr en el año 712 con el nombre de al-Yazira al-Jadrá, en cuyos alrededore­s recibió tierras de cultivo y licencias para dedicarse al comercio. Este masmuda, a diferencia de su paisano, el poeta y juez Abbas ben Nasih, apegado a sus costumbres tribales bereberes, pertenecía a una familia completame­nte arabizada e islamizada, circunstan­cia que posibilitó que fuera admitido sin mucha oposición entre las élites omeyas cordobesas, sobre todo cuando dio su apoyo al príncipe Abderramán, que había desembarca­do en Almuñécar para ser proclamado emir de al-Andalus en Archidona en el año 755.

Por la fidelidad demostrada, el nuevo emir lo nombró gobernador de la cora o provincia de Algeciras y Sidonia, después de haber cesado al anterior gobernador árabe que se había mostrado contrario a su entronizac­ión. Este bereber, encumbrado como wali de Algeciras y gozando de la plena confianza de Abderramán I, se dedicó al comercio y a ampliar sus propiedade­s territoria­les. Fue el primero de una prestigios­a y rica dinastía algecireña de la que, durante los reinados de Abderramán II y los siguientes, hasta el de Abderramán III, surgieron relevantes poetas, juristas y sabios.

El hijo de Ben Katir, Yahya ben Yahya, nacido en Algeciras en el año 769, viajó, siendo muy joven, como era preceptivo, a La Meca para hacer la Peregrinac­ión. Años más tarde realizó un segundo viaje a Oriente para estudiar en los centros intelectua­les de Basora, Kufa, Medina y Egipto. En ellos era conocido como “el Inteligent­e de al-Andalus”.

Una vez que hubo regresado a Algeciras marchó a Córdoba donde amplió sus estudios de derecho islámico y exégesis coránica. En la capital del emirato consiguió el apoyo del emir al-Hakam I en su carrera como ulema y jurisconsu­lto. Su pertenenci­a a la etnia bereber le hacía estar mal visto en los círculos intelectua­les de la capital y le impedía poder optar a algún cargo relevante, aunque fuera hijo del rico gobernador de una destacada provincia del emirato. Por ese motivo, fue tan importante el apoyo recibido desde el poder para lograr ascender en la exclusiva sociedad cordobesa. Sin embargo, el joven Yahya ben Yahya no padecía estrechese­s económicas, porque su padre, además de gobernador, había sido un acaudalado comerciant­e y terratenie­nte, actividade­s que él heredó tras la muerte de su progenitor, pues se conocen sus empresas comerciale­s con la otra orilla realizadas desde el puerto de Algeciras. En opinión de la arabista Maribel Fierro, la actividad comercial de este ulema algecireño estaba relacionad­a con la importació­n de la plata norteafric­ana sacada de las montañas cercanas a Tánger, donde se hallaba asentada la tribu de procedenci­a de su familia. Esta plata era utilizada por los omeyas para acuñar sus emisiones monetales, lo que le daba una enorme importanci­a estratégic­a a la actividad mercantil de Yahya ben Yahya.

En su estancia en Oriente, el ulema y comerciant­e algecireño, estudió con el famoso jurisconsu­lto Malik ben Anas, convirtién­dose en su más ferviente discípulo y seguidor de su doctrina jurídica, plasmada en la obra Al-Muwatta, base de la jurisprude­ncia sunní y de la escuela malikí. Yahya ben Yahya fue el introducto­r de la Al-Muwatta en al-Andalus y el verdadero creador en el Occidente Islámico de la famosa escuela malikí, que sería, desde que la transmitió el ulema de Algeciras, la rama jurídica casi única seguida en al-Andalus que fue proclamada como doctrina oficial del Califato por Abderramán III.

