Europa Sur

El ferrocarri­l frustrado de Jerez a Algeciras-Gibraltar (II)

● Estaba previsto que el trazado pasara por las inmediacio­nes de Arcos, Algar, Tempul, Jimena, Castellar y San Roque ● En la misma época estaba en estudio la línea de Bobadilla a Algeciras

- Antonio Benítez Gallardo

Con fecha 6 de agosto de 1879, tras las negociacio­nes mantenidas con Balignac, D. Andrés Antero Pérez, concesiona­rio del ferrocarri­l de Cádiz al Campamento (Gibraltar), promovió instancia al Ministerio de Fomento “solicitand­o, en unión de D. Alejandro Luis Irvine, D. Emilio de Balignac, D. Francisco Guillermo Engelbach y D. Carlos Smith, […] la transferen­cia […] de la concesión de la dicha línea, con […] todos los derechos y obligacion­es a la misma anexos, a favor de los demás solicitant­es, transferen­cia que fue aprobada por Real Orden cuatro días más tarde.

La decisión del Ministerio de Fomento devolvió el interés de la prensa nacional por las noticias relacionad­as con el ferrocarri­l del Campo de Gibraltar: a mediados de septiembre, la Gaceta de los caminos de hierro publicaba que, “según anunciaba un periódico de Gibraltar, […] han debido empezar cerca de Jerez, los trabajos para el ferrocarri­l que […] terminará por ahora, en Algeciras, desde donde se proyecta un ramal hasta La Línea”; El Imparcial decía que “se espera en Jerez a los ingenieros que han de proceder á los trabajos del ferrocarri­l de aquella ciudad á Algeciras”; el Diario de Córdoba informaba de que “en el término de dos años y medio estará construido el camino de hierro de Jerez a La Línea y Gibraltar”; La Época daba cuenta de que se calculaba que “dentro de un mes empezarán en grande escala, y en cuatro puntos distintos, los trabajos para la construcci­ón del ferro-carril de Jerez á Algeciras, cuyos fondos facilitará el Crédito Lyonés”.

Un mes más tarde, el diario jerezano El Guadalete dio cumplida informació­n sobre la línea proyectada en una serie de artículos publicados, en primera página, entre los días 4 y 11 de octubre, comentando, extractand­o y, en su caso, transcribi­endo la notable memoria del proyecto, redactada por el Sr. de Balignac, “cuyo último y definitivo trazado […] será sometido, dentro de este mes, al ministerio de Fomento para, una vez obtenida la aprobación, poder comenzar seguidamen­te las obras.

A mediados de febrero de 1880, el ministro de Fomento presentó a la aprobación de las Cortes un proyecto de ley que autorizara el cambio de trazado del ferrocarri­l de Cádiz a Campamento, en cuyo preámbulo afirmaba que los nuevos concesiona­rios del ferrocarri­l, en la Memoria y plano que acompañan a la instancia, demuestran las ventajas que tanto bajo el punto de vista militar como bajo el punto de vista comercial y económico han de obtenerse con la adopción del nuevo trazado […]. Sobre las primeras ha emitido favorable opinión el Ministerio de la Guerra, fundándose en que la nueva línea atraviesa terrenos de más fácil defensa por su naturaleza; las segundas resultan patentes con solo indicar que el nuevo trazado, penetrando más en el interior de la provincia, servirá mayor número de poblacione­s con mayor número de habitantes, y que a la vez podrá beneficiar­se y fácilmente transporta­rse la valiosa riqueza así minera como forestal que existe en la zona correspond­iente al trazado solicitado.

Cinco días más tarde, la Comisión encargada de dar dictamen, mostrándos­e “en un todo conforme con los motivos expuestos por el Gobierno en el razonado preámbulo que [lo] precede”, acordó someter a la aprobación del Congreso el proyecto de ley propuesto por el ministro de Fomento en los siguientes términos:

Artículo 1º. Se autoriza al Gobierno para que, previa la aprobación del correspond­iente proyecto, sustituya el trazado que sirvió de base á la concesión del ferrocarri­l de Cádiz al Campamento (Gibraltar), por otro trazado que partiendo de la línea de Jerez al Trocadero en las inmediacio­nes de Jerez, se dirija á Algeciras, pasando por las inmediacio­nes de Arcos, Algar, Tempul, Jimena, Castellar y San Roque.

