Cataluña plantea anular las vacaciones del personal sanitario por la quinta ola
● El consejero de Salud aboga por no pensar en la inmunidad de grupo: “Esto es una pandemia y tendremos variantes una detrás de otra”
Los sanitarios no dan abasto. La llegada de la quinta ola de contagios está siendo explosiva, principalmente en Cataluña, y su consecuente ola en los hospitales, aún sin llegar a los niveles de los picos de olas anteriores, está causando problemas en la asistencia sanitaria. En los centros hospitalarios de la comunidad catalana, además de ver reprogramadas de nuevo las intervenciones y consultas no esenciales, cunde un temor desde hace días: que el personal sanitario se quede sin vacaciones.
Este temor, que no era más que un rumor durante las últimas horas, gana credibilidad con las declaraciones manifestadas ayer por el consejero de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, quien afirmó que existe la posibilidad de cancelar las vacaciones del personal sanitario de la comunidad autónoma a causa del repunte de casos de las últimas semanas. Argimon señaló que los trabajadores sanitarios “nunca se plantearían” poner en riesgo la asistencia de la salud a la población.
Preguntado por si la celebración de festivales de música en Cataluña este julio, como el Cruïlla, el Vida y el Canet Rock, ha influido en la expansión de la pandemia y la explosión de contagios durante las últimas semanas, el consejero indicó que “quizás no ha tenido un efecto real en los casos, pero seguro ha tenido un efecto psicológico y ha reforzado la idea” de que las restricciones habían acabado.
En una entrevista publicada este domingo en el diario El Punt Avui, que fue recogida por Europa Press, el consejero de Salud de la Generalitat abogó por no pensar en estos momentos en alcanzar eventualmente la inmunidad de grupo o de rebaño frente al coronavirus en Cataluña, en España o en Europa: “Esto es una pandemia mundial y tendremos variantes una detrás de otra”. El objetivo de la Unión Europea es llegar al 70% de la población vacunada en verano, un plazo que el Gobierno de España ha precisado para el mes de agosto. Sin embargo, los epidemiólogos y expertos en salud pública no se ponen de acuerdo sobre la proporción exacta para rebasar ese punto de personas vacunadas para que la propagación del virus decaiga a causa de la apenas existencia de individuos susceptibles al virus. Hay un sector de especialistas que establecen la línea de la inmunidad grupal en el 80% y 90% de la población completamente vacunada debido a las nuevas variantes.
En otro orden de cosas, el titular de Salud del Gobierno de Cataluña defendió la necesidad de incrementar los recursos sanitarios y mejorar las condiciones profesionales de su personal con objeto de frenar una tendencia de paulatino “empobrecimiento del sistema, con una infrafinanciación y una infradotación” que son ya crónicas.
También mostró el dirigente su intención de reforzar los recursos destinados a las enfermedades mentales y al malestar emocional, “una de las secuelas” más evidentes de la pandemia y del confinamiento, mientras que subrayó la necesidad de romper con el estigma que envuelve a este tipo de patologías, incrementadas a lo largo del último año y pico de pandemia.
Argimon explicó también que la “obsolescencia” del equipamiento de diagnóstico del sistema sanitario de Cataluña roza el 50%, al tiempo que recordó que presentó un proyecto de presupuesto que permitiría, según sus cálculos, reducirla al 5% o al 10% en los próximos años.
Cataluña ha superado los 4,3 millones de personas con la pauta completa de vacunación, lo que representa el 54,9 % de la población total. Según los datos oficiales de vacunación que publica el Departamento de Salud, el sábado se inocularon 26.543 nuevas dosis de las cuatro vacunas disponibles, de las que 11.066 fueron primeras dosis y
La autonomía cuenta con el 54,9% de la población con la pauta de vacunación completa
15.477, segundas. Un total de 4.904.888 personas cuentan ya con al menos una dosis y ya están inmunizadas con la pauta completa de vacunación 4.322.682 personas después de haber recibido las dos dosis de las vacunas Astrazeneca, Pfizer o Moderna, los que tienen una dosis de Janssen, o aquellos menores de 65 años con un diagnóstico de Covid-19 previo a la administración de la primera dosis.