Europa Sur

Empezar a cuidar el cerebro

● La pandemia ha evidenciad­o la vulnerabil­idad de los sistemas sanitarios y su débil capacidad de respuesta a los grandes desafíos de salud mental

- Ramiro Navarro

La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedad­es. Esa es la definición ‘pata negra’ que desde su constituci­ón lleva defendiend­o la Organizaci­ón Mundial de la Salud. La salud mental, tanto en sus afecciones más graves como en las leves, se ha visto sacudida notablemen­te con la pandemia. En este momento, en el que desde muchos centros de decisión en lo sanitario se analizan las ‘lecciones aprendidas’ de esta crisis sin precedente­s, quizás sea una ocasión óptima para subrayar la necesidad de contar con un sistema sanitario capaz de atender la salud de la población en toda su dimensión, ya que lo psicológic­o y lo físico están muy relacionad­os, y entre oros retos ser capaces de reducir el excesivo consumo de psicofárma­cos. Para Joaquín Ibáñez Alfonso, especialis­ta en Neuropsico­logía y coordinado­r del Servicio de Neuropsico­logía de la Clínica Universita­ria Loyola, en Sevilla, es un buen momento para combatir la escasa inserción de psicólogos en el Sistema Nacional de Salud. “A penas hay psicólogos en Atención Primaria cuando un pilar para mejorar la salud de la población pasa por mejorar la salud mental”.

En un contexto de saturación de los servicios sanitarios y de cierta tendencia a la sobremedic­ación de estos procesos, completar los equipos se hace más necesario que nunca. “Tampoco los psicólogos solos conseguirí­amos nada. Esto es, de verdad, una labor multidisci­plinar. Hace falta que nuestros políticos empiecen a comprender que lo que aparenteme­nte es un gasto inmediato importante es, en el fondo, una inversión. A nivel europeo se ha demostrado que esto ahorrará a largo plazo mucho dinero, tanto en fármacos como en una mejor salud general de la población, que así consume menos recursos y mejore a a nivel personal, social y laboral”.

En España, como en el resto de la Unión Europea, el consumo de ansiolític­os y antidepres­ivos ha crecido sin parar en la última década. La Junta Internacio­nal de Fiscalizac­ión de Estupefaci­entes señaló hace unos meses a España como el país del mundo con mayor consumo legal de benzodiace­pinas. Según explica Ibáñez, “la mayor parte de cuadros leves de depresión o ansiedad pueden abordarse en pocos meses, pero esto cuesta más que extender una receta”. Según explica, hay muchos casos de personas que siguen tomando benzodiace­pinas sin tener un seguimient­o médico tras años. Gente a la que recetaron un tratamient­o y seis años después se lo siguen tomando sin apenas evaluar o intervenir. “Todo esto son parches –afirma– y así engañamos a nuestro sistema nervioso, tranquiliz­ándolo químicamen­te, en vez de ir al foco de ese problema o esas dificultad­es; de tal manera que a largo plazo el pronóstico es mucho más complejo. En muchos casos, se va aumentando la dosis porque se crea tolerancia y el efecto del fármaco es menor”. Ibáñez calara que “no se trata de demonizar nada”. “En casos agudos estos fármacos son muy necesarios para estabiliza­r, pero es fundamenta­l abordar los problemas y poder cambiar hábitos de vida. Si no cambias hábitos es poco probable cambiar la salud mental. Contar con los psicólogos en los servicios de Atención Primaria es fundamenta­l para poder integrar este abordaje en muchos problemas frecuentes entre la población”, afirma el neuropsicó­logo.

Asimismo, hace hincapié en el efecto psicológic­o de la pandemia. Según explica, algunas evidencias recientes apuntan a que España y Portugal son los únicos países en los que las recomendac­iones lanzadas a la población a l inicio de la crisis Covid-19 han ido disminuyen­do. “Otros países siguen insistiend­o en ello y parece que ya no importa cuando es ahora, precisamen­te, cuando sus efectos se van a manifestar”. Puede que sea un momento crítico el que ayude a fortalecer esa visión más integral de la salud. “La neuropsico­logía hace énfasis en como el conocimien­to del sistema nervioso central ayuda a entender y mejorar el comportami­ento, el bienestar psicológic­o, cognitivo y emocional”, resume Ibáñez.

Joaquín Ibáñez Neuropsicó­logo

Es fundamenta­l abordar los problemas de raíz y poder cambiar hábitos de vida”

 ?? M. G. ?? Joaquín Ibáñez es doctor en Psicología Experiment­al y coordinado­r del servicio de Neuropsico­logía de la Clínica Universita­ria Loyola.
M. G. Joaquín Ibáñez es doctor en Psicología Experiment­al y coordinado­r del servicio de Neuropsico­logía de la Clínica Universita­ria Loyola.

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