Mireia, a 23 centésimas de segundo
● La de Badalona acaba cuarta en los 400 estilos, a un suspiro del bronce
Mireia Belmonte se quedó a las puertas del podio, tras concluir en cuarta posición la final de los 400 estilos de los Juegos Olímpicos de Tokio, en la que la nadadora de Badalona volvió a demostrar su capacidad competitiva, aunque no le valió para subirse al podio. Una fortaleza mental que permitió a Belmonte luchar hasta el final por una medalla de bronce que se le escapó finalmente por tan sólo 23 centésimas.
Apenas un suspiro en una prueba tan dura como los 400 estilos, que la española, medalla de bronce en los pasados Juegos de Río, supo gestionar como nadie. Por eso no pareció inquietarse cuando concluyó en quinta posición la posta de mariposa, ni cuando una vez finalizado, llegado al ecuador de la prueba, el turno de la espalda, había caído un puesto más.
Y es que la nadadora catalana, como ya ocurrió en las preliminares del sábado, tenía un plan: acercarse a sus principales rivales en la posta de braza y culminar la remontada en los cien metros finales a nado libre.
Un plan que pareció funcionarle a Belmonte, que si arrancó la braza a 2,5 segundos de la medalla de bronce, la cerró a tan solo 1,17 segundos del tercer escalón del podio. El mejor escenario posible para la badalonesa, que afrontaba los últimos cien metros con opciones reales de subirse a un podio que parecía una quimera hace apenas unos meses a causa de los problemas en los hombros que han lastrado su preparación.
Belmonte se olvidó de la tendinitis y se lanzó como una posesa en busca del podio en una apasionante lucha final con la estadounidense Hali Flickinger y la húngara Katinka Hosszu, la campeona olímpica en Río. Cuando tiene un objetivo por delante nada ni nadie parece poder ponerse por delante, como comprobó la magiar tras ver como la española se ponía por delante al inicio del último largo.
Quedaban apenas por delante 50 metros finales en los que sólo la estadounidense Flickinger, que la aventajaba en 45 centésimas, se interponía entre ella y la medalla de bronce. Pero a Belmonte le faltaron unos metros para completar la proeza, quedándose finalmente a 23 centésimas de un último cajón del podio, que fue para la norteamericana Hali Flickinger con un tiempo de 4.34,90 minutos.
“Si me dicen hace dos meses que iba a hacer cuarta no me lo creo. Era una final con bastante competencia y no venía yo aquí con la mejor forma posible”, señaló la protagonista.
Si emocionante estuvo la pelea por la medalla de bronce entre Belmonte y Flickinger, no menos vibrante estuvo la lucha por el oro entre la japonesa Yui Ohashi y la estadounidense Emma Weyant y que se resolvió finalmente a favor de la nadadora asiática.
Ohashi, medallista de bronce en los pasados Mundiales de Gwanju, aventajó, tras firmar un crono de 4.32,08, en 68 centésimas a Weyant, que pese a llegar Tokio con la mejor marca mundial del año, tuvo que conformarse finalmente con la medalla de plata.