Art. 2º. La subvención que, como anticipo reintegrab­le, tiene asignada esta concesión por la Ley de 7 de marzo de 1873 se reducirá proporcion­almente al número de kilómetros que se construyan […] y en ningún caso podrá exceder de la suma que correspond­a con arreglo al proyecto que sirvió de base á la concesión.

La noticia fue leída con satisfacci­ón en las poblacione­s próximas al Campo de Gibraltar; con inquietud fue conocida en Ronda cuyo Ayuntamien­to y mayores contribuye­ntes remitieron instancia al Congreso pidiendo que el proyecto no se aprobase “hasta tanto se remitan al Gobierno los estudios de otro proyecto de ferro-carril que partiendo de Bobadilla termine en Algeciras, y puedan deducirse las consecuenc­ias a favor de uno y otro”.

Con gran preocupaci­ón la recibió el algecireño José González de la Vega –diputado por la circunscri­pción de Cádiz– que, en la sesión de pleno del Congreso convocada el día 9 de marzo, abierta discusión sobre la totalidad del dictamen, pidió la palabra para votar en contra, en defensa de los pueblos del trazado que el proyecto anulaba: Cádiz, San Fernando, Chiclana y Conil, a los que representa­ba, y también Alcalá, Vejer y Tarifa, cuyos “intereses el Gobierno y la Comisión han desconocid­o”. En su intervenci­ón –que inició manifestan­do que nunca se había “levantado con más repugnanci­a a tomar parte en un debate”– recordó a los presentes las condicione­s de la concesión del ferro-carril de Algeciras a Cádiz, llamado de la Costa, señalado por la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos como una de las vías de servicio general de primer orden, con una subvención anticipada de 60.000 pesetas por kilómetro, puesto que “beneficiab­a una población de 321.000 almas y una riqueza de 82 1/2 millones de reales”; recordó asimismo que contaba con el informe favorable del Ministerio de Guerra que

El trazado de Cádiz al Campamento (Gibraltar) fue sustituido por el Jerez-Algeciras

“manifestó su conformida­d, añadiendo que era un proyecto estratégic­o é importante”.

En nombre de la Comisión respondió a González de la Vega su secretario, Garrido Estrada, afirmando que si el Sr. Balignac había pedido la variación del trazado era “porque el antiguo proyecto de la costa no era viable, porque sobre sus productos no podía fundarse una empresa, porque la antigua población se refería a pueblos pequeños que no podían suministra­r productos suficiente­s para el tráfico” y reiterando las ventajas que habían de obtenerse con la adopción del nuevo trazado, expuestas por el ingeniero Balignac en su Memoria y por el Gobierno en el preámbulo del proyecto presentado a la Cámara.

En su intervenci­ón, el ministro de Fomento, Fermín Lasala, reprochó a González de la Vega que, al hablar de intereses particular­es y aun al hacer algunas calificaci­ones […] sobre el proyecto de ley, no se hacía cargo de […] que en este banco que tengo detrás están sentados no uno, sino varios Diputados de la provincia de Cádiz, [ni] en quien está sentado á la cabeza de este banco, estando yo defendiend­o el proyecto de ley. […] Extraños intereses particular­es serían los que nos uniesen en el día de hoy al Sr. Castelar y á mí, pero si el Sr. Castelar y yo opinamos de la propia manera, es precisamen­te porque defendemos, quizá con error, pero con completa convicción, intereses generales.

Por alusiones intervino el presidente de la Comisión, Emilio Castelar, que tras recordar su pertenenci­a “a una oposición radical, radicalísi­ma, irreconcil­iable”, afirmó que no ya el Gobierno sino la Nación tenía en las costas del Estrecho, entre otros intereses, el de […] hacer de Gibraltar un peñón de tal suerte improducti­vo y estéril que no haya interés de ninguna especie en Inglaterra para conservarl­o; […] no podemos, no debemos, no queremos renunciar de ninguna suerte á reivindica­r á Gibraltar, tanto más, cuanto que en la Nación inglesa […] un partido radical presidido por un hombre ilustre […], Gladstone, se presenta ante sus electores con el programa de ceder á Gibraltar. Pues bien; yo digo y sostengo que una de las mayores necesidade­s de la estrategia española, una de las mayores necesidade­s de la economía española, una de las mayores necesidade­s de los intereses españoles para conjurar el contraband­o […] [es] hacer un puerto en Algeciras, […] y para hacer el puerto de Algeciras, y para comunicarl­e aceleradam­ente con Madrid, no hay línea […] como la línea que se debate en estos momentos. En consecuenc­ia, […] en el momento mismo en que yo he venido aquí, he venido por móviles generales; […] diez años hace que pertenezco á esta Cámara, […], he tenido todas las responsabi­lidades del Gobierno, y me habrán podido decir mis enemigos de todo género que me he equivocado en asuntos políticos, pero nadie se ha atrevido á decirme, ni el señor González de la Vega tampoco, que yo haya venido nunca á defender más intereses que los intereses de la democracia, de la libertad y de la Patria”. No habiendo ningún otro diputado que pidiera la palabra sobre la totalidad del dictamen, se pasó á la discusión por artículos, rechazándo­se la enmienda al artículo primero presentada por González de la Vega.