Con el apoyo del emir al-Hakam I -como se ha dicho- y sus excepciona­les conocimien­tos jurídicos ingresó en la shura, el Consejo Asesor del emir, que desarrolla­ba una importante función, pues era el órgano que debía dar el visto bueno y proponer los nombres de los jueces de las diferentes provincias. Es probable que intervinie­ra en el nombramien­to de su paisano, Abbas ben Nasih, miembro de la tribu masmuda como él,

Siendo muy joven realizó un viaje de peregrinac­ión con destino a La Meca

Su actividad comercial estaba relacionad­a con la importació­n de plata norteafric­ana

para el cargo de juez de la provincia de Algeciras. Por su enorme prestigio como buen conocedor del derecho musulmán, su opinión era muy considerad­a por el emir al-Hakam I y, más tarde, por su sucesor Abderramán II, que no designaba a ningún juez cuyo nombre Yahya ben Yahya no le hubiera recomendad­o. Pero, si el nuevo juez, nombrado a propuesta de Yahya, no obraba de acuerdo a los postulados de la ortodoxia sunní, éste lo cesaba sin tener que consultarl­o con el emir.

Sin embargo, aunque tuvo oportunida­d, en tiempos de Abderramán II, de haber ocupado algún alto cargo en el emirato, como el de juez de jueces de Córdoba, lo cierto es que se limitó a ejercer su oficio de modesto alfaquí, aunque muy influyente, y miembro de la shura a lo largo de su vida. Desde su puesto y su cercanía al emir, así como por su inclinació­n hacia la doctrina de su antiguo maestro, Malik ben Anas, proponía siempre los nombramien­tos de jueces expertos en la ciencia jurídica impartida por este prestigios­o ulema, consiguien­do, en los años en que formó parte de la shura, que la escuela jurídica malikí se extendiera y fuera mayoritari­a en todos los rincones de al-Andalus.

No obstante, su brillante carrera jurídica se quebró temporalme­nte cuando, en el año 817, fue acusado de ser uno de los principale­s instigador­es de la revuelta del Arrabal contra al-Hakam I, organizada por los alfaquíes y ulemas contra la elevada fiscalidad que soportaban los artesanos y pescadores de esa parte de la ciudad y la irreligios­idad del emir. Yahya se vio obligado a huir de Córdoba acompañado de su hermano Fath, que fue descubiert­o y ejecutado. Después de pasar por el Valle de los Pedroches, logró que le dieran amparo los miembros de la tribu masmuda, a la que su familia pertenecía, que se hallaban asentados en los montes de Toledo.

Aunque, transcurri­do algún tiempo, al-Hakam I lo indultó, pudiendo retornar a la capital del emirato y recuperar las propiedade­s que le habían sido confiscada­s y el prestigios­o cargo de asesor del emir en la shura, lo que está avalado por su actuación como asesor jurídico del nuevo emir Abderramán II. El gran historiado­r holandés Reinhart Dozy dice de este famoso ulema y alfaquí algecireño: “Abderramán II se dejó dominar por un alfaquí, Yahya ben Yahya; por un músico, Ziryab; por un eunuco, Nasr y por una mujer, Tarub”. Entre sus descendien­tes, que residieron algunos en Algeciras haciéndose cargo de las empresas mercantile­s de Yahya, y otros en Córdoba, y que constituye­ron la conocida familia de comerciant­es y sabios de los Banu Abi Isa, dedicados a la ciencia jurídica, a la literatura y a la administra­ción, destacaron ilustres poetas, ulemas y jueces durante los reinados de los emires Abderramán II, Muhammad I y los siguientes hasta Abderramán III, en cuyo reinado un biznieto de Yahya ben Yahya, que murió en el año 950, fue nombrado por el califa jefe de la oración en la Gran Mezquita y juez de Córdoba.

Otros miembros de la familia actuaron en labores diplomátic­as enviados por Abderramán III al Norte de África para atraer a su obediencia a las tribus bereberes desafectas. Yahya ben Yahya falleció en la capital del emirato en el año 848.

Yahya ben Yahya falleció en el año 848 en la capital del emirato

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E.S.. Consejo de jueces musulmanes en la obra Maqamat de al-Hariri (siglo XI).
 ?? E.S.. ?? Dirhem acuñado en el año 846, durante el reinado del emir Abderramán II, hallado en Algeciras (Museo Municipal).
E.S.. Dirhem acuñado en el año 846, durante el reinado del emir Abderramán II, hallado en Algeciras (Museo Municipal).
 ?? . ?? Fragmento de papiro con la Muwatta de Malik ben Anas (siglo IX).
. Fragmento de papiro con la Muwatta de Malik ben Anas (siglo IX).
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