El régimen bielorruso lleva al banquillo a los líderes de la oposición
Lukashenko acusa a Kolesnikova de crear una organización extremista con el fin de tomar el poder
El régimen bielorruso abrió ayer el primer juicio contra los líderes de la oposición, entre ellos María Kolesnikova, Premio Sájarov a la libertad de conciencia, a pocos días del aniversario del estallido de las protestas contra el autoritario presidente Alexandr Lukashenko.
“Lukashenko ha cometido muchos errores en los últimos meses. Este juicio a puerta cerrada es una nueva muestra de la debilidad del régimen”, comentó a Efe Tatsiana, hermana de Kolésnikova exiliada en Polonia.
Kolesnikova, música de profesión, formó con otras dos mujeres, Svetlana Tijanóvskaya y Veronika Tsepkalo, el triunvirato que desafió a Lukashenko en las fraudulentas elecciones presidenciales de agosto de 2020.
Ella, que regresó a Bielorrusia en 2019 tras doce años en Alemania, fue la que pagó el precio más alto, ya que sus dos compañeras se exiliaron.
La opositora y el abogado Maxim Znak, ambos en prisión desde el pasado año, son acusados de crear una organización extremista con el fin de tomar el poder, cargos por los que podrían ser condenados a 12 años de cárcel.
La oposición decidió crear un Consejo Coordinador para el traspaso pacífico de poder tras el estallido de las protestas contra el fraude en las elecciones presidenciales del 9 de agosto de 2020, en las que Lukashenko fue reelegido con más del 80% de los votos, según datos oficiales.
Todos los miembros del presidium del consejo han sido encarcelados o se han exiliado, aunque los opositores mantienen que las protestas fueron espontáneas y nunca patrocinadas por Occidente, como asegura Minsk.
“El juicio es a puerta cerrada porque las autoridades quieren ocultarnos la verdad, que las acusaciones son disparatadas. Si tan seguros están de que los opositores intentaron tomar el poder por la fuerza, ¿por qué no lo demuestran públicamente? Como el juicio no es abierto, dudo mucho que vaya a ser justo”, insiste Tatsiana.
Kolesnikova, que fue detenida y encarcelada después de negarse a ser deportada del país por el KGB, tachó de “absurdas” las acusaciones y se niega a colaborar con el régimen y a solicitar el perdón a Lukashenko, en el poder desde 1994. “No pienso escribir una petición de indulto, ya que soy inocente. Al quedarme en el país después de las elecciones, sabía que no sería nada fácil. El día de mi detención no estaba segura de que me dejarían con vida. Pero no me arrepiento de nada”, comentó al canal independiente ruso Dozhd.
Conocida por su sempiterna sonrisa, Kolesnikova compareció en la “pecera” del Tribunal Regional de Minsk sonriendo, con su tradicional vestido negro y dibujando con sus manos el símbolo del corazón, con el que concurrió a las elecciones presidenciales. “Le tienen miedo. Masha (diminutivo de María) es una amenaza para el régimen con su energía, positivismo, resistencia y seguridad en sí misma”, comentó su hermana.
Tatsiana Kolesnikova no duda de que su hermana y Znak recibirán “la máxima pena”, ya que Lukashenko ha ordenado el encarcelamiento de todos los disidentes.
A principios de julio, el banquero Víctor Babariko, el principal rival electoral de Lukashenko hasta que fue detenido antes de las presidenciales y jefe de Kolesnikova, fue condenado a 14 años de cárcel por delitos económicos considerados fabricados por la oposición.
El banquero Babariko, principal rival electoral de Lukashenko, ha sido condenado a 14 años