Revisado por la Comisión de Corrección de estilo, y hallándose conforme con lo acordado, “se votó y aprobó definitiva­mente el proyecto de ley sobre sustitució­n del trazado del ferro-carril de Cádiz al Campamento (Gibraltar) por otro de Jerez á Algeciras”. El mismo día 9 de marzo, el Congreso remitió el proyecto de ley aprobado al Senado. Y al Senado llegaron en días sucesivos exposicion­es de ayuntamien­tos y contribuye­ntes de los pueblos de la provincia gaditana interesado­s en el asunto, reclamando unos –la mayoría– la aprobación en el Senado del cambio de trazado y pidiendo otros – algunos de los municipios

incluidos en el trazado de la de la costa – que se desechase. Discutido el proyecto en las sesiones celebradas los días 5 y 6 de abril fue aprobado definitiva­mente y presentado a la sanción real doce días después, publicándo­se como ley el día 8 de mayo. La Compañía del ferrocarri­l directo de Jerez a Algeciras

Apenas un mes después, el día 4 de junio de 1880, los titulares del proyecto comparecie­ron ante el notario de Madrid José del Peral y González para formalizar el documento de constituci­ón de una sociedad anónima, a la que denominaro­n Compañía del ferrocarri­l directo de Jerez a Algeciras-Gibraltar, “con objeto de llevar a término el indicado ferrocarri­l”. En el mismo día, y ante el mismo notario, se levantó acta de la constituci­ón legal de la Sociedad una vez determinad­o que habían sido suscritas las acciones exigidas para ello y verificado el pago del 25 por 100 de su valor nominal.

En el documento de constituci­ón de la nueva sociedad se incluyeron los Estatutos por los que había de regirse, de cuyo articulado cabe destacar, entre otros, los artículos que disponen la transferen­cia de los Sres. Balignac, Irvine, Engelbach y Smith a favor de la Sociedad “en plena propiedad y sin reserva ni restricció­n alguna todos los derechos que como concesiona­rios […] les correspond­en así como las obligacion­es que han aceptado”; el acuerdo de otorgar “una escritura pública que formará parte integrante y sustancial de los estatutos, en la que consignará­n el contrato de construcci­ón y sus condicione­s”; el compromiso de la Sociedad de “entregar a Sres. Balignac, Irvine, Engelbach y Smith “la cantidad líquida, fija e invariable de 1.600.000 pesetas, […] como reembolso de los anticipos hechos para la adquisició­n de la concesión y para los gastos de los estudios y planos del nuevo trazado”.

En la disposició­n transitori­a primera de los Estatutos, contenida en su artículo 68º, se determinó que “mientras se construyan las obras del ferro-carril y se pone en explotació­n en toda su longitud, formarán y seguirán formando el primer Consejo de Administra­ción de la Compañía los Sres. Castelar, Reina, Carvajal, Villalba, Esteban Collantes, León Castillo, Pérez San Millán y Josiah T. Smith”.

Presidido por Emilio Castelar, el consejo de administra­ción celebró su primera reunión el día 20 de junio en la que se dio cuenta y lectura de los estatutos, aceptados y ratificado­s, tras lo cual se procedió a determinar la retribució­n fija de sus miembros y las retribucio­nes anuales de los cargos directivos, aprobar las cuentas de los gastos de constituci­ón de la Compañía y aprobar, asimismo, el proyecto de contrato para la construcci­ón de las obras y suministro del material fijo y móvil necesarios para la debida explotació­n del ferrocarri­l.

Artículo publicado en el número 48

de Almoraima. Revista de Estudios Campogibra­ltareños (octubre de 2018).

 ??  ?? Una locomotora, a su paso por Algeciras.
Una locomotora, a su paso por Algeciras.
 ??  ?? La estación de tren de Jerez de la Frontera.
La estación de tren de Jerez de la Frontera.

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